Santa María de los Reales Alcázares; Blog “Hablar de este hermoso templo es, pues, en una palabra, hablar de los ubetenses de todo linaje y casta; ya vivan entre nosotros, ya estén en tierras lejanas, porque a todos, de esta Iglesia el mismo amor nos inflama; y todos hasta la muerte la llevan dentro del alma”.
sábado, 4 de mayo de 2019
Buen Pastor de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. Por su Restauración y su Posterior Puesta en Valor Cultural.
lunes, 29 de abril de 2019
El San Miguel Olvidado, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. Y por su puesta en valor, al Culto Religioso.
San Miguel Arcángel, vestido de soldado con
dos de sus tres atributos: el Escudo,
con el significado de su nombre –Quis ut Deus- recuerda su entrega
incondicional a Dios y la Lanza, signo
de su lucha victoriosa contra Lucifer; el cuadro de buen mérito, y según parece
fue realizado por palabras de Torres Navarrete, en el siglo XVIII, de autor
anónimo.
El San Miguel
Olvidado, de la Basílica de Santa María
de los Reales Alcázares.
Y por su puesta en valor, al Culto Religioso.
Juan Ángel López Barrionuevo.
San
Miguel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres
aparecen en la Biblia. Los otros dos son Gabriel y Rafael. La Iglesia Católica
da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama
"Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la
milicia celestial". Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran
defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en
el Nuevo Testamento.
El
nombre Miguel significa en hebreo ¨Quien como Dios¨. El primer Santuario
consagrado al Arcángel está en el sur de Italia, en el Monte Gargano. En este
lugar él se apareció tres veces entre los años 490 y 493. En su última
aparición manifestó que ese lugar no necesitaba ser bendecido porque él ya lo
había consagrado con su presencia como su Santuario. El 29 de septiembre del
año 493, después de haber escuchado la voluntad del Arcángel, el pueblo con su
Obispo celebró solemnemente la primera Misa en la gruta-Santuario del gran
Arcángel San Miguel.
El
Arcángel posee tres atributos: la Lanza, signo de su lucha victoriosa contra
Lucifer; el Escudo, con el significado de su nombre –Quis ut Deus- recuerda su
entrega incondicional a Dios; y la Balanza lo identifica como el que defiende y
acompaña al alma en la hora de la muerte.
El
Padre Kentenich señala: ¨San Miguel es primeramente... el protector del
Santísimo Sacramento del altar. La segunda gran tarea del Arcángel San Miguel
es ser el ayudante nato y escogido de la querida Madre de Dios en la lucha
contra el Demonio... Al colocarnos al lado de San Miguel, en él y con él,
ayudamos a la querida Madre de Dios a vencer al Demonio y a los poderes
demoníacos en el mundo actual¨. (Palabras del Padre Kentenich a la Liga
Apostólica en 1966).
Las
Iglesias Católica y Ortodoxa celebran el día del arcángel Miguel en diferentes
fechas. Tradicionalmente, la celebración católica del mundo occidental se
celebra el 29 de septiembre. Este día se celebra también a los arcángeles San
Gabriel y San Rafael. En los países del Norte de Europa se le llama a este día
Michaelmas.
En
la época medieval era un día muy importante y era obligación observarlo. Más
tarde, se abolió esta obligación y se añadió la celebración de los otros
arcángeles y todos los ángeles el mismo día.
Las
iglesias ortodoxas celebran el día del arcángel Miguel el 8 de noviembre, según
el calendario juliano. También se celebra en su honor el Milagro de Konia el 6
de septiembre.
La
tarea de conducir a las almas, atribuida a san Miguel, parece derivar de Los
evangelios apócrifos, donde abundan los relatos. Entre ellos, quizá el más
importante, es el que narra cómo el arcángel recibió en sus manos el alma de la
Virgen: "Entonces le dijo el ángel... Yo soy el que tomó las almas de los que se
humillan a sí mismo ante Dios y el que las traslada a lugar de los justos en el
mismo día en que salen del cuerpo. Y por lo que a Ti se refiere, si llegas a
abandonar el cuerpo, yo mismo en persona vendré por Ti." (1)
Debido a que la balanza aparece como atributo personal de Miguel, fue
considerado patrón de los tenderos y de otros oficios relacionados de alguna
manera con este instrumento. Por su naturaleza celeste se le representa siempre
sobre un cúmulo de nubes, como es el caso de este lienzo, en que además se
encuentra parado sobre angelillos. 1. Aurelio de los Santos Otero, Los
evangelios apócrifos, p. 617.
Muy
apropiadamente, es representado en el arte como el ángel guerrero, el
conquistador de Lucifer, poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo
infernal, amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, o presto para
encadenarlo para siempre en el abismo del infierno. La cristiandad desde la
Iglesia primitiva venera a San Miguel como el ángel que derrotó a Satanás y sus
seguidores y los echó del cielo con su espada de fuego.
Él
tocará la trompeta el día del Juicio (1° Tesalonicenses 4, 16), y es el
encargado de frustrar a Lucifer o Satanás, enemigo principal de '''Miguel'''
por ser el arcángel de los ángeles caídos o del mal (Apocalipsis 12:7). Por
eso, en el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano,
amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón.
Como
ya dije también suele, ser representado
pesando las almas en la balanza, pues según la tradición, él tomaría parte en
el Juicio final. Es también el más invocado, al que más se le reza y al que más
personas le piden ayuda. Esto se debe a su papel de guerrero espiritual. Las
imágenes creadas por artistas son el mejor ejemplo de cómo se ha percibido al
arcángel Miguel a través de los tiempos.
La Olvidada Pintura
de San Miguel, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares.
Desde
antaño, en la iglesia de Santa María, se daba culto al patrón de Úbeda el Arcángel
San Miguel, hasta la fecha de 1936. Dos eran las representaciones de San Miguel,
que recibían culto en esta Iglesia hasta la citada fecha, estas representaciones estaba formada por una escultura y la
otra era una pintura, (que por suerte aún se guarda, en esta iglesia, pero en
muy malas condiciones).
En
primer lugar, hablaremos de la citada desaparecida escultura de San Miguel, la
misma recibió culto en la Capilla Mayor de Santa María. Donde la tradición
cuenta que está ubicada donde se dijo la primera misa tras la conquista de la
ciudad, el 29 de septiembre de 1233.
Ruiz
Prieto nos relata en su Historia de Úbeda. Tomo II. Pp. 8-53: “…Capilla
mayor.-Ocupa el mismo sitio en el mismo sitio en que se celebró la primera misa
a que asistieron los conquistadores, para dar gracias a la Virgen de la
Asunción, bajo cuyo patrocinio se puso la iglesia, por la protección otorgada
en la penosa conquista de la Villa, y a cuya primera festividad asistió, como
queda dicho, el rey conquistador D. Fernando III, para rendir devotamente su
grandeza a la Reina de los Ángeles, madre de Dios, cuya efigie llevaba dicho
rey consigo en su caballo de batalla y en sus estandartes…”
Sobre la desaparecida imagen en
cuestión de San Miguel, volvemos a Ruiz Prieto: “…En un ángulo de la capilla hay colocada
sobre un pedestal, una imagen del Arcángel San Miguel, que procede del
extinguido convento de Carmlitas Descalzas. Fue hecha en 1671, con ayuda del
Ayuntamiento de la ciudad, que dio doscientos ducados, como consta en las
sesiones de 16 de marzo de dicho año, y de 26 de junio de 1676. No hemos
encontrado el nombre del artífice que talló esta interesante imagen…”.
Hablemos,
ahora de la ovidada pintura de San
Miguel, que aún se conserva, en muy malas condiciones, en una de las
dependencias de la iglesia, junto a demás cuadros en espera de restauración, destacando
por su belleza; una pareja de planchas de cobre dedicadas a Getsemaní y un
prendimiento, San José, un Buen Pastor ninño, un cardenal franciscano de muy
buena traza, los tres cuadros sobre el martirio de San Lorenzo, un retrato de
San Vicente de Paúl elaborado en Logroño en 1870,…
La
pintura hasta 1936, se situaba en el desaparecido trascoro, frontero a la
Capilla de la Yedra, lugar donde la decoración tomaba gran protagonismo.
Además, en el lugar central del trascoro se colocaba una capilla con un altar
desde dónde se podía celebrar la eucaristía, siendo considerada como la capilla del pueblo, al ser este Santo
Patrón de Úbeda, se colocó aquí la mencionada pintura de San Miguel Arcángel.
Ginés
Torres Navarrete, en su libro Historia de Úbeda en sus Documentos, tomo IV p.32,
nos dice: “…Estuvo situado a espaldas del coro frente a la capilla de la Yedra y
se labró a costa del Canónigo don Juan Muñoz de Lago. Este testó en Úbeda el 26
de octubre de 1824 ante Manuel de Elbo y dice: “Que io he costeado en dicha mi
Yglesia el retablo dorado y jaspeado del trascoro dedicado al Arcangel San
Miguel…”.
“…Existió
otro retablo anteriormente, pues en 26 de diciembre de 1779 ante Andrés Hidalgo
de Torralba, testó en Úbeda el Canónigo don Pedro Juan de Ojeda y menciona el
altar de San Miguel “en el cuerpo de iglesia” de Santa María…”
Volvemos
a Ruiz Prieto, Historia de Úbeda. Tomo II. Pp. 8-53, nos dice : “…A espaldas del Coro, frente a la
Capilla de la Yedra, hay otro altar, cuyo retablo lo constituye un cuadro con
la imagen de San Miguel, de bastante mérito, que fue costeado a principios de
este siglo (en 1824), por el tesorero D. Juan Antonio Muñoz de Lago. El cuadro
parece más antiguo…”.
La
mencionada pintura, representa al Arcángel, vestido de soldado con dos de sus tres atributos: el Escudo, con el significado
de su nombre –Quis ut Deus- recuerda su entrega incondicional a Dios y la Lanza, signo de su lucha victoriosa contra
Lucifer; el cuadro de buen mérito, y según parece fue realizado por palabras de
Torres Navarrete, en el siglo XVIII, es de autor anónimo.
Esperemos,
que alguna vez se tome la iniciativa de restaurar esta joya del siglo XVIII,
enriquezca el poco patrimonio del mueble que conserva la Basílica de Santa
María, y vuelva a tener culto y ubicarse en el lugar donde corresponde, la Capilla Mayor de dicha iglesia.
G. AULEN, Christus
Victor, SPCK, London 1931;
J. DANIÉLOU,
Teología del judeocristianismo, Cristiandad, Madrid 2004;
W. LUEKEN, Michael. Eine Darstellung und Vergleichung der
jüdischen und der morgenländisch-christlichen Tradition vom Erzengel Michael,
Göttingen 1898;
M. MACH, «From Apocalypticism to Early Jewish
Mysticism», en B. MCGINN (ed.), The Encyclopaedia of Apocalypticism, New York
1998, II, 204-237;
X. PIKAZA,
Antropología bíblica, Sígueme, Salamanca 1996;
J. RATZINGER, La
unidad de las naciones, Cristiandad, Madrid 2011,
Ruiz Prieto, Miguel.
Historia de Úbeda. Tomo II. Asociación Alfredo Cazaban.
Torres Navarrete,
Ginés. Historia de Úbeda en sus Documentos. Tomo IV. Asociación Alfredo
Cazaban.
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