San Mateo señala en su Evangelio este momento de la Pasión cuando los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la muchedumbre que pidieran a Barrabás e hicieran perecer a Jesús. San Lucas insiste en la presentación de Jesús ante el pueblo: “Y el pueblo a grandes voces, instaba pidiendo que fuese crucificado”. San Juan y San Marcos traen a colación el mismo pasaje, repitiendo prácticamente los mismos términos de los otros dos evangelistas.
El título de Ecce Homo se aplica casi siempre a la imagen de Jesús, a menudo en relieve o de busto (José de Mora y Pedro de Mena, en Granada, crean un tipo de Ecce Homo de busto completo, de excelente originalidad), con manto de púrpura y caña entre los brazos cruzando el pecho. Igualmente este pasaje pasionista se le denomina en diversos lugares de Andalucía “Jesús de la Sentencia”, por la que pronunció Pilatos tras el simulacro de juicio a Cristo.
Sin embargo, son escasas las tallas antiguas que con esta denominación se veneran en España. Así, por ejemplo, en Castilla la Vieja existe en Valladolid con el nombre de Ecce Homo una talla vestida con túnica blanca, manto púrpura y caña entre los brazos cruzando el pecho y sentada con corona de espinas. La imagen que se debe a Gregorio Fernández, se venera en la Penitencial de la Vera Cruz, popularmente conocida como “El Cristo de la Caña” o “de los Artilleros”. En Andalucía, en cambio, casi todas las esculturas de esta devoción se encuentran en su sector oriental, concretamente en Granada, como ocurre con los Ecce Homos ya citados de José de Mora y Pedro de Mena, a los que hay que añadir los relieves o bustos ejecutados por los hermanos García o José Risueño, cubriendo así dos siglos de escultura, el XVII y el XVIII. Habría que resaltar entre todos ellos al Cristo de la Sentencia, de José de Mora, que se venera en la iglesia parroquial de San Pedro de Granada; y el Ecce Homo, atribuido a Alonso Cano, en la parroquia de la villa aragonesa de Longares. Otra escultura digna de mencionar es el Ecce Homo en piedra del siglo XVI, atribuida a Andrés de Vandelvira y que se conserva en la Santa Iglesia Catedral de Jaén.
En la vecina Baeza hallamos varias imágenes con este título: dos bustos (de propiedad particular; uno de escayola y otro de barro) y una imagen de talla completa, en la iglesia de El Salvador, en su altar Mayor, con el título de “La Humildad” Este Cristo pertenece desde el siglo XVII a una cofradía de penitencia que tuvo sede, con capilla propia, en el desaparecido convento de San Francisco. Tras la ruina completa del templo en el XIX, la hermandad con su imagen pasan a la parroquial de El Salvador. Efectivamente, la hermandad tenía por título hasta el siglo XVIII, el de “Humildad de Jesús”. Se trata, el Cristo de la Humildad, de una hermosa talla que puede encajar dentro de los cánones manieristas de la segunda mitad del siglo XVI. El conjunto es muy armonioso, pero denota claros recursos efectistas como la inclinación del busto hacia el lado derecho y el avance de la pierna izquierda. Ese manierismo se manifiesta también en la estrechez de la cintura que contrasta con una anatomía muscular en exceso desarrollada, sobre todo en las piernas, los brazos y los músculos deltoides y gran dorsal. La policromía es excelente y el paño de pureza anuncia, dentro de su estructura clásica, un paso hacia el Barroco, como sucede con el nudo. La imagen se halla en pie, con las manos cruzadas sobre el lado izquierdo, el rostro inclinado hacia la derecha. Humillación y humildad al mismo tiempo; de rostro muy expresivo.
También este Ecce Homo lleva manto de púrpura, pero sólo en la estación de penitencia; pieza, ésta, de gran valor artístico, de terciopelo de Lyon, bordado en hilo de oro, del siglo XIX. Poseyó otros varios.
Este Cristo de la Humildad posee cierto parecido con Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, de la iglesia de San Matías, en Granada, atribuido a Pablo de Rojas, puesto que la composición de las extremidades inferiores y del torso, la policromía, el paño de pureza y la expresión del rostro recuerdan a la obra baezana. Igualmente, y sólo por su valor anecdótico, cabe la mención de un Ecce Homo, en capilla de reducidas dimensiones, a espaldas de la iglesia de Santa María Abacial de Alcalá la Real.
En Úbeda citaremos varías: en primer lugar un busto de Ecce Homo atribuido a Miguel Ángel. Regalo del Emperador Carlos V a don Francisco de los Cobos. Terracota policromada del siglo XVI, depositada en la Sacra Capilla del Salvador, fue destruida en 1936. En la misma iglesia se hallaba otro Ecce Homo, bajo el título del Cristo de la Caña, realizada en el XVIII fue destruida en 1936. La misma suerte tuvo la imagen del Señor de la Humildad, imagen de larga cabellera realizada en el siglo XVI y de autor desconocido. Esta talla pertenecía a la Real Cofradía de la Humildad, desde el siglo XVI se veneraba en la iglesia de San Millán y en 1913 tras la fundación de la Hermandad pasó a ser venerada a la iglesia de San Pablo. En la sacristía del Hospital de Santiago hay un Ecce Homo realizada en el XVI, con pintura mural al fresco por Rosales y Rajéis. En Santa María de los Reales Alcázares, hallamos otro Ecce Homo bajo el título del Cristo de los Toreros. Esta imagen en piedra policromada del siglo XVIII, procede del desaparecido Convento de San Juan de Dios.
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