(Ilustración 2 ) Silla episcopal de la Catedral de Jaén. |
(Ilustración 3) La sillería desaparecida en la Guerra Civil de 1936, fue costeada (según Ruiz Prieto), por D. Pedro Pacheco, y los artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar . |
En el Coro se realiza el rezo de la
Liturgia de las horas, al estilo monacal, de forma que todo el día esté
consagrado al Señor. La Liturgia de las Horas consiste en la recitación de
Salmos bíblicos, himnos y cánticos.
Los asientos de la sillerías de los coros, llamados estalos se organizan en dos niveles para las dos categorías de clérigos: las sillas altas están destinadas a los canónigos y las bajas a los titulares (aquellos que tienen un título eclesiástico).
Los asientos son plegables y desmontables y cuentan con un soporte denominado "misericordia", que servía como apoyo disimulado para el tiempo que se estaba de pie. Cada asiento está separado del siguiente por un apoyabrazos. De los asientos sobresale un respaldo alto, baldaquino o dosel.
La sillería está jerárquicamente ordenada y siempre se encuentran uno o dos puestos de mayor tamaño y con una decoración más elaborada, que estaban reservados al abad o al obispo. (Fuente Wikipedia).
Úbeda, es una de las muchas ciudades mártir de España,
tantos han sido los destrozos y los despojos que ha sufrido nuestro patrimonio
a lo largo de los siglos. Quizá no sea Úbeda
la ciudad española que ostenta la primacía en tan lamentable
clasificación, pero lo cierto es que ha sido mucho, y muy valioso, lo que Úbeda
ha perdido por culpa de los avatares de la historia.
En la tarde del 26 de julio de 1936, festividad de Santa
Ana, nuestros templos fueron saqueados, arrastrándose muchas de las imágenes
devocionales hacia una gran hoguera en donde se quemaron siglos de arte. No
solamente se destruyeron esculturas y pinturas, sino también documentos de
archivo, así como muchos de los retablos que adornaban nuestros templos (las
fotografías antiguas dan fe de la monumentalidad barroca que atesoraban las
iglesias ubetenses, como La Trinidad, San Pablo, Santa Clara, Santo Domingo,
etc.).
En cuanto Santa María, los tristes sucesos de la guerra
civil, dejaron un templo sin apenas imágenes y retablos, sin apenas cuadros y sin apenas
joyas u ornamentos. Retablos
desaparecidos, como el antiguo retablo de la Capilla Mayor, datado en 1777; las
imágenes de Jesús Nazareno y de la Virgen de Guadalupe; una imagen de San Miguel de 1671 y por
supuesto el antiquísimo Cristo de la Yedra -«de excelente talla», según Ruiz
Prieto-; un cuadro en bronce con el Descendimiento de Cristo, de la escuela
flamenca y atribuido por algunos a Alberto Durero; el impresionante órgano del
coro, «de superior mérito»; la una riquísima colección de libros de coro; el archivo de la antigua Colegiata. Y, por
supuesto, la custodia francesa de Luis XIV, del siglo XVII.
En plena Dictadura Franquista, algunas de las más importantes obras de arte de
Santa María de los Reales Alcázares, que se habían salvado del asalto del
verano de 1936 desaparecieran o fueran despedazadas. Como la reja del coro, que
Ruiz Prieto calificó como de «grandiosa y obra de gran mérito», atribuida al
maestro Bartolomé, y cuyos restos salpican ahora distintas portadas de las
capillas de Santa María. Y desaparecieron una valiosa cruz relicario del siglo
XVII que se encontraba en la capilla de los Sabater o el cuadro de 'La Misa
Milagrosa de San Gregorio', de Pedro Machuca, que hasta 1951 se custodió en el
archivo del Ayuntamiento juntamente con otras muchas obras de arte que se
habían salvado de la destrucción durante de la guerra y que, misteriosamente,
desaparecieron sin dejar rastro, ,(… parece que a partir de este momento se
incrementa la rapiña y el interés de ávidos coleccionistas por poseer pinturas
y esculturas de especial valor artístico…). Otras piezas, como la Piedad de
Pedro Machuca, se exponen en la actualidad en el Museo Catedralicio, (pincha aquí) y los restos de la Silla Episcopal y la
sillería, sirvieron para construir muebles del Archivo Histórico Municipal.
El conjunto de mueble, más importante perdido durante los
años 1936 hasta 1950, de la Iglesia Mayor de Úbeda; fue sin duda el conjunto
del Coro. Años antes de su destrucción, en
la revista Don Lope de Sosa se publica este interesante artículo (…Artículo Publicadoen la Revista LOPE DE SOSA, XVI (Año 1928) núm. 183, p. 78.), para su protección:
“…De la venerable Iglesia, antigua Colegiata –Santa María de los Reales Alcázares, de Úbeda es el fotograbado, reproducción de un lado de la nave de la Epístola, mirada desde la cabecera del templo. Ocupa el centro de la nave, el coro; y la parte que en el fotograbado se ve, es el testero del coro aludido. En él hay dos altares con lindas decoraciones góticas, que muchos años, muchos, estuvieron tapados y los que mandó descubrir el párroco D. Alejandro Monteagudo. Descubiertos que fueron, se colocaron en uno de ellos, llamado de San Ramón, un retablo, de bastante antigüedad, y en otro, llamado de San Gregorio, la estupenda pintura en tabla “La Misa de San Gregorio” obra del gran artista Pedro Machuca. La tabla estaba antes en la Capilla de San Francisco Javier, al lado de la Sacristía, capilla que era llamada de San Juan de Letrán y San Gregorio y fue fundada por el Chantre de la Colegiata, Jorge de Ventaja, en 1589.
“…De la venerable Iglesia, antigua Colegiata –Santa María de los Reales Alcázares, de Úbeda es el fotograbado, reproducción de un lado de la nave de la Epístola, mirada desde la cabecera del templo. Ocupa el centro de la nave, el coro; y la parte que en el fotograbado se ve, es el testero del coro aludido. En él hay dos altares con lindas decoraciones góticas, que muchos años, muchos, estuvieron tapados y los que mandó descubrir el párroco D. Alejandro Monteagudo. Descubiertos que fueron, se colocaron en uno de ellos, llamado de San Ramón, un retablo, de bastante antigüedad, y en otro, llamado de San Gregorio, la estupenda pintura en tabla “La Misa de San Gregorio” obra del gran artista Pedro Machuca. La tabla estaba antes en la Capilla de San Francisco Javier, al lado de la Sacristía, capilla que era llamada de San Juan de Letrán y San Gregorio y fue fundada por el Chantre de la Colegiata, Jorge de Ventaja, en 1589.
El fragmento de la
nave que reproducimos, da idea de la grandiosidad de Santa María de los Reales
Alcázares, joya de la riqueza histórica monumental ubetense.
Las bóvedas de esta parte del templo, por
movimiento de los pilares en que aquellas se apoyan, motivan pronta y urgente
reparación, la cual seguramente será hecha en breve.
Por seguridad de la
obra y porque allí se guardan verdaderas joyas de arte, hay que acudir a esta
necesidad…”
El coro comienza a construirse a finales del siglo XV,
ocupaba dos tramos de la nave central, de planta rectangular, se cerraba con
reja, poseía rica sillería, se rodeaba de capillas, tales como: “…empezando por
el lado de la Epístola, la capilla de San Ramón, Capilla de San Gregorio, cuyo
retablo era obra de Pedro de Machuca, perdido
o vendido en 1950 por el Ayuntamiento, el trascoro con una imagen
pictórica de San Miguel, capilla de la Sagrada Familia. Junto a la puerta de
acceso a la subida de la tribuna del coro había una pintura del siglo XVI de
bastante mérito…”. (Ilustración 4).
(Ilustración 4) Plano General de la Basílica de Santa María. En color verde, lugar dónde se encontraba el desaparecido Coro. |
Destacaba el trascoro, frontero a la Capilla de la Yedra,
lugar donde la decoración tomaba gran protagonismo. Además, en el lugar central
del coro se colocaba una capilla con un altar desde dónde se podía celebrar la eucaristía,
como dije aquí había un cuadro con la representación de San Miguel, siendo
considerada como la capilla del pueblo, al
ser este Santo Patrón de Úbeda. (Ilustración 5).
(Ilustración 5) Cuadro de San Miguel, que se situaba en el Trascoro. Actualmente se conserva pero en malas condiciones. |
Se cerraba con hermosa reja obra del Maestro Bartolomé, en
su paño central llevaba como tema principal, dos escudos en círculos con dos
angelotes tenantes, del obispo don Francisco Mendoza, que gobernó la diócesis
de 1538 a 1543 y sobre estos escudos el escudo con laurear de la colegial,
sostenida igualmente por angelotes. La reja estaba formada con figuras
repujadas en los frisos, barrotes torsos abiertos en rombos, cuerpos separados
por frisos y calles con coronación. En
la parte superior en chapa aparecía el tema de la Inmaculada en su clásica
iconografía. Para más información pincha aquí. En los pilares de los arcos del
crucero se hallan dos escudos de piedra policromada. Ambos blasones pertenecen
al obispo Francisco Delgado López, que gobernó la diócesis entre 1566 al 1576.(Ilustración 6).
(Ilustración 6). Desaparecida reja Coral de la nave central, hoy troceada.
Justo delante de donde estaba la reja de entrada al coro
había cinco lápidas con escudos heráldicos pertenecientes: a enterramientos de
las beatas del emparedamiento de Sánchez Iñiguez de Zambrano, con escudo, flor de lis y
leyenda; ESTA ES DE LAS BEATAS DE SANCHO IÑIGUEZ DE ZAMBRANA. Otro tenía las
armas del rey Felipe III. Con la siguiente inscripción; AQUÍ YACE DON Fº DE LA
VIVA CAPELLAN DEL REI NTRO. SR. I VICARIO DESTA S YGLESIA MURIO 16 DE MARZO DE 1613. Según el
investigador Juan Barranco Delgado, en su libro: ESCUDOS HERALDICOS DE UBEDA,
nos dice: “…Esta es la que se llama en términos heráldicos Armas de Dignidad,
las cuales son hereditarias…”. Y otras tres con armas de los Orozco y flor de
lis, los Molina y los Fonseca. Hoy estas se encuentran troceadas en uno de los
patios de la iglesia.
La sillería costeada
por el obispo Pedro Pacheco, (Ilustración 11) contaba con treinta y cuatro sillas altas y bajas,
con la representación de los Santos Padres y otros motivos santoral. Labrado
hacia 1550 por los artesanos tallistas Luis de Aguilar y Juan Reolid. La silla
episcopal, con representación de la Anunciación, fue donada por el
cabildo de la Catedral de Jaén en 1549 a
la Colegial, y su autor fue Gutierre Gierero. (lustración 1) ; (Ilustración 2) e (Ilustración 3).
Ruiz Prieto nos dice acerca de la sillería (HISTORIA DE ÚBEDA
por D. Miguel Ruiz Prieto Tomo II): “…El
magnífico y espacioso coro que ocupa el centro de la Iglesia se construyó por
los años de 1538 a 1550, bajo los auspicios y el piadoso celo de los obispos de
la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco. El primero costeó la
grandiosa reja que lo cierra por su frente, obra bien acabada y de especial
mérito; el escudo de armas del prelado se ve en el centro de la verja. No hemos
hallado el nombre del artífice que labró esta notable obra”. El segundo prelado
ayudó con limosnas a construir la sillería que tallaron los maestros Juan de
Reolid y Luis de Aguilar; la labor en conjunto es grandiosa, pero en sus
detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras obras de este género
que existen en Úbeda, exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que son
de superior mérito”.
Se distribuida en dos pisos, ocupaba el centro de la nave principal adoptando una estructura en U. Se abría al altar mayor prolongándose con el suplemento, a cada lado, del banco de los caballeros, reservado al cabildo municipal. Rompiendo su simetría preside el testero frontal la silla del obispo o canónigo mayor, de mayores proporciones que el resto.
Nos hacemos eco a las palabras de Pablo Jesús Lorite (Estudio
de la sillería del coro de la catedral de Baeza a través de las fuentes
archivísticas; Pablo Jesús Lorite Cruz),
sobre la semejanza del coro de Santa María con los coros de las Catedrales de
Jaén y Baeza: “…Dentro de todos los coros
existentes o que existieron en las iglesias parroquiales y excolegiatas del Santo
Reino (Úbeda, Alcalá la Real, Alcaudete, Iznatoraf, y Castellar), queremos
aludir a los únicos dos coros que podían ser comparados con el coro de la Santa
Iglesia Catedral de Jaén y de este modo concluir que el de la Catedral de
Baeza, era de mayor importancia, a pesar de no mostrar la misma riqueza
iconográfica que los anteriores. En comparación con el de la Colegiata de Úbeda
(también desmantelado al día de hoy), éste mostraba unos relieves de gran valía
y una reja realizada por el obispo Mendoza. Por la importancia del templo, sí
se trataba de un coro más parecido al de un templo metropolitano, puesto que presentaba
sillería baja y alta. También existía una vía sacra que conducía al presbiterio,
que al igual que en la catedral de Baeza carecía de girola. Otra similitud con
un coro catedralicio es su situación, pues se encontraba ocupando la nave
central, separada del altar mayor por la cúpula del crucero. También disponía
de un facistol de considerable tamaño.
Pese a todas estas
similitudes y la posible mayor calidad de la obra, el coro de la colegiata
ubetense es de menor tamaño, albergando un número inferior de sillas (ocupaba
tan solo una nave). Aunque presentaba un órgano con una tribuna en el lado del
Evangelio, tampoco la altura del tapizado alcanzaba las dimensiones del
baezano.
Nos gustaría hacer
alusión a la reja de este coro, por el hecho de tener la misma peculiaridad de
la reja baezana de ser alta, marcando la altura máxima Francisco de Mendoza,
obispo de Jaén (1538-1545).De todo el coro. El programa iconográfico de la reja
es simple con una serie de ángeles; dos sostienen en el centro una guirnalda con
un motivo en el interior quedando alineado con los dos anteriores, pero sobre
elevado. Rematando la calle central de la reja (la única decorada) aparece una
escena de la Asunción de la Virgen transportada por seis ángeles. Comparada con
la reja del coro de la catedral de Baeza, podemos observar cómo los escudos
aparecen en el mismo lugar; a diferencia, la reja de Don Alonso Suárez muestra
los escudos sin guirnalda -o algo más pequeños- entre los ángeles que lo
presentan como un blasón para la memoria, mientras que en ésta aparecen en un
tondo, pero son bastante más visibles y por el número de borlas (las propias)
entendemos la importancia que debía de tener en el obispo la idea de perpetuar
en la Historia..” (Ilustración 7 y 8).
(Ilustración 7) Desaparecido Coro de la Catedral de Baeza. Foto de Pablo Jesús Lorite |
(Ilustración 8) Desaparecido Coro Colegial de la Basílica de Santa María. Foto de José Manuel Almansa |
La eliminación implico un cambio sustancial en la imagen
interior de la Colegiata de Santa María, (Ilustración 9 y 10) “perdiendo así todo el conjunto la
estructura tradicional de la catedral y colegial española desde la Baja Edad
Media”. Ya que en esta citada época, en España y algunos países europeos se
eliminaron muchos coros de las catedrales y colegiales, según estudia la
profesora García Cuetos, por la renovación litúrgica que propició el nuevo Régimen (García Cuetos). La ideología
nacional católica veía bien la supresión de los coros y sillerías. En este
sentido publicaciones como “Arte y Liturgia” de 1938 destacan la importancia de
eliminar coros y sillerías, puesto que se correspondían en un momento en el que
el arte se había impuesto a la liturgia, que era la que tenía que primar. Se
propone en este manual la vuelta a la disposición
de las primeras basílicas cristianas, con un altar visible para todos los
fieles,…
(Ilustración 9). Aspecto de la Reja, Sillería y Coro. Año 1910. Foto de Jose Luis Latorre Bonachera. |
(Ilustración 10), Aspecto actual de la Nave Central, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, donde en su día se encontraba el Coro Colegial. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna. |
(Ilustración 11). Único vestigio del Coro en la Nave Central. Escudo del el obispo benefactor del mismo. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna. |
(Ilustraciones 12 y 13. Capillas Exteriores del Coro en las Naves laterales Norte y Sur. Años 1950. Fotos Archivo Pema Baras. |
(Ilustraciones 14, 15 y 16) Aspectos de la nave Central a mediados del siglo XX, Antes y después de la desaparición del Coro y troceado de la Reja. Fotos Baras.Bibliografía Consultada
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