Dicha Capilla, está emplazada a los pies del templo, frontera al altar mayor, en la nave central.
Su portada está formada por un arco ojival con arquivoltas y columnas espirales adosadas. Su planta cuadrada, se cubre con bóveda de terceletes, con nervios torsos y heráldica del canónigo fundador en la clave (desaparecido hace unos años) y capiteles de la bóveda.
Cerrada por una magnífica reja de hierro forjado, estofado y sobredorado en oro, obra del maestro Bartolomé Ruí, autor, entre otros, de la reja de la Capilla Real de Granada. Es de incipiente estilo renacentista con detalles y calados que son verdaderos encajes. En el centro de la reja se halla figurado el misterio de la Inmaculada Concepción con el abrazo de San Joaquín y Santa Ana, unidos por un ángel, ante la puerta áurea de Jerusalén. En la parte alta figura la profética venida de Jesucristo.
Se cierra con una monumental reja, obra del maestro Bartolomé Ruí, excelente rejero jiennense del siglo XVI.
Esta, bien conservada en su policromía, de ella sobresale la escena del abrazo de Santa Ana y San Joaquín delante de la Puerta Dorada.; Este es el mensaje que encierra la reja que labró el maestro jienense Bartolomé, para la capilla del canónigo Rodrigo Sagredo. Muy popular fue el Abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada del templo de Jerusalén. Este abrazo representa el regocijo por la concepción de María. Todos los datos referentes a ellos proceden de los Evangelios Apócrifos –utilizados por los pintores dada su riqueza anecdótica, aunque no aceptados por la Iglesia como Palabra Revelada–, pero eran los únicos datos escritos que llevaban al nacimiento de la Virgen, y por ello fue un asunto querido y contratado. Varias obras del XV y XVI recrean este tema. Sobresale el relieve dorado de Juan de Juni, de una intensa contorsión manierista, que manifiesta el abrazo entusiasmado y expresivo. El Concilio de Trento, sin embargo, recomendó no tratar este asunto no incluido en los Evangelios canónicos.
(Vista general de la Capilla de los Sagredo en la Nave Central. Foto Almansa Moreno). Construida a principios del siglo XVI. En ella lo fundamental es la reja del siglo XVI, realizada por el Maestro Bartolomé, y sin duda una de las joyas de la iglesia. Fue fundada en 1505, por el canónigo de Santa María, Rodrigo de Sagredo.
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