Tiznajo Forja, que iluminaba el claustro.
Aplique en el Taller Exposición Tiznajo, Foto Yolanda Garrido. |
A finales de la década de 1970, y tras las obras de mejora del Claustro de Santa María, los muros claustrales del citado recinto, se enriquece de cuatro apliques de forja y de una cruz, también de forja. Cabe decir que Tiznajo Forja, a través de los fragmentos procedentes de la desaparecida reja del Coro, realiza dicha cruz y estos candelabros.
En el año 2009, en la quinta y última fase de restauración de Santa María, se eliminan las nombradas lámparas, siendo sustituidos por la existente iluminaría de dudoso gusto.
Desde entonces, han permanecido guardados en unas dependencias de dicha iglesia, hasta su actual recuperación (Primeras semanas de Agosto de 2020), y que gracias a la iniciativa de la Junta Directiva de la Cofradía del Santo Entierro, que los ha restaurado y lo ha instalado en su Capilla Canónica que tiene en la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares.
Los retales con los que Tiznajo realizó los enunciados candelabros y cruz, procede de la hermosa reja obra del Maestro Bartolomé, en su paño central llevaba como tema principal, dos escudos en círculos con dos angelotes tenantes, del obispo don Francisco Mendoza, que gobernó la diócesis de 1538 a 1543 y sobre estos escudos el escudo con laurear de la colegial, sostenida igualmente por angelotes. La reja estaba formada con figuras repujadas en los frisos, barrotes torsos abiertos en rombos, cuerpos separados por frisos y calles con coronación. En la parte superior en chapa aparecía el tema de la Inmaculada en su clásica iconografía.
Cruz del Claustro, realizado por Tiznajo a partir de los retales de la crestería de la reja del desaparecido coro de la nave central. |
En los pilares de los arcos del crucero se hallan dos escudos de piedra policromada. Ambos blasones pertenecen al obispo Francisco Delgado López, que gobernó la diócesis entre 1566 al 1576.
Su programa iconográfico de la reja era bastante simple con una serie de ángeles; dos sostienen en el centro una guirnalda con un motivo en el interior quedando alineado con los dos anteriores, pero sobre elevado. Rematando la calle central de la reja (la única decorada) aparece una escena de la Asunción de la Virgen transportada por seis ángeles.
Todo se perdió gracias a la mala gestión de los Párrocos de la Iglesia de Santa María. En plena Dictadura Franquista, algunas de las más importantes obras de arte de Santa María de los Reales Alcázares, que se habían salvado del asalto del verano de 1936 desaparecieran o fueran despedazadas. Como esta reja del coro, que Ruiz Prieto calificó como de «grandiosa y obra de gran mérito», y cuyos restos salpican ahora distintas portadas de las capillas de Santa María.
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