Basílica
de Santa María de Úbeda. Capilla del Cristo de Medinaceli.
Juan
Ángel López Barrionuevo.
La iconografía del Cristo
de Medinaceli es similar en todas las ciudades donde lo veneran: es un Cristo
de Sentencia, con las manos amarradas, ataviado con una túnica color púrpura,
porta un escapulario con la cruz roja y azul propia de los Trinitarios y una
corona de espinas. En algunos casos es figura de vestir y tiene pelo natural.
Recibe el apellido “de Medinaceli” porque fue este ducado el que edificó su
Basílica en Madrid y ostentan el reconocimiento de Hermano Mayor de la cofradía
perpetuo en agradecimiento por tal hecho[1].
La tradición comienza en
el siglo XVII, cuando un padre franciscano lleva consigo a tierras sarracenas
una imagen de un Cristo de Sentencia y dicha imagen fue capturada como si se
tratase de una persona. Tras su rescate, comienza la leyenda y devoción hacia
la figura.
El devoto del Cristo de
Medinaceli se acerca a él con la intención de, tras besarle el pie, pedirle
tres deseos (sabiendo que sólo se cumplirá uno) y a cambio deja tres monedas en
la bandeja de plata que hay situada junto a él. Incluso algunos le llevan
claveles rojos y sus deseos apuntados en un papel que depositan también en la
bandeja con el anhelo de que se cumplan.
– Dicen que, si pides
tres deseos, te concede uno, pero a mí siempre me ha concedido los tres.
– Eso depende, porque
mira que hay almas y almas, aunque es cierto que él reparte.
– Si él sabe que te hace
falta, te lo da. Eso te lo digo yo.
En cuanto la imagen del
Cristo de Medinaceli, que tanta devoción despierta en Úbeda, es una imagen de
serie, realizada en los años 40 del siglo XX, en la empresa “El Arte Cristiano”[2].
Quien creyera que no
existe imaginería religiosa en serie se sorprendería saber que existe un taller
en España que produce desde 1880 imágenes a granel: "El Arte
Cristiano", situado en Olot (Gerona). Desde entonces y hasta día de hoy
han producido innumerables imágenes que hoy se encuentran por toda España.
Las imágenes se obtienen a partir de un modelo original que conservan en sus
almacenes, del que extraen un molde de resina cada vez que alguien encarga una
obra; en este molde se vacía la imagen definitiva en pasta cartón madera, una
mezcla de cola de conejo, yeso y agua. Por último, la imagen recibe las últimas
labores de acabado y pintado.
El problema de estas
imágenes es que carecen del valor de una obra única que ha pasado por las manos
de un artista desde el principio hasta el final; Olot es la industrialización
aplicada al arte. Por eso, por ser más baratas, es habitual encontrar imágenes
de Semana Santa de Olot en pueblos y ciudades pequeñas.
Por Pedro Mariano
Herrador, tenemos las primeras noticias, sobre la devoción al Cristo de
Medinaceli en Úbeda, en el año 1945[3]: …Aunque no era una
cofradía de Pasión, sí fue toda una novedad para el pueblo ubetense, el estreno
de la nueva imagen del Cristo de Medinaceli. Con tal motivo se celebró un
triduo en la iglesia de Santa María, entre los días 27 de febrero al 1 de marzo.
Vino a nuestra ciudad para ocupar la sagrada cátedra el párroco de Iznatoraf,
D. Tomás Urda Cubero, sacerdote muy querido en esta tierra pues no en vano
vendría en multitud de ocasiones a oficiar las fiestas de muchas cofradías
ubetenses. Esta imagen saldría en procesión el 2 de marzo a las cinco de la
tarde, bajo la presidencia de Doña Rufina García del Castillo, con la
asistencia de la banda municipal de música…
Su Fiesta Principal se
celebra todos los años, el primer viernes de marzo, antepuesta de un Solemne
Triduo. Va sucedido, de un Besa pie, que dura todo el día, y al que acude inmensa
cantidad de fieles, no sólo de Úbeda, sino también de varios pueblos cercanos.
CAPILLA DEL CRISTO DE
MEDINACELI
Es la última del lado de
la nave de Epístola, de la Basílica de Santa María., este recinto sólo conserva
de su antigua fábrica la portada gótica, se cierra con reja realizada en la
década de 1960, por artesanos de forja de Úbeda, y se cubre con rico artesonado
de madera, obra del artesano local de artesonados mudéjares Paco Luis Martos, e instalado en el año 2003,
durante las largas obras de consolidación, reconstrucción y restauración, que
estuvo sometida la Basílica de Santa María
(1983-2011).
En ella estuvo desde 1854,
hasta la fecha de 1947, la cofradía del Santo Entierro y Santo Sepulcro,
después de que el prior Blanca trasladara la imagen de su Cristo desde la capilla
de la Yedra. También se veneraron aquí las imágenes de los Santos Varones. La
presencia de estos dio lugar a que fuese necesario poner una tela metálica a la
reja con objeto de evitar las piedrecitas que les lanzaban las jóvenes
casaderas.
Desde el año 1947,
pertenece a la Asociación Religiosa del Cristo de Medinaceli.
Miguel Ruiz Prieto,
acerca de este lugar sagrado nos dice, lo siguiente: …Ignoramos el título
antiguo de la Capilla y la época de su fundación, que debió ser muy antigua,
aunque reedificada a principios del siglo XVI, como otras de esta iglesia. En
1856, la mandó reparar el párroco D. Juan Blanca, y dispuso la colocación en ella
del retablo antiguo de Nuestra Señara de la Yedra que, como queda dicho, estaba
en la Sacristía de la misma. En este retablo, yace en un legno, dentro de un sepulcro
de cristal, el referido Crucifijo antiguo. A los lados del altar, están las
efigies de los Santos Varones José de Arimatea y Nicodemus, a quienes el pueblo
de Úbeda, especialmente las mujeres, tienen gran devoción, considerándolos como
abogados... Desde la última fecha de la citada reforma, tiene esta Capilla la
advocación del Santo Sepulcro. La portada es un precioso capricho de estilo ojival…
Y, por último, José
Molina Hipólito acerca de esta Capilla, nos dice lo siguiente: …Capilla del
Santo Sepulcro La primera en el muro del lado de la Epístola. Se ignora la
fecha de su fundación. Fue reedificada a principios del siglo XVI. En ella
implora- ban protección a los Santos Varones. Es de un gótico muy sencillo, con
arco de medio punto (probablemente tuvo en otros tiempos un conopio). La bóveda
ha desaparecido, estando cubierta hoy con cielo raso...
Bibliografía consultada:
HISTORIA DE ÚBEDA por
D. Miguel Ruiz Prieto Tomo II
MOLINA
HIPÓLITO, José (1952): “Aportación al estudio de la iglesia mayor
parroquial de Santa María de los Reales Alcázares”.
https://w ww.elartecristiano.com//historia.
Pedro
Mariano Herrador Marín Nuestras Cofradías en el siglo XX. Tomo 2: 1939 -1960
[1]
El ducado de Medinaceli es un título nobiliario español creado
por los Reyes Católicos en 31 de octubre de 1479 a
favor de Luis de la Cerda y de la Vega,
V conde de Medinaceli.1
Su nombre se refiere al municipio castellano de Medinaceli,
en la provincia de Soria (Castilla y León) y también a una amplísima
Comunidad de Villa y Tierra que ocupaba el sureste de la actual provincia de
Soria y una gran franja central de la de Guadalajara, hasta el río Tajo.
Tiene asociada Grandeza de España originaria desde 1520 y
da nombre a la Casa de Medinaceli. El último titular fue Marco Hohenlohe-Langenburg y Medina,
que heredó por la ley de reforma sucesoria de 2006 el título tras la muerte de
su abuela, Victoria Eugenia Fernández de
Córdoba y Fernández de Henestrosa, lo que supone un cambio de apellido en
la casa ducal, pues desde hace más de 300 años ha llevado el mismo apellido,
Fernández de Córdoba. Tras el fallecimiento de este, el 19 de agosto de 2016,
el título lo heredó su hija Victoria Elisabeth de
Hohenlohe-Langenburg, quien también ostenta el título de princesa de Hohenlohe-Langenburg en Alemania.
[2]
Los hermanos Joaquim y Marià
Vayreda y Vila, que frecuentaban París con motivo de sus actividades
artísticas, asimilaron allí un tipo de iconografía conocida con el nombre de
Arte de San Sulpicio, dado que lo desarrollaban buen número de artistas
instalados en el barrio parisiense que lleva el nombre del santo. Joaquim
Vayreda, junto con el también pintor J. Berga y Boix, llevó a cabo un ensayo
técnico destinado a dar ocupación a los alumnos aventajados de la Escuela de
Dibujo de Olot, ofreciéndoles la posibilidad de desarrollar profesionalmente su
capacidad artística.
De esta mutua colaboración nació la primera industria de
imaginería religiosa, que arraigó acto seguido en la población y constituye
actualmente una de sus actividades artesanales más peculiares y conocidas. En
1880 la sociedad se llamaba "Vayreda, Berga y Cía", que se transformó
dos años después en "EL ARTE CRISTIANO". Numerosos artistas, entre
los cuales se encuentran escultores con prestigio internacional han pasado por
los talleres de esta empresa decana, creando imágenes que han dado prestigio a
la marca y han estado también exportadas a varios países de los cinco
continentes.
Las estátuas realizadas en pasta cartón madera tienen la
concesión afirmativa por parte de la Sagrada Congregación de ritus e
indulgencias, y por tanto, la consideración de material noble y venerable,
según consta
La industria de los Santos en Olot es fruto de varias
circunstancias:
En el año 1850, en Olot, había una actividad textil muy
importante (algodoneros, tejedores,), proveniente de la industria de las
indianas. Fruto de ésta, encontramos una base artesanal asentada.
Para apoyar esta industria, se había fundado la Escuela
Pública de Dibujo (impulsada por el Obispo Lorenzana en el 1783), que enseñaba
a los jóvenes aprendices las artes gráficas de las indianas. Más tarde, el
artista Joan Carles Payó fue director de esta escuela durante muchos años y
ejerció una gran influencia sobre numerosos discípulos.
Por otra parte, a finales del siglo XIX se vivió un periodo
de recuperación religiosa, ya iniciado por Balmes, que hace que la iconografía
estuviera muy arraigada a la cultura occidental en general y a la catalana en
particular. Los hermanos Vayreda y el abuelo Berga recogen este legado y lo
transforman en una nueva industria: la imaginería religiosa. Los impulsores del
El Arte Cristiano aprovecharon pues todas estas circunstancias y crearon una
industria en aquellos momentos novedosa y próspera. Tanto es así, que pronto
encontramos otros ejemplos en el mismo sentido (hasta 20 talleres a principios
del siglo XX).
Actualmente lo que pretende la empresa es dar a conocer este
patrimonio cultural único en el mundo con más de 2.000 modelos de escultores
como Ache, Alentorn, Blay, Devesa, Llimona....
La industria de los Santos, que ahora vemos como un
anacronismo, fue por lo tanto en su día innovadora. Si hacemos un repaso a las
tradicionales formas que se utilizaban a mediados del siglo XIX para amoldar
las imágenes y los materiales empleados, nos damos cuenta que la industria de
santos de Olot y, particularmente El Arte Cristiano, serían innovadores al
introducir un nuevo material y una nueva técnica de modelaje, en concreto nos
referimos a la pasta cartón madera, que representó una mejora sustancial en la
producción de santos, pues suponía: menos tiempo de moldeaje, más ligereza de
las piezas y más resistencia del material.
El Arte Cristiano es hoy una empresa de auténtica tradición
artesanal que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos. Ha pasado por etapas
exitosas y por instantes difíciles, pero ha sabido evolucionar en el tiempo,
adaptándose siempre al mercado y a las circunstancias. Por eso es por lo que
está en condiciones de ofrecer la tradición más pura junto con la experiencia
de los años que la avalan a la vez que incorpora las mejoras tecnológicas del
momento presente.
La combinación Tradición - Experiencia - Modernidad hacen que
El Arte Cristiano sea una empresa modelo con más de cien años de historia -
desde finales del siglo XIX (1880) hasta nuestros días -. Durante todo este
periodo las relaciones de producción han cambiado a la vez que el proceso de
producción se mantiene casi intacto y fiel a sus orígenes.
La informatización de los almacenes y la renovación de los
moldes permite la fabricación de las estatuas en otros materiales y por tanto
la posibilidad de ofrecer nuevas oportunidades de negocio y mejorar los
procesos productivos.
La empresa ha obtenido la marca de calidad Garrotxa Leader
basada fundamentalmente en dos sectores, además del económico, que son el
medioambiental y el social.
Con la finalidad de innovar tecnológicamente con la
renovación de los moldes y así poder ofrecer éste patrimonio para un uso a la
intemperie y dentro del Arte Fúnebre, hemos unido nuestros esfuerzos
colaborando con una empresa puntera y líder en innovación y desarrollo en la
investigación de nuevas tecnologías en el mundo del Arte.
[3] 1945.
PALMA BURGOS VIENE A ÚBEDA. Pedro Mariano Herrador Marín Nuestras Cofradías en el siglo XX.
Tomo 2: 1939 -1960