domingo, 18 de mayo de 2025

LA OBRA PICTÓRICA DE PEDRO MACHUCA. EN LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES.


Lugar de origen de la Piedad de Pedro de Machuca, Retablo de la Misa de San Gregorio, Capilla del Desaparecido Coro de Santa María. Archivo Gabriel Delgado Juan. Año 1926.


Aspecto de las Capillas del desaparecido Coro, donde se encontraba citado retablo,  tras los Acontecimientos de 1936, foto gentileza Rosa G Pasquau


Ante el inminente regreso a Úbeda de la escultura del San Juanito obra atribuida a Miguel Ángel, esperemos que los Historiadores y Clero de Úbeda, reclamen al Obispado de Jaén, la vuelta de la pintura de La Piedad del siglo XVI, obra de Pedro Machuca, su regreso a la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, ( actualmente en el Museo de la Catedral de Jaén).


La personalidad artística de Pedro Machuca está ligada a la diócesis de Jaén y en especial a su catedral donde se conservan diferentes obras realizadas por el pintor entre 1520 y 1547. Como las pinturas integrantes del retablo de San Pedro de Osma así como las tablas de la Sagrada Familia y de la Piedad de María, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, conservadas en el museo catedralicio.











La Piedad del antiguo retablo de San Gregorio de Úbeda (h. 1540-45). Santa María de los Reales Alcázares, actualmente en la Catedral de Jaén.



La Piedad del antiguo retablo de San Gregorio de Úbeda (h. 1540-45). Santa María de los Reales Alcázares.

Por María Soledad LÁZARO DAMAS Instituto de Estudios Giennenses.

La Piedad del antiguo retablo de San Gregorio de Úbeda (h. 1540-45) El nombre de Pedro Machuca está unido también a una interesantísima versión del tema de la Piedad de María conservada en el Museo catedralicio de Jaén y ubicada originalmente en el retablo de la capilla ubetense de San Gregorio, fundada y edificada por el chantre Pedro de Cuevas, en la iglesia de Santa María de los RR. Alcázares, según se deduce de la información contenida en su testamento conocido, otorgado en 1529 y en el de su sobrino, Bernardo de Cuevas, también chantre de esta colegial, otorgado en 1541. Aunque no se ha documentado el contrato de realización del retablo, existen muchas posibilidades de que fuera este segundo chantre quien lo mandara realizar, a tenor de las noticias insertas en su testamento sobre la dotación de la capilla, haciéndose realidad en fechas cercanas al otorgamiento del testamento. El retablo se mantuvo en su emplazamiento original hasta la Guerra Civil, durante la cual fueron desmontadas algunas de sus tablas con objeto de preservarlas de la destrucción y enviadas a Jaén, a los almacenes instalados en esta ciudad.

De forma concreta hasta Jaén llegó una tabla con el tema de la Piedad, procedente de Úbeda, que se identifica con la conservada, y que con posterioridad fue enviada a Valencia. En esta ciudad se conservó y pasó a engrosar los fondos de su catedral hasta que fue reconocida por Fernando Benito Doménech y recuperada para la diócesis de Jaén. De la desaparición de la tabla tras la Guerra se hacia eco Manuel Gómez Moreno al describir el retablo, integrado por una pintura central con la misa de San Gregorio, la Piedad en el ático, figuras individualizadas de cuerpo entero y representativas de los Santos Juanes y cuatro tondos con bustos de dos apóstoles y dos doctores. Con posterioridad también la misa de San Gregorio se perdió, por lo que resulta imposible poder valorar si esta pintura pudo ser realizada por Pedro Machuca en exclusiva o ayudado por su hijo Luis Machuca. Precisamente Gómez Moreno señalaba una particularidad en este retablo como era el generoso uso del oro en ropas y accesorios, corlado encima y esgrafiado a la punta, como en el estofado de las imágenes, detalle que le hizo incluir el retablo entre las últimas realizaciones de Machuca. A nivel de estilo, las apreciaciones del investigador granadino sobre el uso del oro permiten establecer una relación con las pinturas del banco del retablo de San Pedro de Osma e, igualmente, la composición del ático de este retablo ubetense, con una crestería de grutesco a juzgar por las fotografías conservadas, permite establecer otra relación con el retablo catedralicio. Pero frente a las ricas tonalidades doradas de la misa de San Gregorio, no es esa precisamente la nota característica de la Piedad conservada, pues el oro apenas si se utiliza, sino la extremada sobriedad de la que el autor hizo gala tanto en la sabia composición del tema como en la elección del colorido, parco, frío, y convenientemente distribuido para acentuar un paisaje dilatado, amplio, vacío, amenazado por las tinieblas, y equiparable en sus dimensiones y soledad al drama representado en primer termino. Frente al convencionalismo de otras representaciones de este tema, en las que se exprimen al máximo los valores emocionales mediante la cercanía física de María al cuerpo difunto de Cristo, Machuca plantea ante todo la reflexión, la meditación, la soledad y el distanciamiento pues no hay contacto físico entre madre e hijo. Ambos son protagonistas del hecho certero de la muerte y de sus consecuencias que se hacen ostensibles físicamente en la figura exangüe dispuesta en primer término y se adivinan desde el punto de vista anímico en el cuerpo desmadejado de la Virgen, sostenido por el mismo madero que ha servido de patíbulo a Cristo.

El drama se plantea por medio de una pirámide cuya base es el cuerpo difunto y extendido sobre un lienzo blanco, el futuro sudario, con los hombros y cabeza sobre una piedra. La Virgen se dispone en el centro, sentada en el suelo, marcando el vértice. Las huellas del suplicio, del dolor físico, quedan simplificadas al máximo y reducidas a los puntos marcados por los clavos en manos y pies y la herida del costado. No existen huellas de sangre en un cuerpo planteado de forma muy correcta, de volúmenes sugeridos y matizados mediante la gradación de luces y sombras, y ponderado mediante una línea de contorno que lo individualiza plásticamente sobre el fondo. Igual sentido tiene el dibujo de la cabeza en la que destaca la negra cabellera con algunos rizos y se repite un tipo de rostro con pómulos marcados y acentuados lumínicamente, al igual que los párpados, detalles repetidos en otros tipos humanos de Machuca.

Similar resolución se utiliza en el caso de la Virgen, envuelta en túnica y manto verde oscuro sobre el que contrasta la claridad del velo y la toca con la que oculta su cabeza, marcadamente desviada en un escorzo para contemplar el rostro del Hijo. Su rostro vuelve a recordar el tipo de perfil redondeado, de ojos rasgados, nariz recta y boca pequeña que Machuca emplea en los rostros femeninos y adolescentes, ligeramente sombreado al inclinarse. Un tipo de rostro cuyos ojos nunca miran al espectador. Cerca del dúo familiar pero en piedras separadas se disponen dos elementos de gran simbolismo, la corona de. espinas y la calavera de Adán. Ambos símbolos trascienden el momento representado para ir más allá y razonar la necesidad de la muerte de Cristo a fin de hacer posible la Redención.

Son objeto para la reflexión, para la meditación, que ya se expresa en la resolución escogida para María. Las fuentes utilizadas por Machuca para esta pintura se han relacionado con su periodo italiano y con una obra de similar planteamiento iconográfico como es la Piedad de Sebastiano del Piombo en Viterbo, realizada hacia 1516-17, y que Machuca pudo conocer antes de su vuelta a España. De ella es tributaria la figura de Cristo, que reproduce el modelo de Sebastiano mas no la figura de la Virgen ni el fondo, sin relación alguna con la citada pintura italiana. Como pronto la pintura debió encargarse con posterioridad a 1529, e incluso bastantes años más tarde, en la década de 1540, en unos momentos en los que la temática de Machuca queda depurada de elementos anecdóticos, triviales incluso, para ponderar las figuras principales mediante su individualización física y anímica y mediante una aclaración de la paleta tonal.

No podría concluirse el comentario de esta bella tabla sin una alusión a su relación con la tabla de San Juan Bautista y San Antonio Abad integrante del pequeño retablo de la Virgen del Pilar del Museo Catedralicio, procedente de la iglesia de Santa María Magdalena, que podría vincularse al taller de los Machuca. De igual manera no puede olvidarse su protagonismo e influencia en el ambiente estético de La Loma de Úbeda. Aunque la Piedad o Quinta Angustia era un tema recurrente en la espiritualidad de la época y, en especial en las capillas funerarias de patronato privado, la Piedad de la capilla de los Chantres debió ejercer una importante atracción en su entorno hasta el punto de ser imitada en una obra escultórica, en uno de los nichos de la capilla de los Benavides en la iglesia conventual de San Francisco de Baeza. Sin duda el comitente no solo apreció la profunda emotividad del tema de la Piedad sino también la actualidad y oportunidad del diseño, demostrando con ello su admiración por la obra de su autor, Pedro Machuca

Fuente:

Revista Códice
https://www.revistacodice.es › codice20 › lazaro_damas
PDF
CODICE N¼ 20 DEF.


https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=525429


miércoles, 30 de abril de 2025

Virgen de Guadalupe de Úbeda; Pagano, sacro y popular

 Tradición, devoción, localismo y vestigios paganos se unen cada mes de Mayo  para conformar uno de los días más grandes del calendario romero de Úbeda.


Más de ochenta pueblos de toda la provincia celebran hoy 1 de mayo  la fiesta de San José Obrero, Padre y Custodio de Jesús de Nazaret, a quien  hoy recordamos como “el Patrono de los trabajadores”, además el 1 de mayo es un día de  una tradición romera muy significativa que recupera en cada uno de sus pasos el legado sociocultural de cada pueblo, en especial Úbeda


Elementalmente, se considera romería a una fiesta popular que se celebra en el campo con bailes y meriendas, cerca de una ermita y coincidiendo con la celebración religiosa de cada lugar. Su origen se remonta a la época prehistórica y a las religiones primitivas. Sus ritos fueron creados por tribus romanos, iberos y visigodos que poblaron la provincia en sus albores y rezaron a los dioses por lluvia, protección, fertilidad o favor en la guerra. A raíz de la preocupación de la Iglesia por salvar las amplias barreras que en la Alta Edad Media separaban el mundo popular del religioso, las romerías paganas fueron ensambladas al sistema cristiano de creencias, ritos y comportamientos.


Desaparecida Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Foto Fuente Archivo Gabriel Delgado Juan

Durante los siglos XII y XII la devoción popular por la Virgen empezó a crecer junto con los primeros milagros que determinaron el lugar en el que actualmente se levantan muchas ermitas.


Un ejemplo de este pasado es la romería de la Virgen de Guadalupe o Gavellar de Úbeda, que etimológicamente significa «El significado de Guadalupe, tanto como nombre propio como topónimo (nombre de lugar), tiene varias interpretaciones. La más común es "río oculto" o "valle oculto", proveniente de la frase árabe "Wad al luben". También se considera una combinación de "wadī" (valle o río en árabe) y "lupus" (lobo en latín), dando como resultado "río de lobos". Una tercera hipótesis sugiere un origen náhuatl, donde podría significar "la que aplasta la serpiente ». Se cree que la devoción al lugar es la cristanización de un antiguo culto pagano rendido a una diosa madre de la fertilidad, representada por la piedra furada, a la que, con la marianización del lugar, se le esculpió la Cruz de Malta.



El pendón también juega un papel significativo en las romerías. Su origen se sitúa en la Reconquista, mas este no es el caso de Úbeda, hijo del pueblo y símbolo del vínculo con los concejos. De ahí, que el pendón no posea un carácter religioso o laico. La inclusión de un ramo en el vértice de muchas enseñas enlaza con la costumbre del mayo celta, que le confiere un carácter pagano de celebración de la naturaleza y que lleva a afirmar que el pendón representa exclusivamente al pueblo, constituyendo una especie de tótem.

Durante los próximos días, miles de fieles, turistas y curiosos recorrerán la provincia tras los pasos de la Virgen de Mayo, escribiendo así una nueva página de nuestra historia romera en cuyos renglones se dejará oír el latido de la cultura popular.


martes, 29 de abril de 2025

Funeral por El PAPA FRANCISCO, 29 de Abril de 2025

 Hoy tendrá lugar un funeral por el Papa Francisco. Será a las 20:00 en la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares


Escudo del Papa Francisco, en el Claustro de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, realizado por el artista local ubetense José Muñoz "Muros".

EXPLICACIÓN DEL ESCUDO

miserando atque eligendo

 

EL ESCUDO

En los rasgos, esenciales, el Papa Francisco ha decidido conservar su escudo anterior, elegido desde su consagración episcopal y caracterizado por una sencillez lineal.

Sobre el escudo, azul, se hallan los símbolos de la dignidad pontificia, iguales a los que deseó el predecesor, Benedicto XVI (mitra entre llaves de oro y plata, entrelazadas por un cordón rojo). En lo alto se refleja el emblema de la Orden de procedencia del Papa, la Compañía de Jesús: un sol radiante y llameante con las letras, en rojo, IHS, monograma de Cristo. Encima de la letra h se halla una cruz; en la punta, los tres clavos en negro.

En la parte inferior se contempla la estrella y la flor de nardo. La estrella, según la antigua tradición heráldica, simboliza a la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; la flor de nardo indica a san José, patrono de la Iglesia universal. En la tradición iconográfica hispánica, en efecto, san José se representa con un ramo de nardo en la mano. Al incluir en su escudo estas imágenes el Papa desea expresar su especial devoción hacia la Virgen Santísima y san José.

EL LEMA

El lema del Santo Padre Francisco procede de las Homilías de san Beda el Venerable, sacerdote (Hom. 21; CCL 122, 149-151), quien, comentando el episodio evangélico de la vocación de san Mateo, escribe: «Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme)».

Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina y se reproduce en la Liturgia de las Horas de la fiesta de san Mateo. Reviste un significado particular en la vida y en el itinerario espiritual del Papa. En efecto, en la fiesta de san Mateo del año 1953, el joven Jorge Bergoglio experimentó, a la edad de 17 años, de un modo del todo particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de una confesión, sintió su corazón tocado y advirtió la llegada de la misericordia de Dios, que, con mirada de tierno amor, le llamaba a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola.

Una vez elegido obispo, monseñor Bergoglio, en recuerdo de tal acontecimiento, que marcó los inicios de su total consagración a Dios en Su Iglesia, decidió elegir, como lema y programa de vida, la expresión de san Beda miserando atque eligendo, que también ha querido reproducir en su escudo pontificio.

 



Retrato del Papa Francisco, En la Sacristía de la Basílica de Santa María.

Fuente: https://www.vatican.va/content/francesco/es/elezione/stemma-papa-francesco.html




lunes, 18 de noviembre de 2024

INTRODUCCIÓN A LA RESTAURACIÓN DE LA BASILICA MENOR DE SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES DE ÚBEDA (SIGLOS XX-XXI).



Descárgate el presente trabajo pinchando en las siguientes letras rojas    https://drive.google.com/file/d/1Su-K5u_Z4ZjVKT5pTQFlpRRD-pQAx3r5/view?usp=sharing o pinchando sobre la foto del texto

En el presente trabajo, titulado Introducción a la Restauración de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, colección de artículos, recopilo artículos de opinión, investigación y noticias relacionados con la rehabilitación de dicha Iglesia, entre las primeras y décadas centrales del siglo XX y sobre la última y larga reconstrucción, no exento de polémica que fue sometido este inmueble desde el año 1986 hasta 2011.

 

Estos artículos lo he recopilado de revistas y periódicos de ámbito tanto local como provincial y de trabajos de investigación, que citaré al final de este trabajo, en la bibliografía consultada.

 

El monumento, cuya fachada principal comparte protagonismo con el templo del Salvador en la majestuosa plaza Vázquez de Molina (principal icono del patrimonio renacentista ubetense), se edificó tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1233 sobre la antigua mezquita aljama. Desde 1259 a 1852 fue colegiata, y su valor estético se debe sobre todo a la superposición de estilos que presenta. La portada y fachada son del siglo XVII; la fachada norte, renacentista; el claustro, antiguo patio de la mezquita, es gótico tardío; dentro del claustro, los pilares y arcadas son gótico mudéjar y tiene numerosas capillas de todos los estilos de los siglos XV al XVIII. El insigne arquitecto Andrés de Vandelvira dejó su huella suprimiendo pilares y duplicando la anchura de la nave central.

 https://drive.google.com/file/d/1Su-K5u_Z4ZjVKT5pTQFlpRRD-pQAx3r5/view?usp=sharing

jueves, 16 de mayo de 2024

BasílicaR Menor de Santa María de los Reales Alcázares. La Reja del Coro. Juan Ángel López Barrionuevo

 Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. La  Reja del Coro.

Juan Ángel López Barrionuevo


Reja del Coro de Santa María de los Reales Alcázares




La Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda es, en la actualidad el único templo de la diócesis de Jaén que conserva casi en su integridad la riqueza rejera que acumuló en el período artístico conocido por Plateresco; época en que el Maestro Bartolomé de Salamanca, desde Jaén, surtió con sus rejas-retablos las necesidades diocesanas y otras del exterior. El muestrario se inicia con los herrajes de la capilla Becerra, de ingenio renacentista, y se apura con la hoy troceada reja del desaparecida del coro, donde ya hay mayores detalles clásicos, entre ambas se cuentan la bellísima de la capilla de la Yedra y la de la capilla de la Virgen de Guadalupe. Pero todas se aglutinan, en lo religioso, con una misma conceptuación plástica: la representación de María en su misterio de preconcepciones.

Nos habla José Molina Hipólito, en su estudio publicado de la Iglesia de Santa María, en la Revista Vbeda, de esta mencionada reja del coro: “Esta reja sin puerta y mutilados algunos de su elementos decorativos se levanta sobre dos sencillas banquetas. Los cuatro paños laterales, de barrotes retorcidos, separados por frisos decorados con delfines y terminados en dos cabezas de guerreros. El paño central lleva como tema principal, dos escudas en círculo con dos ángeles tenantes, del obispo D. Francisco Mendoza, que rigió la diócesis de Jaén de 1536 a 1543 y por cuyo mandado se hizo la reja en la primera fecha mencionada. El friso superior está decorado con aves estilizadas, y la coronación con tema de zarcillos y flores. Todos los elementos descritos se conservan modificados en su disposición. Para completar la descripción, basta decir que la coronación se articulaba con balaustres y eses simétricas adosadas a éstos en riguroso verticalismo, salvo en la parte central en la que aparecía una cruz; que los motivos repujados de los frisos iban dorados y que abundaban las rosetas”.

Según palabras de Pablo Jesús Lorite Cruz (Estudio de la sillería del coro de la  catedral de Baeza a través de las fuentes archivísticas; Pablo Jesús Lorite Cruz), sobre la semejanza del coro de Santa María con los coros de las Catedrales de Jaén y Baeza: “…Dentro de todos los coros existentes o que existieron en las iglesias parroquiales y excolegiatas del Santo Reino (Úbeda, Alcalá la Real, Alcaudete, Iznatoraf, y Castellar), queremos aludir a los únicos dos coros que podían ser comparados con el coro de la Santa Iglesia Catedral de Jaén y de este modo concluir que el de la Catedral de Baeza, era de mayor importancia, a pesar de no mostrar la misma riqueza iconográfica que los anteriores. En comparación con el de la Colegiata de Úbeda (también desmantelado al día de hoy), éste mostraba unos relieves de gran valía y una reja realizada por el obispo Mendoza. Por la importancia del templo, sí se trataba de un coro más parecido al de un templo metropolitano, puesto que presentaba sillería baja y alta. También existía una vía sacra que conducía al presbiterio, que al igual que en la catedral de Baeza carecía de girola. Otra similitud con un coro catedralicio es su situación, pues se encontraba ocupando la nave central, separada del altar mayor por la cúpula del crucero. También disponía de un facistol de considerable tamaño”. 





“Pese a todas estas similitudes y la posible mayor calidad de la obra, el coro de la colegiata ubetense es de menor tamaño, albergando un número inferior de sillas (ocupaba tan solo una nave). Aunque presentaba un órgano con una tribuna en el lado del Evangelio, tampoco la  altura del tapizado alcanzaba las dimensiones del baezano”.

Por ultimo sobre esta hermosa reja obra del Maestro Bartolomé, en su paño central llevaba como tema principal, dos escudos en círculos con dos angelotes tenantes, del obispo don Francisco Mendoza, que gobernó la diócesis de 1538 a 1543 y sobre estos escudos el escudo con laurear de la colegial, sostenida igualmente por angelotes. La reja estaba formada con figuras repujadas en los frisos, barrotes torsos abiertos en rombos, cuerpos separados por frisos y calles con coronación. En la parte superior en chapa aparecía el tema de la Inmaculada en su clásica iconografía. Para más información pincha aquí. En los pilares de los arcos del crucero se hallan dos escudos de piedra policromada. Ambos blasones pertenecen al obispo Francisco Delgado López, que gobernó la diócesis entre 1566 al 1576. 

Acerca de esta reja, en la actualidad, esta la puerta de esta la reja se perdió tras el saqueo de 1936; el resto fue troceado en la década de 1960 y se sus restos están en la Capilla del Santo Sepulcro, Capilla del Cristo de los Toreros y Capilla Bautismal, así como la cruz que hay en el claustro, hecha con la crestería de la reja. Quiero aclarar, que estas rejas,  que cierran dichas capillas, junto a la capilla del Cristo Yacente;  son trozos de la antigua Reja del desaparecido coro, situada en la nave central, y fue desmantelada en la década de los sesenta del siglo XX por mandato del párroco de aquel entonces de la iglesia Diego García Hidalgo, para cerrar dichas capillas, y decorar también el Altar Mayor de la hoy clusurada Iglesia de San Pedro.  En cuanto a la autoría, hay general acuerdo en que se debe al maestro Bartolomé.  El primero en atribuir su autoría fue Gómez Moreno  en 1923 y posteriormente en 1983 Domínguez Cubero.



Reja del Coro en la Actualidad, troceada, cerrando diversas Capillas de la Basílica Menor de Santa María de Úbeda


A finales de la década de 1970, y tras las obras de mejora del Claustro de Santa María, los muros claustrales del citado recinto, se enriquece de cuatro apliques de forja y de una cruz, también de forja. Cabe decir que Tiznajo Forja, a través de los fragmentos procedentes de la desaparecida reja del Coro, realiza dicha cruz y estos candelabros. 


 En el año 2009, en la quinta y última fase de restauración de Santa María,  se eliminan las nombradas lámparas, siendo sustituidos por la existente iluminaría de dudoso gusto. Desde entonces, han permanecido guardados en unas dependencias de dicha iglesia, hasta su actual recuperación (Primeras semanas de Agosto de 2020), y que gracias a la iniciativa de la Junta Directiva de la Cofradía del Santo Entierro, que los ha restaurado y lo ha instalado en su Capilla Canónica que tiene en la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares.

Bibliografia: 

SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES DE ÚBEDA, UN FOCO PLATERESCO DE LA REJERÍA ANDALUZA

Por José Domínguez Cubero. I.E.G. Edición Digital.

IGLESIAS DE ÚBEDA Y BAEZA

Quesada Quesada, José Joaquín / Córdoba, Almuzara, 2019

Fotografias.

Archivo Gabriel Delgado Juan

Jose Luis Latorre Bonachera.

domingo, 21 de abril de 2024

¿Dónde estarán los cinco escudos de armas de los benefactores de la Antigua Colegial? Hoy Basílica de SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES

 ¿Dónde estarán los cinco escudos de armas de los benefactores de la Antigua Colegial?  Hoy Basílica de SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES

Lo único salvado de estas bóvedas, fueron los cinco escudos de armas de los benefactores de la Colegial (cuyos nombres eran Don Pascual; Don Gutiérrez Téllez; Don García Pérez; Don Nicolás de Biedma y Don Diego de los Cobos) que se situaban en la desaparecida bóveda de la nave central,  Foto de Escudo de Oro.


 Juan Ángel López Barrionuevo.

 

Uno de los Cinco Escudos desaparecidos, perteneciente a 

García Pérez (OsmaReino de Castilla; ¿?-ÚbedaReino de Jaén; finales 1316) religioso católico castellanopresbítero, 5.º arcediano de Úbeda, sucesor de Gonzalo Pérez. Elegido obispo de Jaén en 1301.

Tras la muerte en cautividad de su predecesor, el deánJuan Miguel y los canónigos de Jaén en cabildo se reunieron el 24 de febrero de 1301 y acordaron en elección como nuevo obispo a García el 3 de marzo de ese año y confirmó el arzobispo de Toledo el 8 de octubre de 1301.1

Tuvo el obispo ciertas donaciones de terrenos y el cortijo de Bocache en término de Torreperogil que donó a la Colegial de Úbeda, por elegir allí sepultura y estar enterrado.2


Uno de los elementos perdidos, tras la larga restauración de Santa María de los Reales Alcázares[1], fueron las bóvedas encamonadas de medio cañón que cubrían las tres naves principales de esta iglesia, de estilo barroco del siglo XVIII. Desaparecidas en el año 1986, fueron las principales causantes de la ruina de la iglesia, estaban formadas de medio cañón, lunetos, arcos fajones a similar altura, y de muy dudoso gusto. Para tal construcción, los muros externos hubieron de ser recrecidos dos metros para permitir la colocación de las ventanas en las naves laterales. Y así el espacio pasó a ser uno más luminoso. Las bóvedas descansaban sobre una cornisa de escayola, resaltada con ménsulas de cuerpo bulboso y decoración de grutescos en los arcos fajones. Estos seguían la línea de los pilares en todos los tramos salvo en el falso crucero, que descansaban en la clave de los arcos rebajados, construidos en el siglo XVI. Los lunetos también se decoraban de decoración vegetal.

 

El investigador Ginés Torres Navarrete, nos apunta que, en un documento público, hecho ante el escribano de Úbeda Juan de Alaminos Calatrava, fecha 20 de julio de 1723, respecto a la inminente ruina de los tejados, por el mal estado de las maderas a causa de los continuados temporales; lo siguiente: "... Don Pedro Gómez Castaño, presbítero, Canónigo de la Iglesia Mayor Collegial de esta ciudad y mayordomo de los bienes y rentas de su fábrica, como más haya lugar en derecho digo: Que ya V.M. tiene noticia de la peligrosa ruina que amenaza la cubierta de madera y texados...”

Las obras debieron realizarse en breve tiempo. Ruiz Prieto nos dice que “...Cabildo Colegial, en sesión de 27 de mayo de 1724, acordó se fijasen las armas del obispo que en aquellos años regia la diócesis, D. Rodrigo Marín y Rubio, en el frontis del arco toral; se dispuso fueran de yeso cortados talla. En el primer recuadro de la nave de enmedio, las armas del señor obispo: D. Pascual, que gobernó la diócesis de 1250 a 1275. En el segundo recuadro que es en el crucero, el Capelo que había en memoria de estar en el enterrado el señor D. Gutiérrez Terez, que gobernó de 1317 a 1332.  En el tercer recuadro a la entrada del Coro, otro Capelo que había donde está enterrado el Señor obispo D. García Pérez, Arcediano que fue de Úbeda y que elegido obispo en 1301, murió en 1316. En el cuarto recuadro las armas del señor Nicolás de Biedma, que dio constituciones nuevas a esta iglesia en 1371. En el quinto recuadro las armas del señor D. Diego de los Cobos y Molina, natural de Úbeda, que dejó a esta iglesia el patronato del Hospital de Santiago. Se fija lugar y sitio para las armas del Ilmo., Sr. D. Antonio de Brizuela y Salaman y fue encima de la reja de la Capilla de la Yedra".

Anterior bóveda de Santa María. Foto J.J. García Toral


El obispo autoriza al Cabildo Colegial a tomar dinero a censo sobre las rentas de la fábrica, por decreto de 17 de julio de 1723, hasta seiscientos ducados...; Pierde entonces Santa María su viejo y artístico artesonado a cambio de las bóvedas; dentro de las coordenadas estéticas del momento, sus naves, muros y pilares se vieron enfundadas por pesadas estructuras barrocas, con lo cual su interior perdió diafanidad y volumen.

Lo único salvado de estas bóvedas, fueron los cinco escudos de armas de los benefactores de la Colegial (cuyos nombres eran Don Pascual; Don Gutiérrez Téllez; Don García Pérez; Don Nicolás de Biedma y Don Diego de los Cobos) que se situaban en la nave central, como ya dijimos anteriormente. Desde el año 1987- hasta el año 2001, antes de la terminación de la tercera fase de la restauración del templo, estos blasones pintados al óleo, se guardaban en la capilla del Santo Entierro, cuando finalizó la obra de la iglesia en marzo de 2011, que duraron 28 años, estos escudos, aún se guardaban en Santa María. Por aquella época la Asociación Caballeros 24, reivindicaron que se volvieran a poner estos escudos de armas de los beneficiarios de Santa María, como lo demostramos a continuación…: Santa María y una vez abierta al público, nos hemos lamentado de que en nuestra iglesia mayor se han perdido, bien por deterioro o “por cambio de domicilio”, cinco losas de enterramientos con sus respectivos escudos heráldicos que había diseminadas por el suelo de la iglesia. Si se destruyeron en las obras habría que buscar responsabilidades y si están en otro lugar que se reubiquen en el pavimento de alguna capilla del claustro y en el enlosado del mismo. En ese mismo tiempo también pedimos que los cinco escudos “iluminados” pertenecientes a sus obispos benefactores y que existían a lo largo de la bóveda de la nave central, se volvieran a colocar en algún lugar de la iglesia dado que forman parte de su historia y son piezas que pertenecen a su patrimonio.

Aprovechando la ocasión y la buena predisposición de Juan Ignacio Damas, sacerdote responsable de este templo, le instaríamos a que se pusiera en contacto con las asociaciones culturales y ciudadanos de cierto cacumen de la ciudad para ver qué les sugieren en cuestión de exhibir los cuadros de esta iglesia que aún no han sido colgados y qué es lo que se va a exponer en las dependencias de su Sala Capitular. También le pediríamos que se pudieran exhibir en el claustro (o en la misma sala) algunas piezas de piedra labrada que se encuentran amontonadas en una dependencia al aire libre de la parte de poniente. Nosotros estaríamos dispuestos a colaborar si se nos lo pidiera.  ...”.


Lamentablemente, tras la entrega de la iglesia al Obispado de Jaén, y durante la preparación de la iglesia para el culto, Abril a Mayo de 2011, ya no se volvió a saber más de los mencionados escudos heráldicos y se perdieron la pista de los mismos… Pero esto es otra historia…

 

 

Bibliografía consultada:

Historia de Úbeda en sus Documentos; Tomo IV: Parroquias; Ginés Torres Navarrete.

Santa María de los Reales Alcázares; Antonio Almagro García.

Escudos Heráldicos de Úbeda; Juan Gabriel Barranco Delgado.

APROVECHANDO QUE ESTAMOS EN SANTA MARÍA

https://caballerosveinticuatro.blogspot.com/2013/10/aprovechando-que-estamos-en-santa-maria.html



[1] Tras la finalización de las obras de Santa María (1983-2011), se recobró escenográficamente la pureza y modestia de un templo gótico-mudéjar sevillano.

 

domingo, 7 de abril de 2024

Recuperadas dos Tablas de la Sillería de Santa María de los Reales Alcázares…

 

Recuperadas dos Tablas de la Sillería de Santa María de los Reales Alcázares…

Juan Ángel López Barrionuevo


Puerta doble con dos relieves realizados en madera de nogal natural representando a San Juan Evangelista y Santiago el Menor y datados en la primera mitad del siglo XVI. Fotos de Tomi Barrionuevo y Fuente Propia


Gracias a las gestiones realizadas por José Antonio Mesa Beltrán[1], se ha recuperado hace unos días para la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, dos tablas que formaban parte de la desaparecida sillería del antiguo coro., con la representación San Juan Evangelista y Santiago el Menor...

Cristo de la Caida de Benlliure, y Altar Mayor de Santa María, en cuyo testero podemos admirar restos de las antigua silleria, años 1940. Foto gentileza Jose Luis Latorre Bonachera

"El magnífico y espacioso coro que ocupa el centro de la iglesia se construyó por los años de 1538 a 1 550, bajo los auspicios del piadoso celo de los obispos de la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco. [...] El segundo prelado ayudó con limosna a construir la sillería que tallaron los maestros Juan de Reolid y Luis del, Aguila; la labor en conjunto es grandiosa, pero en sus detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras obras de este género que existen en Úbeda. Exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que son de superior mérito…” Foto Jose Manuel Almansa Moreno



Desde hace pocos días, las podemos disfrutar y contemplar en la Antesacristía de la misma iglesia, un aliciente más para la visita cultural, a este edificio religioso, uno de los principales emblemas de la ciudad.

En cuanto a esta sillería, una gran parte se perdió en la guerra civil, algo se conserva en el archivo municipal y puede que alguna tabla, (está aún por estudiar este tema) se encuentre en el retablo del Hospital de Santiago, amén de la que hasta hace pocos años podíamos admirarlos en la Capilla del mismo Hospital, junto a otras tablas de la misma (hoy Auditorio) ... tras la restauración del lugar (año 2018) no han vuelto a su lugar....

 Pero en esta ocasión, voy a exigir a la propia parroquia de San Pablo Santa María, que reclame al Ayuntamiento de Úbeda, varios restos de esta misma sillería, que conservan en su propiedad, para que vuelvan a la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares.

 

Aquellos cuadros con restos de la sillería del coro de la capilla del Hospital de Santiago, que hasta hace unos años adornaban dicha capilla (hoy auditorio).

A partir del libro titulado Los Bienes Muebles del Ayuntamiento de Úbeda ESTUDIO Y CATALOGACION, realizado David Rodríguez Martínez

Sabemos que restos de esta sillería, se guardan actualmente en el Archivo Histórico Municipal. 

Cabe indicar por Ruiz Prieto que la sillería fue costeada por D. Pedro Pacheco, y los artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar y en 1550 fue tasada de la siguiente manera: “Treinta cuatro sillas altas y bajas en doscientos sesenta y cuatro mil novecientos cuarenta y seis maravedíes. Los escaños en veinte mil cuatrocientos cuatro. La talla de los pilares de las sillas bajas con sus veneras en siete mil diecisiete; otras sillas altas y la episcopal en trescientos siete mil seiscientos cuarenta y uno y la altura de las sillas y demás obra, como el ancho, en veinticuatro mil ciento cincuenta y cuatro. Estaba hecha en nogal”[i]

 Basándonos en el catálogo de David Rodríguez Martínez, el primer resto, fue reciclado para una mesa de despacho, en la época 1939-1960.

 

Mesa despacho realizada con restos de la sillería

David Rodríguez nos relata acerca de la misma los siguiente: “… Dimensiones: 86 x 171 x 77 cm; Procedencia: coro de la antigua Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares; Ubicación: Archivo Histórico Municipal de Úbeda. Descripción: al igual que en los casos anteriores, este mueble está realizado con piezas procedentes del destruido coro de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares (esculpido a mediados del siglo XVI por Juan de Reolid y Luis del Aguilar) La mesa está compuesta por dos cajoneras de tres cuerpos cada una, insertadas en el lateral del mueble. Estas dejan un hueco central resuelto con un faldón que contiene dos cajones enmarcados por molduras y rosetones. En la parte posterior del mueble se aprecian dos tablas que sirven de fondo para los laterales y que exponen tallas de grutescos y figuras antropomorfas motivos que también aparecen en la parte lateral. EI faldón está decorado con motivos vegetales, que siguen el mismo ritmo que las escuadras que lo refuerzan. La parte inferior apoya en seis bolas que dan al suelo, …”

Volviendo otra vez a David Rodríguez Martínez, mencionamos de un expositor realizado a doble faz con restos del coro de la antigua Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda. “…En el caso de este expositor se utilizaron las columnas de la silla episcopal del coro, una magnífica obra elaborada en torno al año 1550 por los maestros Juan de Reolid y Luis de Aguilar. De éste tenemos la siguiente descripción de Ruiz Prieto: "El magnífico y espacioso coro que ocupa el centro de la iglesia se construyó por los años de 1538 a 1 550, bajo los auspicios del piadoso celo de los obispos de la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco. [...] El segundo prelado ayudó con limosna a construir la sillería que tallaron los maestros Juan de Reolid y Luis del, Aguila; la labor en conjunto es grandiosa, pero en sus detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras obras de este género que existen en Úbeda. Exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que son de superior mérito…”

 

Por último, referir que, con la recuperación de estas tablas, no todo se perdió durante los acontecimientos acaecidos en la guerra civil,

A

sí describe Juan Pasquau la Guerra Civil Española en Úbeda, uno de los episodios más dramáticos de la historia reciente de nuestro país.

 «Desde el 18 de julio de 1936, fecha del Glorioso Alzamiento Nacional, hasta el 29 de Marzo de 1939, Úbeda gimió presa. Fueron saqueadas todas las iglesias y quemadas todas las imágenes, entre blasfemias y sacrilegios inenarrables. Los templos sirvieron de cuadras y garajes. Fueron encarcelados y asesinados, sin mediar formalidad legalista alguna y en medio de la más absoluta impunidad, muchos buenos ubetenses por su condición de católicos, por sus ideas políticas desafectas al extremismo “rojo” o, simplemente, por odios personales».

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En la tarde del 26 de julio de 1936, festividad de Santa Ana, nuestros templos fueron saqueados, arrastrándose muchas de las imágenes devocionales hacia una gran hoguera en donde se quemaron siglos de arte. No solamente se destruyeron esculturas y pinturas, sino también documentos de archivo, así como muchos de los retablos que adornaban nuestros templos (las fotografías antiguas dan fe de la monumentalidad barroca que atesoraban las iglesias ubetenses, como La Trinidad, San Pablo, Santa Clara, Santo Domingo, etc.).

 

Es falso que todas las obras del patrimonio ubetense desaparecieran en esa gran hoguera realizada en la tarde del 26 de julio de 1936. Muchas piezas se conservaban en su ubicación original hasta fechas avanzadas de la contienda; de hecho, en 1938 tenemos el informe particular realizado por Miguel Campos Ruiz en donde habla de un gran número de obras y del estado de conservación de nuestros templos (haciendo especial hincapié en los bienes de la Capilla del Salvador). Sin embargo, parece que a partir de este momento se incrementa la rapiña y el interés de ansiosos coleccionistas por poseer pinturas y esculturas de especial valor artístico.

Esto demuestra una vez más, que dentro de nuestra nueva historia contemporánea siempre se citan los descalabros de la Guerra Civil para justificar la destrucción de nuestro patrimonio, si bien lo cierto es que ya muchos de los bienes se habían perdido durante la Invasión Francesa y las diferentes desamortizaciones eclesiásticas o intentos modernizadores del siglo XIX. A pesar de todas estas pérdidas, es en las últimas décadas cuando asistimos a un proceso destructivo de carácter más quieto y reservado, pero, no por ello, menos traumático

 

Fuentes:

Archivo propio, José Manuel Almansa Moreno 

Los Bienes Muebles del Ayuntamiento de Úbeda ESTUDIO Y CATALOGACION, David Rodríguez Martínez

J. PASQUAU: “Biografía de Úbeda” 

 https://vbedarecatada-santamaraubeda.blogspot.com/2019/03/el-antiguo-coro-colegial-de-la-basilica.html?m=1&fbclid=IwAR3XPkDImGMeLp3ows9NZn6_ZMnkfKtjmw_8IE5NN8tseudk3a6X1mZIvcg_aem_AUX-k7OEQ8a0SFXJtnryW-t6s_XP93U5zK8kgvOCAnN95lV9jgqzNvNyTlBkI_56-dolEsjym5Bx2NSJaAVxKSNi

 

http://jmalmansa.blogspot.com.es/2013/07/por-la-recuperacion-de-nuestro.html

https://www.vbeda.com/gines/arriba.php?

tit=Tomo%20VI:%20%DAbeda%20cristiana&bbase=giutomo6&direc=tomo6/&pag=

 

 

 



[1] José Antonio Mesa Beltrán

Sinceramente, el daño está hecho y por desgracia hay cosas que no son reversibles. Sin embargo, hay otras cosas que sí, como el parar subastas donde quieren vender las tablas enajenadas del templo ilegalmente. Ahora mismo, este par de tablas están en proceso judicial y a la espera de una actuación legal. http://aragonsubastas.com/FINAL-BORJA/detalle_lote.php?subasta=18&numero_lote=407&id=22595&categoria=&seccion=&orden=numero_lote&sentido=&offset=&limite=36&autor=&vendido=&activo=&tabla=

 

ARAGONSUBASTAS.COM

 



[i] La sillería desaparecida en la Guerra Civil de 1936, fue costeada (según Ruiz Prieto), por D. Pedro Pacheco, y los artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar y en 1550 fue tasada de la siguiente manera: “Treinta cuatro sillas altas y bajas en doscientos sesenta y cuatro mil novecientos cuarenta y seis maravedíes. Los escaños en veinte mil cuatrocientos cuatro. La talla de los pilares de las sillas bajas con sus veneras en siete mil diecisiete; otras sillas altas y la episcopal en trescientos siete mil seiscientos cuarenta y uno y la altura de las sillas y demás obra, como el ancho, en veinticuatro mil ciento cincuenta y cuatro. Estaba hecha en nogal”. Mención cabe que la desaparecida silla episcopal era obra del maestro Gutierre Gierero. Fue donada al Colegial de Santa María en 1549, por el Cabildo de la Catedral de Jaén.