Nuestra Señora del Perpetuo Socorro o Panagia Strastnaia, obra del siglo XX; de Marcelo Góngora Ramos, en la Capilla del Cristo Yacente, de la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. |
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - Madre de Dios de la Pasión. Iglesia de San Alfonso del Esquilino. Roma, estilo bizantino. |
.. |
La Virgen del Perpetuo Socorro es
una advocación mariana. La imagen original es un icono procedente de Creta y
venerado en Roma en la iglesia de los agustinos, a finales del siglo XV, y
desde 1866 en la iglesia de San Alfonso del Esquilino, en Roma. La datación del
icono es difícil de precisar.
Según una tablilla colocada
antiguamente al lado del icono con los orígenes de la imagen, la cuna de este
cuadro fue la isla de Creta, en el mar Egeo. Un mercader cretense robó el icono
de una iglesia, lo escondió entre su equipaje y se embarcó rumbo a otras
tierras. En la travesía se desató una violenta tormenta y todos a bordo
esperaban lo peor. El comerciante tomó el cuadro de Nuestra Señora, lo sostuvo
en lo alto, y pidió socorro. La Santísima Virgen respondió a su oración con un
milagro. El mar se calmó y la embarcación llegó a salvo al puerto de Roma.
Poco después el mercader llegó a
Roma con el cuadro y, tenía el mercader un amigo muy querido en la ciudad de
Roma así que decidió pasar un rato con él antes de seguir adelante. Con gran
alegría le mostró el cuadro y le dijo que algún día el mundo entero le rendiría
homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Pasado un tiempo, el mercader
se enfermó de gravedad. Al sentir que sus días estaban contados, llamó a su
amigo a su lecho y le rogó que le prometiera que, después de su muerte,
colocaría la pintura de la Virgen en una iglesia digna o ilustre para que fuera
venerada públicamente. El amigo accedió a la promesa pero no la llegó a cumplir
por complacer a su esposa que se había encariñado con la imagen.
Pero la Divina Providencia no
había llevado la pintura a Roma para que fuese propiedad de una familia sino
para que fuera venerada por todo el mundo, tal y como había profetizado el
mercader. Después de varias vicisitudes milagrosa el icono fue colocado en la
iglesia era la de San Mateo, el Apóstol. La pintura fue llevada a la iglesia en
procesión solemne el 27 de marzo de 1499. Era en tiempos del papa Alejandro VI.
Allí permaneció la imagen del Perpetuo Socorro durante trescientos años, en el
altar mayor de la iglesia de San Mateo. Los escritores de la época narraron
ampliamente los milagros atribuidos a la imagen. El siglo XVII parece ser el
más intenso en la devoción y culto a la Virgen del Perpetuo Socorro. Su
festividad se celebra el 27 de junio.
INTERPRETACIÓN DEL ICONO DEL
PERPETUO SOCORRO
El icono de Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro nos ofrece una Virgen María que nos mira dulcemente (Eleusa),
sosteniendo en sus brazos al Niño Jesús, al que le toma la mano con la suya, a
la vez que en un dulcísimo gesto de su mano señala a Jesucristo como el Camino
(Hodigitria). El Niño Jesús no mira a su Madre, sino que dirige sus ojos a San
Gabriel que es, con San Miguel, uno de los dos arcángeles que portan los
instrumentos de la Pasión: San Miguel lleva la Lanza y la Esponja y San Gabriel
que le muestra la Cruz y los Clavos, siendo así una Virgen de Pasión (Strastnaia).
En el icono de Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro, por lo tanto, se ha condensado visualmente todo un tratado
teológico. Todos los tratadistas del Perpetuo Socorro coinciden en decir que el
detalle de la sandalia que se le desprende al Niño Jesús sugiere el movimiento
de humano temor que, como Hombre Verdadero siente Dios Verdadero ante los
recordatorios (Lanza, Esponja, Clavos y Cruz) que los Arcángeles le presentan
de su Pasión y Muerte de Cruz. Sin nada que objetar a esa interpretación,
nosotros pensamos no obstante que esa sandalia que cuelga del pie del Niño
Jesús evoca las palabras de San Juan Bautista, cuando dice: "Ego baptizo
in aqua, medius autem vestrum stetit, quem vos nescitis. Ipse est, qui post me
venturus est, qui ante me factus est, cuius ego non sum dignus ut solvam eius
corrigiam calceamenti" (Secundum Iohannem 1, 26-28)
Esto es: "Yo bautizo en
agua, pero en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis, que
viene en pos de mí, a quien no soy digno de desatar la correa de la sandalia"
(Juan 1, 26-28).
VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO DE
SANTA MARÍA DE ÚBEDA
Segunda del lado de la epístola.
Con bóveda de crucería y portada y reja
del siglo, XVI, procedente del
desaparecido coro. Tenemos la Capilla del Cristo Yacente, lugar donde antaño se
guardaba la platería y objetos sagrados de la Iglesia.
Hoy alberga la imagen de Cristo Yacente, de
Francisco Palma Burgos y un cuadro con la representación de la Virgen del
Perpetuo Socorro, obra del artista local Marcelo Góngora Ramos, de los años 1960.
El artista ubetense Góngora
Ramos, dedicó toda su vida a las artes, especialmente a la pintura y la
escultura. Sus trabajos muestran a un artista completo, versátil y
multidisciplinar que dejó como legado una prolífica obra digna de ser conocida.
Uno de sus legados es el icono de la
Virgen del Perpetuo Socorro, de la Iglesia de Santa María de los Reales
Alcázares.
Pintado sobre madera por dicho
pintor, se sitúa en el testero izquierdo, dentro de un arco altar gótico, de la
citada Capilla del Cristo Yacente.
Marcelo Góngora para realizar dicha obra pictórica, se inspiró en el icono ortodoxo Panagia Strastnaia, muestra a María con
el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos
de su futura Pasión mientras agarra fuertemente con las dos manos la de su
Madre, quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro recuerda la maternidad divina
de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte.
Atemorizado por la visión de dos
ángeles que le muestran los instrumentos de la Pasión, el Niño Jesús ha corrido
hacia su Madre, perdiendo casi una de sus pequeñas sandalias en su precipitada
huida. María lo sostiene en sus brazos de manera protectora y amorosa. Pero
presta atención a sus ojos. Su mirada esta fija no en Jesús sino en nosotros.
¿No es este detalle un toque de genialidad? ¿Qué mejor manera de expresar el
interés de Nuestra Señora en nuestras vidas y crecimiento espiritual?
Las pequeñas manos de Jesús
también están sujetas a las de María como una forma de recordarnos a nosotros
que, así como en la tierra él se puso enteramente en su manos buscando
protección, así ahora en el cielo él nos confía a cada uno de nosotros en sus
tiernos y amorosos cuidados.
Fuentes:
Almagro García,
Antonio (2003). Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda: Arqueología,
historia y arte. Úbeda: Editorial El Olivo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Se%C3%B1ora_del_Perpetuo_Socorro
https://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Se%C3%B1ora_del_Perpetuo_Socorro
No hay comentarios:
Publicar un comentario