APROVECHANDO QUE ESTAMOS EN SANTA MARÍA
En la anterior entrega nos congratulábamos por el
resultado positivo que tuvieron las sugerencias que hicimos por mediación de
nuestro secretario perpetuo el caballero Heráldico, para que se rescatara y se
reubicara la pila bautismal románica de San Bartolomé en un lugar de la iglesia
de Santa María de los Reales Alcázares.
Aprovechando que
estamos en Santa María, un edifico histórico para unos, monumento nacional para
otros e iglesia mayor para los demás, queremos hacer una parada bajo su
claustro en una de estas tardes otoñales mientras que el pueblo está de feria y
meditar sobre algunos aspectos concernientes a su patrimonio.
El mes pasado dábamos
una de “cal” y ahora le toca el turno a una de “arena”, porque vamos a volver a
reivindicar algo que ya en su día hicimos.
Tiempo después de las
interminables obras de reinvención y consolidación de Santa María y una vez
abierta al público, nos hemos lamentado de que en nuestra iglesia mayor se han
perdido, bien por deterioro o “por cambio de domicilio”, cinco losas de
enterramientos con sus respectivos escudos heráldicos que había diseminadas por
el suelo de la iglesia. Si se destruyeron en las obras habría que buscar
responsabilidades y si están en otro lugar que se reubiquen en el pavimento de
alguna capilla del claustro y en el enlosado del mismo. En ese mismo tiempo
también pedimos que los cinco escudos “iluminados” pertenecientes a sus obispos
benefactores y que existían a lo largo de la bóveda de la nave central, se
volvieran a colocar en algún lugar de la iglesia dado que forman parte de su
historia y son piezas que pertenecen a su patrimonio.
Pero es que aún hay más
y no nos queda más remedio que denunciar la desaparición de otro bello y
valioso escudo policromado en soporte metálico del que adjuntamos fotografía.
Este escudo se encontraba en la clave central de la capilla de la Yedra levantada
en 1505 y que tenía las armas de don Rodrigo Sagredo el que fuera canónigo
proto-notario y acerdiano de la misma.
Aprovechando la ocasión
y la buena predisposición de Juan Ignacio Damas, sacerdote responsable de este
templo, le instaríamos a que se pusiera en contacto con las asociaciones
culturales y ciudadanos de cierto cacumen de la ciudad para ver qué les
sugieren en cuestión de exhibir los cuadros de esta iglesia que aún no han sido
colgados y qué es lo que se va a exponer en las dependencias de su Sala
Capitular. También le pediríamos que se pudieran exhibir en el claustro (o en
la misma sala) algunas piezas de piedra labrada que se encuentran amontonadas
en una dependencia al aire libre de la parte de poniente. Nosotros estaríamos
dispuestos a colaborar si se nos lo pidiera.