sábado, 23 de marzo de 2019

El Antiguo Coro Colegial de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares.

El Antiguo Coro Colegial de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. 

(lustraciónes 1) En las dos fotografías gentileza de José Luis Latorre Bonachera,, se muestra el frontal con la silla episcopal con un relieve de la Anunciación bajo un dosel de mucho vuelo y dos sillas a cada lado con San Pedro y San Juan. Sillería realizada por Gutierre Guierere y donada por el Cabildo de la Catedral de Jaén en el siglo XVI.


(Ilustración 2 ) Silla episcopal de la Catedral de Jaén
(Ilustración 3) La sillería desaparecida en la Guerra Civil de 1936, fue costeada (según Ruiz Prieto), por D. Pedro Pacheco, y los artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar .


En el Coro se realiza el rezo de la Liturgia de las horas, al estilo monacal, de forma que todo el día esté consagrado al Señor. La Liturgia de las Horas consiste en la recitación de Salmos bíblicos, himnos y cánticos. 

Los asientos de la sillerías de los coros, llamados estalos se organizan en dos niveles para las dos categorías de clérigos: las sillas altas están destinadas a los canónigos y las bajas a los titulares (aquellos que tienen un título eclesiástico).
Los asientos son plegables y desmontables y cuentan con un soporte denominado "misericordia", que servía como apoyo disimulado para el tiempo que se estaba de pie. Cada asiento está separado del siguiente por un apoyabrazos. De los asientos sobresale un respaldo alto, baldaquino o dosel.
La sillería está jerárquicamente ordenada y siempre se encuentran uno o dos puestos de mayor tamaño y con una decoración más elaborada, que estaban reservados al abad o al obispo. (Fuente Wikipedia).


Úbeda, es una de las muchas ciudades mártir de España, tantos han sido los destrozos y los despojos que ha sufrido nuestro patrimonio a lo largo de los siglos. Quizá no sea Úbeda  la ciudad española que ostenta la primacía en tan lamentable clasificación, pero lo cierto es que ha sido mucho, y muy valioso, lo que Úbeda ha perdido por culpa de los avatares de la historia.

En la tarde del 26 de julio de 1936, festividad de Santa Ana, nuestros templos fueron saqueados, arrastrándose muchas de las imágenes devocionales hacia una gran hoguera en donde se quemaron siglos de arte. No solamente se destruyeron esculturas y pinturas, sino también documentos de archivo, así como muchos de los retablos que adornaban nuestros templos (las fotografías antiguas dan fe de la monumentalidad barroca que atesoraban las iglesias ubetenses, como La Trinidad, San Pablo, Santa Clara, Santo Domingo, etc.).

En cuanto Santa María, los tristes sucesos de la guerra civil, dejaron un templo sin apenas imágenes  y retablos, sin apenas cuadros y sin apenas joyas u ornamentos.  Retablos desaparecidos, como el antiguo retablo de la Capilla Mayor, datado en 1777; las imágenes de Jesús Nazareno y de la Virgen de Guadalupe;  una imagen de San Miguel de 1671 y por supuesto el antiquísimo Cristo de la Yedra -«de excelente talla», según Ruiz Prieto-; un cuadro en bronce con el Descendimiento de Cristo, de la escuela flamenca y atribuido por algunos a Alberto Durero; el impresionante órgano del coro, «de superior mérito»; la una riquísima colección de libros de coro;  el archivo de la antigua Colegiata. Y, por supuesto, la custodia francesa de Luis XIV, del siglo XVII.

En plena Dictadura Franquista,  algunas de las más importantes obras de arte de Santa María de los Reales Alcázares, que se habían salvado del asalto del verano de 1936 desaparecieran o fueran despedazadas. Como la reja del coro, que Ruiz Prieto calificó como de «grandiosa y obra de gran mérito», atribuida al maestro Bartolomé, y cuyos restos salpican ahora distintas portadas de las capillas de Santa María. Y desaparecieron una valiosa cruz relicario del siglo XVII que se encontraba en la capilla de los Sabater o el cuadro de 'La Misa Milagrosa de San Gregorio', de Pedro Machuca, que hasta 1951 se custodió en el archivo del Ayuntamiento juntamente con otras muchas obras de arte que se habían salvado de la destrucción durante de la guerra y que, misteriosamente, desaparecieron sin dejar rastro, ,(… parece que a partir de este momento se incrementa la rapiña y el interés de ávidos coleccionistas por poseer pinturas y esculturas de especial valor artístico…). Otras piezas, como la Piedad de Pedro Machuca, se exponen en la actualidad en el Museo Catedralicio, (pincha aquí) y  los restos de la Silla Episcopal y la sillería, sirvieron para construir muebles del Archivo Histórico Municipal.

El conjunto de mueble, más importante perdido durante los años 1936 hasta 1950, de la Iglesia Mayor de Úbeda; fue sin duda el conjunto del Coro.  Años antes de su destrucción, en la revista Don Lope de Sosa se publica  este interesante artículo (…Artículo Publicadoen la Revista LOPE DE SOSA, XVI (Año 1928) núm. 183, p. 78.), para su protección: 



 “…De la venerable Iglesia, antigua Colegiata –Santa María de los Reales Alcázares, de Úbeda es el fotograbado, reproducción de un lado de la nave de la Epístola, mirada desde la cabecera del templo. Ocupa el centro de la nave, el coro; y la parte que en el fotograbado se ve, es el testero del coro aludido. En él hay dos altares con lindas decoraciones góticas, que muchos años, muchos, estuvieron tapados y los que mandó descubrir el párroco D. Alejandro Monteagudo. Descubiertos que fueron, se colocaron en uno de ellos, llamado de San Ramón, un retablo, de bastante antigüedad, y en otro, llamado de San Gregorio, la estupenda pintura en tabla “La Misa de San Gregorio” obra del gran artista Pedro Machuca. La tabla estaba antes en la Capilla de San Francisco Javier, al lado de la Sacristía, capilla que era llamada de San Juan de Letrán y San Gregorio y fue fundada por el Chantre de la Colegiata, Jorge de Ventaja, en 1589.

El fragmento de la nave que reproducimos, da idea de la grandiosidad de Santa María de los Reales Alcázares, joya de la riqueza histórica monumental ubetense.

 Las bóvedas de esta parte del templo, por movimiento de los pilares en que aquellas se apoyan, motivan pronta y urgente reparación, la cual seguramente será hecha en breve.

Por seguridad de la obra y porque allí se guardan verdaderas joyas de arte, hay que acudir a esta necesidad…”

El coro comienza a construirse a finales del siglo XV, ocupaba dos tramos de la nave central, de planta rectangular, se cerraba con reja, poseía rica sillería, se rodeaba de capillas, tales como: “…empezando por el lado de la Epístola, la capilla de San Ramón, Capilla de San Gregorio, cuyo retablo era obra de Pedro de Machuca, perdido  o vendido en 1950 por el Ayuntamiento, el trascoro con una imagen pictórica de San Miguel, capilla de la Sagrada Familia. Junto a la puerta de acceso a la subida de la tribuna del coro había una pintura del siglo XVI de bastante mérito…”. (Ilustración 4).


(Ilustración 4) Plano General de la Basílica de Santa María. En color verde, lugar dónde se encontraba el desaparecido Coro.


Destacaba el trascoro, frontero a la Capilla de la Yedra, lugar donde la decoración tomaba gran protagonismo. Además, en el lugar central del coro se colocaba una capilla con un altar desde dónde se podía celebrar la eucaristía, como dije aquí había un cuadro con la representación de San Miguel, siendo considerada  como la capilla del pueblo, al ser este Santo Patrón de Úbeda. (Ilustración 5). 

(Ilustración 5) Cuadro de San Miguel, que se situaba en el Trascoro. Actualmente se conserva pero en malas condiciones.


Se cerraba con hermosa reja obra del Maestro Bartolomé, en su paño central llevaba como tema principal, dos escudos en círculos con dos angelotes tenantes, del obispo don Francisco Mendoza, que gobernó la diócesis de 1538 a 1543 y sobre estos escudos el escudo con laurear de la colegial, sostenida igualmente por angelotes. La reja estaba formada con figuras repujadas en los frisos, barrotes torsos abiertos en rombos, cuerpos separados por frisos y calles con coronación.  En la parte superior en chapa aparecía el tema de la Inmaculada en su clásica iconografía. Para más información pincha aquí. En los pilares de los arcos del crucero se hallan dos escudos de piedra policromada. Ambos blasones pertenecen al obispo Francisco Delgado López, que gobernó la diócesis entre 1566 al 1576.(Ilustración 6).


(Ilustración 6). Desaparecida reja Coral de la nave central, hoy troceada.


Justo delante de donde estaba la reja de entrada al coro había cinco lápidas con escudos heráldicos pertenecientes: a enterramientos de las beatas del emparedamiento de Sánchez Iñiguez  de Zambrano, con escudo, flor de lis y leyenda; ESTA ES DE LAS BEATAS DE SANCHO IÑIGUEZ DE ZAMBRANA. Otro tenía las armas del rey Felipe III. Con la siguiente inscripción; AQUÍ YACE DON Fº DE LA VIVA CAPELLAN DEL REI NTRO. SR. I VICARIO DESTA S YGLESIA  MURIO 16 DE MARZO DE 1613. Según el investigador Juan Barranco Delgado, en su libro: ESCUDOS HERALDICOS DE UBEDA, nos dice: “…Esta es la que se llama en términos heráldicos Armas de Dignidad, las cuales son hereditarias…”. Y otras tres con armas de los Orozco y flor de lis, los Molina y los Fonseca. Hoy estas se encuentran troceadas en uno de los patios de la iglesia.

 La sillería costeada por el obispo Pedro Pacheco, (Ilustración 11) contaba con treinta y cuatro sillas altas y bajas, con la representación de los Santos Padres y otros motivos santoral. Labrado hacia 1550 por los artesanos tallistas Luis de Aguilar y Juan Reolid.  La silla  episcopal, con representación de la Anunciación, fue donada por el cabildo de la Catedral  de Jaén en 1549 a la Colegial, y su autor fue Gutierre Gierero. (lustración 1) ; (Ilustración 2) e (Ilustración 3).   

Ruiz Prieto nos dice acerca de la sillería (HISTORIA DE ÚBEDA por D. Miguel Ruiz Prieto Tomo II): “…El magnífico y espacioso coro que ocupa el centro de la Iglesia se construyó por los años de 1538 a 1550, bajo los auspicios y el piadoso celo de los obispos de la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco. El primero costeó la grandiosa reja que lo cierra por su frente, obra bien acabada y de especial mérito; el escudo de armas del prelado se ve en el centro de la verja. No hemos hallado el nombre del artífice que labró esta notable obra”. El segundo prelado ayudó con limosnas a construir la sillería que tallaron los maestros Juan de Reolid y Luis de Aguilar; la labor en conjunto es grandiosa, pero en sus detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras obras de este género que existen en Úbeda, exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que son de superior mérito”.

Se distribuida en dos pisos, ocupaba el centro de la nave principal adoptando una estructura en U. Se abría al altar mayor prolongándose con el suplemento, a cada lado, del banco de los caballeros, reservado al cabildo municipal. Rompiendo su simetría preside el testero frontal la silla del obispo o canónigo mayor, de mayores proporciones que el resto. 

Nos hacemos eco a las palabras de Pablo Jesús Lorite (Estudio de la sillería del coro de la catedral de Baeza a través de las fuentes archivísticas;  Pablo Jesús Lorite Cruz), sobre la semejanza del coro de Santa María con los coros de las Catedrales de Jaén y Baeza: “…Dentro de todos los coros existentes o que existieron en las iglesias parroquiales y excolegiatas del Santo Reino (Úbeda, Alcalá la Real, Alcaudete, Iznatoraf, y Castellar), queremos aludir a los únicos dos coros que podían ser comparados con el coro de la Santa Iglesia Catedral de Jaén y de este modo concluir que el de la Catedral de Baeza, era de mayor importancia, a pesar de no mostrar la misma riqueza iconográfica que los anteriores. En comparación con el de la Colegiata de Úbeda (también desmantelado al día de hoy), éste mostraba unos relieves de gran valía y una reja realizada por el obispo Mendoza. Por la importancia del templo, sí se trataba de un coro más parecido al de un templo metropolitano, puesto que presentaba sillería baja y alta. También existía una vía sacra que conducía al presbiterio, que al igual que en la catedral de Baeza carecía de girola. Otra similitud con un coro catedralicio es su situación, pues se encontraba ocupando la nave central, separada del altar mayor por la cúpula del crucero. También disponía de un facistol de considerable tamaño.

Pese a todas estas similitudes y la posible mayor calidad de la obra, el coro de la colegiata ubetense es de menor tamaño, albergando un número inferior de sillas (ocupaba tan solo una nave). Aunque presentaba un órgano con una tribuna en el lado del Evangelio, tampoco la altura del tapizado alcanzaba las dimensiones del baezano.

Nos gustaría hacer alusión a la reja de este coro, por el hecho de tener la misma peculiaridad de la reja baezana de ser alta, marcando la altura máxima Francisco de Mendoza, obispo de Jaén (1538-1545).De todo el coro. El programa iconográfico de la reja es simple con una serie de ángeles; dos sostienen en el centro una guirnalda con un motivo en el interior quedando alineado con los dos anteriores, pero sobre elevado. Rematando la calle central de la reja (la única decorada) aparece una escena de la Asunción de la Virgen transportada por seis ángeles. Comparada con la reja del coro de la catedral de Baeza, podemos observar cómo los escudos aparecen en el mismo lugar; a diferencia, la reja de Don Alonso Suárez muestra los escudos sin guirnalda -o algo más pequeños- entre los ángeles que lo presentan como un blasón para la memoria, mientras que en ésta aparecen en un tondo, pero son bastante más visibles y por el número de borlas (las propias) entendemos la importancia que debía de tener en el obispo la idea de perpetuar en la Historia..” (Ilustración 7 y 8).

(Ilustración 7) Desaparecido Coro de la Catedral de Baeza. Foto de Pablo Jesús Lorite


El coro al igual que el de otras muchas catedrales españolas fue eliminado en su totalidad a partir de 1950, respondiendo a una usanza de la época, llevado a cabo  por los sacerdotes  párrocos, los hermanos García Hidalgo. (Ilustraciones 14; 15 y 16). Del coro se aprovechó las cuatro portadas de sus capillas, una de ellas se instaló en el acceso al Salón Parroquial de la Iglesia de San Pablo de Úbeda, y las otras se aprovechan para el templo de Santa María (Capillas del Yacente; Magaña; y Retablo del Altar Mayor (Ilustraciones 17;18; 19 y 20). En cuanto a la sillería, una gran parte se perdió en la guerra civil, algo se conserva en el archivo municipal y puede que alguna tabla, (está aún por estudiar este tema) se encuentre en el retablo del Hospital de Santiago.





(Ilustraciones 17, 18, 19 y 20 ). Aspecto actual de las portadas y reja troceada del desaparecido Coro, cerrando en el Claustro las capillas del Cristo de los Toreros y Magaña, (en cuyas capillas están  labradas en forja, el escudo de armas del Obispo Francisco Mendoza) y la Capilla del Interior del Cristo Yacente, cerrada también con restos de la citada reja y portada de capilla del desaparecido coro. Última foto. Altar mayor con una de las Portadas de las Capillas del Coro, haciendo de Retablo.). Fotos de F.L.Padilla.

Nos habla José Molina Hipólito, en su estudio publicado de la Iglesia de Santa María, en la Revista Vbeda, de esta desaparecida reja: “Esta reja sin puerta y mutilados algunos de su elementos decorativos se levanta sobre dos sencillas banquetas. Los cuatro paños laterales, de barrotes retorcidos, separados por frisos decorados con delfines y terminados en dos cabezas de guerreros. El paño central lleva como tema principal, dos escudas en círculo con dos ángeles tenantes, del obispo D. Francisco Mendoza, que rigió la diócesis de Jaén de 1536 a 1543 y por cuyo mandado se hizo la reja en la primera fecha mencionada. El friso superior está decorado con aves estilizadas, y la coronación con tema de zarcillos y flores. Todos los elementos descritos se conservan modificados en su disposición. Para completar la descripción, basta decir que la coronación se articulaba con balaustres y eses simétricas adosadas a éstos en riguroso verticalismo, salvo en la parte central en la que aparecía una cruz; que los motivos repujados de los frisos iban dorados y que abundaban las rosetas”.



(Ilustración 8) Desaparecido Coro Colegial de la Basílica de Santa María. Foto de José Manuel Almansa 

La eliminación implico un cambio sustancial en la imagen interior de la Colegiata de Santa María, (Ilustración 9 y 10) “perdiendo así todo el conjunto la estructura tradicional de la catedral y colegial española desde la Baja Edad Media”. Ya que en esta citada época, en España y algunos países europeos se eliminaron muchos coros de las catedrales y colegiales, según estudia la profesora García Cuetos, por la renovación litúrgica que propició el nuevo  Régimen (García Cuetos). La ideología nacional católica veía bien la supresión de los coros y sillerías. En este sentido publicaciones como “Arte y Liturgia” de 1938 destacan la importancia de eliminar coros y sillerías, puesto que se correspondían en un momento en el que el arte se había impuesto a la liturgia, que era la que tenía que primar. Se propone en este manual  la vuelta a la disposición de las primeras basílicas cristianas, con un altar visible para todos los fieles,…

(Ilustración 9). Aspecto de la Reja, Sillería y Coro. Año 1910. Foto de Jose Luis Latorre Bonachera.


(Ilustración 10), Aspecto actual de la Nave Central, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, donde en su día se encontraba el Coro Colegial. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna.

(Ilustración 11). Único vestigio del Coro en la Nave Central. Escudo del el obispo benefactor del mismo. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna.

(Ilustraciones 12 y 13. Capillas Exteriores del Coro en las Naves laterales Norte y Sur. Años 1950. Fotos Archivo Pema Baras.



























(Ilustraciones 14, 15 y 16)  Aspectos de la nave Central a mediados del siglo XX, Antes y después de la desaparición del Coro y troceado de la Reja. Fotos Baras.


Bibliografía Consultada

  • Moreno Mendoza, Arsenio (1993). Úbeda renacentista. Madrid: Electa. ISBN 9788488045973
  • Almansa Moreno, José Manuel (2008). Guía completa de Úbeda y Baeza (2ª edición). Úbeda: Editorial El Olivo. ISBN 9788496307247

  • Almagro García, Antonio (2003). Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda: Arqueología, historia y arte. Úbeda: Editorial El Olivo. ISBN 8495244675.

  •      MOLINA HIPÓLITO, José (1952): “Aportación al estudio de la iglesia mayor parroquial de Santa María de los Reales Alcázares”. Separa de la revista Úbeda.