domingo, 2 de agosto de 2009

EL SELLO COLEGIAL DE SANTA MARÍA.

El 11 de julio de 1282, el Obispo Pascual le otorga al templo la categoría de Colegiata, con escudo parecido a la de la Catedral jiennense. En la foto escudo de Santa María de los Reales Alcázares en la puerta de la sacristía.
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El 11 de julio de 1282, el Obispo Pascual le otorga al templo de Santa María la categoría de Colegiata, con estatutos parecidos a los de la Catedral jiennense. En la foto, escudo de la Catedral de Jaén.

La aljama o mezquita mayor de Úbeda, fue consagrada en templo cristiano el mismo día que fue reconquistada la ciudad por las tropas del Rey santo; hecho que acaeció el 29 de septiembre de 1233. La consagración fue realizada por el Arzobispo de Toledo don Rodrigo Ximena de Rada, hallándose en tan solemne acto el Rey Fernando III el Santo, acompañado de su corte. El título que le impuso fue el de Iglesia Mayor Parroquial de Nuestra Señora de los Reales Alcázares y nuestra Señora de la Asunción.

El 11 de julio de 1282, el Obispo Pascual le otorga al templo la categoría de Colegiata, con estatutos parecidos a los de la Catedral jiennense.

Juan Barranco Delgado[1], nos describe el sello Colegial del siguiente modo: “…templo resaltado de imagen, sur montando ambas cosas a un animal. Debajo de lo descrito, una muralla. Bordura con leyenda. El templo representa a la catedral, la imagen a Nuestra Señora de la Asunción, advocación a la que estaba sometida la Catedral jaenera y la Colegial ubetense; el animal que en algunas versiones sostiene busto y patas de águila, cuerpo de serpiente, y en otras, cuarto traseros de león, alas de murciélago y cola terminada en dardo, corresponde a la versión medieval de occidente del dragón; y la muralla representa al recinto defensivo de la ciudad del Santo Rostro…”

Estos escudos con este sello lo hallamos en el claustro, en la portada de la Sacristía y en el palacio del Obispo Canastero. Y antaño en la desaparecida reja del coro del templo.


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Escudo con el sello Colegial, el mismo lo hallamos en el claustro de la Iglesia.


El Escudo de la Catedral de Jaén y de la Colegial de Úbeda, según Joaquín Montes Bardo.

El escudo de la catedral participa de esta simbología militante, integrándose en la función del Arcángel como "Custos Ecclesiae" y vencedor del Dragón: "representa un fuerte castillo, y encima el dragón y después la imagen de nuestra Señora con el Niño en brazos, sedente en una silla".Con la figura del dragón se quiere aludir a la fisonomía de la ciudad: "su figura es irregular, y se representa en la de un dragón, cuya cabeza es el barrio de Santa Ana mirando al sur, en donde está la puerta de Granada y la cola se extiende hasta la puerta de Martos; lo demás del pecho y del vientre es lo más ancho y poblado de la parroquia de san Ildefonso". Pero el análisis del conjunto de los elementos heráldicos encierra una lectura más compleja.

La fortaleza representada sería el castillo de santa Catalina; pero la Virgen no adopta una iconografía asuncionista como correspondería al título de su catedral, y se reviste con atributos característicos de Virgen apocalíptica:"una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol con la luna bajo los pies y una corona de doce estrellas bajo su cabeza...Apareció otra señal en el cielo, una gran serpiente roja, con siete cabezas y diez cuernos" Apoc.12.1,3.La mujer, a quien defiende san Miguel, es a la vez figura de la Iglesia, como lo proclama la Patrística. La iconografía mariana de este escudo implica una adaptación de los textos bíblicos a la realidad histórica giennense, perceptible en los símbolos que la acompañan, el dragón y el castillo. El dragón a los pies de la Virgen o, en su lugar, una filacteria con la leyenda "Ipsa conteret caput tuum" (Ella te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar) es una alusión al llamado Protoevangelio, Gen 3.15, que la exégesis católica interpreta como la intervención de María como corredentora en la historia de la salvación, en figura y realidad, desde el Génesis al Apocalipsis. El símbolo del castillo o una ciudad plaza de armas, como Jaén, se representa también en las composiciones sobre la Inmaculada, así mismo con su leyenda correspondiente: "Civitas Dei", extraída del Salmo 83:"Gloriosa dicta sunt de te, Civitas Dei", donde el salmista exalta la maternidad fecunda de Jerusalén como madre de pueblos y que la mariología aplica a la función maternal de María como figura de la iglesia.

En cuanto al origen de la figura de la Virgen, debe pensarse en la imagen que entronizó san Fernando en la mezquita como símbolo de la nueva identidad cristiana de la ciudad Imagen que Pinero, identifica con la Virgen de la Antigua, conservada en la catedral y con iconografía similar al motivo heráldico: sedente, con el Niño en el regazo; la diferencia estilística es consecuencia del momento de composición del escudo. Su exposición al culto, revestida de ropajes, hizo olvidar su verdadera iconografía como ha sido habitual.




[1] Trabajo de Juan Barranco Delgado publicado en la Revista Gavellar, núm. 205.

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