domingo, 7 de abril de 2024

Recuperadas dos Tablas de la Sillería de Santa María de los Reales Alcázares…

 

Recuperadas dos Tablas de la Sillería de Santa María de los Reales Alcázares…

Juan Ángel López Barrionuevo


Puerta doble con dos relieves realizados en madera de nogal natural representando a San Juan Evangelista y Santiago el Menor y datados en la primera mitad del siglo XVI. Fotos de Tomi Barrionuevo y Fuente Propia


Gracias a las gestiones realizadas por José Antonio Mesa Beltrán[1], se ha recuperado hace unos días para la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, dos tablas que formaban parte de la desaparecida sillería del antiguo coro., con la representación San Juan Evangelista y Santiago el Menor...

Cristo de la Caida de Benlliure, y Altar Mayor de Santa María, en cuyo testero podemos admirar restos de las antigua silleria, años 1940. Foto gentileza Jose Luis Latorre Bonachera

"El magnífico y espacioso coro que ocupa el centro de la iglesia se construyó por los años de 1538 a 1 550, bajo los auspicios del piadoso celo de los obispos de la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco. [...] El segundo prelado ayudó con limosna a construir la sillería que tallaron los maestros Juan de Reolid y Luis del, Aguila; la labor en conjunto es grandiosa, pero en sus detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras obras de este género que existen en Úbeda. Exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que son de superior mérito…” Foto Jose Manuel Almansa Moreno



Desde hace pocos días, las podemos disfrutar y contemplar en la Antesacristía de la misma iglesia, un aliciente más para la visita cultural, a este edificio religioso, uno de los principales emblemas de la ciudad.

En cuanto a esta sillería, una gran parte se perdió en la guerra civil, algo se conserva en el archivo municipal y puede que alguna tabla, (está aún por estudiar este tema) se encuentre en el retablo del Hospital de Santiago, amén de la que hasta hace pocos años podíamos admirarlos en la Capilla del mismo Hospital, junto a otras tablas de la misma (hoy Auditorio) ... tras la restauración del lugar (año 2018) no han vuelto a su lugar....

 Pero en esta ocasión, voy a exigir a la propia parroquia de San Pablo Santa María, que reclame al Ayuntamiento de Úbeda, varios restos de esta misma sillería, que conservan en su propiedad, para que vuelvan a la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares.

 

Aquellos cuadros con restos de la sillería del coro de la capilla del Hospital de Santiago, que hasta hace unos años adornaban dicha capilla (hoy auditorio).

A partir del libro titulado Los Bienes Muebles del Ayuntamiento de Úbeda ESTUDIO Y CATALOGACION, realizado David Rodríguez Martínez

Sabemos que restos de esta sillería, se guardan actualmente en el Archivo Histórico Municipal. 

Cabe indicar por Ruiz Prieto que la sillería fue costeada por D. Pedro Pacheco, y los artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar y en 1550 fue tasada de la siguiente manera: “Treinta cuatro sillas altas y bajas en doscientos sesenta y cuatro mil novecientos cuarenta y seis maravedíes. Los escaños en veinte mil cuatrocientos cuatro. La talla de los pilares de las sillas bajas con sus veneras en siete mil diecisiete; otras sillas altas y la episcopal en trescientos siete mil seiscientos cuarenta y uno y la altura de las sillas y demás obra, como el ancho, en veinticuatro mil ciento cincuenta y cuatro. Estaba hecha en nogal”[i]

 Basándonos en el catálogo de David Rodríguez Martínez, el primer resto, fue reciclado para una mesa de despacho, en la época 1939-1960.

 

Mesa despacho realizada con restos de la sillería

David Rodríguez nos relata acerca de la misma los siguiente: “… Dimensiones: 86 x 171 x 77 cm; Procedencia: coro de la antigua Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares; Ubicación: Archivo Histórico Municipal de Úbeda. Descripción: al igual que en los casos anteriores, este mueble está realizado con piezas procedentes del destruido coro de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares (esculpido a mediados del siglo XVI por Juan de Reolid y Luis del Aguilar) La mesa está compuesta por dos cajoneras de tres cuerpos cada una, insertadas en el lateral del mueble. Estas dejan un hueco central resuelto con un faldón que contiene dos cajones enmarcados por molduras y rosetones. En la parte posterior del mueble se aprecian dos tablas que sirven de fondo para los laterales y que exponen tallas de grutescos y figuras antropomorfas motivos que también aparecen en la parte lateral. EI faldón está decorado con motivos vegetales, que siguen el mismo ritmo que las escuadras que lo refuerzan. La parte inferior apoya en seis bolas que dan al suelo, …”

Volviendo otra vez a David Rodríguez Martínez, mencionamos de un expositor realizado a doble faz con restos del coro de la antigua Colegiata de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda. “…En el caso de este expositor se utilizaron las columnas de la silla episcopal del coro, una magnífica obra elaborada en torno al año 1550 por los maestros Juan de Reolid y Luis de Aguilar. De éste tenemos la siguiente descripción de Ruiz Prieto: "El magnífico y espacioso coro que ocupa el centro de la iglesia se construyó por los años de 1538 a 1 550, bajo los auspicios del piadoso celo de los obispos de la Diócesis D. Francisco de Mendoza y D. Pedro Pacheco. [...] El segundo prelado ayudó con limosna a construir la sillería que tallaron los maestros Juan de Reolid y Luis del, Aguila; la labor en conjunto es grandiosa, pero en sus detalles no se observa la delicadeza y corrección de otras obras de este género que existen en Úbeda. Exceptuando la Silla Episcopal y su coronación, que son de superior mérito…”

 

Por último, referir que, con la recuperación de estas tablas, no todo se perdió durante los acontecimientos acaecidos en la guerra civil,

A

sí describe Juan Pasquau la Guerra Civil Española en Úbeda, uno de los episodios más dramáticos de la historia reciente de nuestro país.

 «Desde el 18 de julio de 1936, fecha del Glorioso Alzamiento Nacional, hasta el 29 de Marzo de 1939, Úbeda gimió presa. Fueron saqueadas todas las iglesias y quemadas todas las imágenes, entre blasfemias y sacrilegios inenarrables. Los templos sirvieron de cuadras y garajes. Fueron encarcelados y asesinados, sin mediar formalidad legalista alguna y en medio de la más absoluta impunidad, muchos buenos ubetenses por su condición de católicos, por sus ideas políticas desafectas al extremismo “rojo” o, simplemente, por odios personales».

.

En la tarde del 26 de julio de 1936, festividad de Santa Ana, nuestros templos fueron saqueados, arrastrándose muchas de las imágenes devocionales hacia una gran hoguera en donde se quemaron siglos de arte. No solamente se destruyeron esculturas y pinturas, sino también documentos de archivo, así como muchos de los retablos que adornaban nuestros templos (las fotografías antiguas dan fe de la monumentalidad barroca que atesoraban las iglesias ubetenses, como La Trinidad, San Pablo, Santa Clara, Santo Domingo, etc.).

 

Es falso que todas las obras del patrimonio ubetense desaparecieran en esa gran hoguera realizada en la tarde del 26 de julio de 1936. Muchas piezas se conservaban en su ubicación original hasta fechas avanzadas de la contienda; de hecho, en 1938 tenemos el informe particular realizado por Miguel Campos Ruiz en donde habla de un gran número de obras y del estado de conservación de nuestros templos (haciendo especial hincapié en los bienes de la Capilla del Salvador). Sin embargo, parece que a partir de este momento se incrementa la rapiña y el interés de ansiosos coleccionistas por poseer pinturas y esculturas de especial valor artístico.

Esto demuestra una vez más, que dentro de nuestra nueva historia contemporánea siempre se citan los descalabros de la Guerra Civil para justificar la destrucción de nuestro patrimonio, si bien lo cierto es que ya muchos de los bienes se habían perdido durante la Invasión Francesa y las diferentes desamortizaciones eclesiásticas o intentos modernizadores del siglo XIX. A pesar de todas estas pérdidas, es en las últimas décadas cuando asistimos a un proceso destructivo de carácter más quieto y reservado, pero, no por ello, menos traumático

 

Fuentes:

Archivo propio, José Manuel Almansa Moreno 

Los Bienes Muebles del Ayuntamiento de Úbeda ESTUDIO Y CATALOGACION, David Rodríguez Martínez

J. PASQUAU: “Biografía de Úbeda” 

 https://vbedarecatada-santamaraubeda.blogspot.com/2019/03/el-antiguo-coro-colegial-de-la-basilica.html?m=1&fbclid=IwAR3XPkDImGMeLp3ows9NZn6_ZMnkfKtjmw_8IE5NN8tseudk3a6X1mZIvcg_aem_AUX-k7OEQ8a0SFXJtnryW-t6s_XP93U5zK8kgvOCAnN95lV9jgqzNvNyTlBkI_56-dolEsjym5Bx2NSJaAVxKSNi

 

http://jmalmansa.blogspot.com.es/2013/07/por-la-recuperacion-de-nuestro.html

https://www.vbeda.com/gines/arriba.php?

tit=Tomo%20VI:%20%DAbeda%20cristiana&bbase=giutomo6&direc=tomo6/&pag=

 

 

 



[1] José Antonio Mesa Beltrán

Sinceramente, el daño está hecho y por desgracia hay cosas que no son reversibles. Sin embargo, hay otras cosas que sí, como el parar subastas donde quieren vender las tablas enajenadas del templo ilegalmente. Ahora mismo, este par de tablas están en proceso judicial y a la espera de una actuación legal. http://aragonsubastas.com/FINAL-BORJA/detalle_lote.php?subasta=18&numero_lote=407&id=22595&categoria=&seccion=&orden=numero_lote&sentido=&offset=&limite=36&autor=&vendido=&activo=&tabla=

 

ARAGONSUBASTAS.COM

 



[i] La sillería desaparecida en la Guerra Civil de 1936, fue costeada (según Ruiz Prieto), por D. Pedro Pacheco, y los artífices fueron Juan de Reolid y Luis de Aguilar y en 1550 fue tasada de la siguiente manera: “Treinta cuatro sillas altas y bajas en doscientos sesenta y cuatro mil novecientos cuarenta y seis maravedíes. Los escaños en veinte mil cuatrocientos cuatro. La talla de los pilares de las sillas bajas con sus veneras en siete mil diecisiete; otras sillas altas y la episcopal en trescientos siete mil seiscientos cuarenta y uno y la altura de las sillas y demás obra, como el ancho, en veinticuatro mil ciento cincuenta y cuatro. Estaba hecha en nogal”. Mención cabe que la desaparecida silla episcopal era obra del maestro Gutierre Gierero. Fue donada al Colegial de Santa María en 1549, por el Cabildo de la Catedral de Jaén.

jueves, 21 de marzo de 2024

Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. Puesta en valor de su Tesoro de Orfebrería Religiosa-

 

Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. Puesta en valor de su Tesoro de Orfebrería Religiosa-

Juan Ángel López Barrionuevo.




Determinar el origen etimológico del término orfebrería supone acudir al latín, ya que es de dicha lengua de donde emana aquel. En concreto, podemos decir que procede el vocablo aurifex, que se derivaba de la suma de por dos partes claramente diferenciadas: la palabra aurum, que puede traducirse como “oro”, y el verbo facere, que es sinónimo de “hacer”.

 

La orfebrería es el arte de labrar objetos en metales preciosos. Los orfebres materializaron su destreza y su conocimiento sobre las características físicas y químicas de los metales en la gran diversidad de técnicas de manufactura usadas en la orfebrería prehispánica de Colombia

Uno de los elementos fundamentales de la Santa Madre Iglesia es la importancia que tienen las celebraciones en la vida cotidiana de los fieles.

En cada una de las celebraciones religiosas existe un ritual definido que es llevado a cabo por sacerdotes generalmente. Estos rituales están relacionados con todo tipo de objetos litúrgicos.

Las piezas de orfebrería religiosa, orfebrería litúrgica, orfebrería eucarística, son objetos que se emplean en las celebraciones católicas y que tienen papeles bien definidos.

Existe una amplia variedad de piezas de orfebrería religiosa, desde los vasos sagrados hasta los sagrarios, pasando por las Cruces, candeleros, incensarios, etc. Cada uno de estos elementos tiene una función más o menos relevante en función de la celebración litúrgica que se lleve a cabo.

Unas piezas orfebres son usadas de manera muy habitual, como pueden ser los cálices y los copones, y otras son empleadas cuando se imparten determinados sacramentos, como puede ser las conchas bautismales.

De cualquier modo, artículos que forman la familia de la orfebrería religiosa tienen un papel destacado en la vida diaria de una parroquia católica.

En este mes de marzo de 2024, y gracias a la gestión del párroco de San Pablo-Santa María de Úbeda, don Antonio Vela. Se ha puesto en valor la rica orfebrería religiosa que conserva la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares. Se ha puesto en exposición de forma permanente en la antesacristía de dicha iglesia.

A continuación, y gracias al estudio del historiador de Úbeda, Antonio Almagro García, le mostramos un listado de la orfebrería litúrgica que actualmente se encuentra en exposición:




Acetre de plata en su color de 1.600 y origen castellano.

Reverso de Los rayos del viril de La custodia parisina desaparecida en 1936 y datable entre 1661 y 1672.

Cáliz de plata en su color del artífice cordobés Illescas, datable sueles del primer tercio del siglo XVIII.

Cáliz de plata en su color y sobredorada. Es cordobés de 1794 y civilizado por Manuel Repuso.

 Juego de dos Incensarios de plata en su color del siglo XIX y  autor desconocido, aunque andaluzas.

 

Copón cordobés de oro de 1961. Presenta recargada decoración vegetal y figurativa de escenas bíblicas en el cuerpo de la copa.

Copón de Meneses de 1940. Decoración en el pie y nudo, copa 1isa.

Copón de plata de 1972. Realizado en los Talleres de Arte Granada de Madrid. Donado por Francisca Ordóñez. Decoración vegetal biselada.  

Acetre de plata sin fecha de Raventós. No presenta decoración

Plato de plata. Meneses 1922,

Cáliz de plata cordobés de 1967. En el pie, decoración de medallones; en el cuerpo y nudo, vegetal y de flores de lis.

Juego de llaves de sagrario de plata, como el cardón que las sustenta, No presenta ninguna marca, pero es obra moderna

Varias patenas y cucharillas de plata modernas

Cuatro cálices modernos sin valor artístico.

Dos remates de palio de plata Meneses de finales del siglo XIX.



Copia de la Custodia de María de Molina. María de Molina Morena y la custodia. Nacida en Úbeda en el seno de una familia humilde, cuando apenas contaba diez años y con la voluntad de ayudar a sus padres económicamente, empezó a ser sirvienta de los Marqueses de Camarasa, don Diego de los Cobos y su esposa. Su prudencia y sus singulares cualidades musicales la hicieron pronto merecedora de las simpatías y cariño de los marqueses. Lo que comenzó como algo extraordinario por la visita de los marqueses a la ciudad se convirtió en algo fijo pues María marchó a su vuelta con ellos a Madrid. Allí conocerá a Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV que, al escucharla cantar, le ordenó que se quedara en su corte, nombrándola azafata de la infanta doña María Teresa, futura esposa de Luis XIV. Dio por tanto el salto de la capital al país galo donde encandiló con su voz a la corte de Versalles. El Rey Sol con el fin de agradecer su don, premió a María con el regalo que ella desease, y ella pidió la custodia del oratorio, con la ilusión de donarla a la iglesia donde fue bautizada, Santa María de los Reales Alcázares (La custodia fue destruida en 1936; la que la reemplaza hoy es una fiel reproducción, no tan costosa, realizada por el artista levantino José Marlo Lloréis).

 

Fuente:

fotos Tomi Barrionuevo Martínez

Wikipedia.

SANTA MARIA DE LOS REALES ALCAZARES DE UBEDA: ARQUEOLOGIA, HISTOR IA Y ARTE

ANTONIO ALMAGRO GARCIA

EL OLIVO- 9788495244673

jueves, 14 de marzo de 2024

Basílica de Santa María de Úbeda. Capilla del Cristo de Medinaceli.

 

Basílica de Santa María de Úbeda. Capilla del Cristo de Medinaceli.

Juan Ángel López Barrionuevo.

La iconografía del Cristo de Medinaceli es similar en todas las ciudades donde lo veneran: es un Cristo de Sentencia, con las manos amarradas, ataviado con una túnica color púrpura, porta un escapulario con la cruz roja y azul propia de los Trinitarios y una corona de espinas. En algunos casos es figura de vestir y tiene pelo natural. Recibe el apellido “de Medinaceli” porque fue este ducado el que edificó su Basílica en Madrid y ostentan el reconocimiento de Hermano Mayor de la cofradía perpetuo en agradecimiento por tal hecho[1].



La tradición comienza en el siglo XVII, cuando un padre franciscano lleva consigo a tierras sarracenas una imagen de un Cristo de Sentencia y dicha imagen fue capturada como si se tratase de una persona. Tras su rescate, comienza la leyenda y devoción hacia la figura.

El devoto del Cristo de Medinaceli se acerca a él con la intención de, tras besarle el pie, pedirle tres deseos (sabiendo que sólo se cumplirá uno) y a cambio deja tres monedas en la bandeja de plata que hay situada junto a él. Incluso algunos le llevan claveles rojos y sus deseos apuntados en un papel que depositan también en la bandeja con el anhelo de que se cumplan.

– Dicen que, si pides tres deseos, te concede uno, pero a mí siempre me ha concedido los tres.

– Eso depende, porque mira que hay almas y almas, aunque es cierto que él reparte.

– Si él sabe que te hace falta, te lo da. Eso te lo digo yo.

 

En cuanto la imagen del Cristo de Medinaceli, que tanta devoción despierta en Úbeda, es una imagen de serie, realizada en los años 40 del siglo XX, en la empresa “El Arte Cristiano”[2].



Quien creyera que no existe imaginería religiosa en serie se sorprendería saber que existe un taller en España que produce desde 1880 imágenes a granel: "El Arte Cristiano", situado en Olot (Gerona). Desde entonces y hasta día de hoy han producido innumerables imágenes que hoy se encuentran por toda España.

Las imágenes se obtienen a partir de un modelo original que conservan en sus almacenes, del que extraen un molde de resina cada vez que alguien encarga una obra; en este molde se vacía la imagen definitiva en pasta cartón madera, una mezcla de cola de conejo, yeso y agua. Por último, la imagen recibe las últimas labores de acabado y pintado.

El problema de estas imágenes es que carecen del valor de una obra única que ha pasado por las manos de un artista desde el principio hasta el final; Olot es la industrialización aplicada al arte. Por eso, por ser más baratas, es habitual encontrar imágenes de Semana Santa de Olot en pueblos y ciudades pequeñas.


 


Por Pedro Mariano Herrador, tenemos las primeras noticias, sobre la devoción al Cristo de Medinaceli en Úbeda, en el año 1945[3]: …Aunque no era una cofradía de Pasión, sí fue toda una novedad para el pueblo ubetense, el estreno de la nueva imagen del Cristo de Medinaceli. Con tal motivo se celebró un triduo en la iglesia de Santa María, entre los días 27 de febrero al 1 de marzo. Vino a nuestra ciudad para ocupar la sagrada cátedra el párroco de Iznatoraf, D. Tomás Urda Cubero, sacerdote muy querido en esta tierra pues no en vano vendría en multitud de ocasiones a oficiar las fiestas de muchas cofradías ubetenses. Esta imagen saldría en procesión el 2 de marzo a las cinco de la tarde, bajo la presidencia de Doña Rufina García del Castillo, con la asistencia de la banda municipal de música…

Su Fiesta Principal se celebra todos los años, el primer viernes de marzo, antepuesta de un Solemne Triduo. Va sucedido, de un Besa pie, que dura todo el día, y al que acude inmensa cantidad de fieles, no sólo de Úbeda, sino también de varios pueblos cercanos.

 

CAPILLA DEL CRISTO DE MEDINACELI



Es la última del lado de la nave de Epístola, de la Basílica de Santa María., este recinto sólo conserva de su antigua fábrica la portada gótica, se cierra con reja realizada en la década de 1960, por artesanos de forja de Úbeda, y se cubre con rico artesonado de madera, obra del artesano local de artesonados mudéjares  Paco Luis Martos, e instalado en el año 2003, durante las largas obras de consolidación, reconstrucción y restauración, que estuvo sometida la Basílica de Santa María  (1983-2011).

En ella estuvo desde 1854, hasta la fecha de 1947, la cofradía del Santo Entierro y Santo Sepulcro, después de que el prior Blanca trasladara la imagen de su Cristo desde la capilla de la Yedra. También se veneraron aquí las imágenes de los Santos Varones. La presencia de estos dio lugar a que fuese necesario poner una tela metálica a la reja con objeto de evitar las piedrecitas que les lanzaban las jóvenes casaderas.

Desde el año 1947, pertenece a la Asociación Religiosa del Cristo de Medinaceli.

 

Miguel Ruiz Prieto, acerca de este lugar sagrado nos dice, lo siguiente: …Ignoramos el título antiguo de la Capilla y la época de su fundación, que debió ser muy antigua, aunque reedificada a principios del siglo XVI, como otras de esta iglesia. En 1856, la mandó reparar el párroco D. Juan Blanca, y dispuso la colocación en ella del retablo antiguo de Nuestra Señara de la Yedra que, como queda dicho, estaba en la Sacristía de la misma. En este retablo, yace en un legno, dentro de un sepulcro de cristal, el referido Crucifijo antiguo. A los lados del altar, están las efigies de los Santos Varones José de Arimatea y Nicodemus, a quienes el pueblo de Úbeda, especialmente las mujeres, tienen gran devoción, considerándolos como abogados... Desde la última fecha de la citada reforma, tiene esta Capilla la advocación del Santo Sepulcro. La portada es un precioso capricho de estilo ojival…

 

 

Y, por último, José Molina Hipólito acerca de esta Capilla, nos dice lo siguiente: …Capilla del Santo Sepulcro La primera en el muro del lado de la Epístola. Se ignora la fecha de su fundación. Fue reedificada a principios del siglo XVI. En ella implora- ban protección a los Santos Varones. Es de un gótico muy sencillo, con arco de medio punto (probablemente tuvo en otros tiempos un conopio). La bóveda ha desaparecido, estando cubierta hoy con cielo raso...


Bibliografía consultada:

Wikipedia,

HISTORIA DE ÚBEDA por D. Miguel Ruiz Prieto Tomo II

MOLINA HIPÓLITO, José (1952): “Aportación al estudio de la iglesia mayor parroquial de Santa María de los Reales Alcázares”. 

https://w ww.elartecristiano.com//historia.

Pedro Mariano Herrador Marín Nuestras Cofradías en el siglo XX. Tomo 2: 1939 -1960



[1] El ducado de Medinaceli es un título nobiliario español creado por los Reyes Católicos en 31 de octubre de 1479 a favor de Luis de la Cerda y de la Vega, V conde de Medinaceli.1​ Su nombre se refiere al municipio castellano de Medinaceli, en la provincia de Soria (Castilla y León) y también a una amplísima Comunidad de Villa y Tierra que ocupaba el sureste de la actual provincia de Soria y una gran franja central de la de Guadalajara, hasta el río Tajo. Tiene asociada Grandeza de España originaria desde 1520 y da nombre a la Casa de Medinaceli. El último titular fue Marco Hohenlohe-Langenburg y Medina, que heredó por la ley de reforma sucesoria de 2006 el título tras la muerte de su abuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, lo que supone un cambio de apellido en la casa ducal, pues desde hace más de 300 años ha llevado el mismo apellido, Fernández de Córdoba. Tras el fallecimiento de este, el 19 de agosto de 2016, el título lo heredó su hija Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg, quien también ostenta el título de princesa de Hohenlohe-Langenburg en Alemania.

[2] Los hermanos Joaquim y Marià Vayreda y Vila, que frecuentaban París con motivo de sus actividades artísticas, asimilaron allí un tipo de iconografía conocida con el nombre de Arte de San Sulpicio, dado que lo desarrollaban buen número de artistas instalados en el barrio parisiense que lleva el nombre del santo. Joaquim Vayreda, junto con el también pintor J. Berga y Boix, llevó a cabo un ensayo técnico destinado a dar ocupación a los alumnos aventajados de la Escuela de Dibujo de Olot, ofreciéndoles la posibilidad de desarrollar profesionalmente su capacidad artística.

De esta mutua colaboración nació la primera industria de imaginería religiosa, que arraigó acto seguido en la población y constituye actualmente una de sus actividades artesanales más peculiares y conocidas. En 1880 la sociedad se llamaba "Vayreda, Berga y Cía", que se transformó dos años después en "EL ARTE CRISTIANO". Numerosos artistas, entre los cuales se encuentran escultores con prestigio internacional han pasado por los talleres de esta empresa decana, creando imágenes que han dado prestigio a la marca y han estado también exportadas a varios países de los cinco continentes.

Las estátuas realizadas en pasta cartón madera tienen la concesión afirmativa por parte de la Sagrada Congregación de ritus e indulgencias, y por tanto, la consideración de material noble y venerable, según consta

 

La industria de los Santos en Olot es fruto de varias circunstancias:

En el año 1850, en Olot, había una actividad textil muy importante (algodoneros, tejedores,), proveniente de la industria de las indianas. Fruto de ésta, encontramos una base artesanal asentada.

Para apoyar esta industria, se había fundado la Escuela Pública de Dibujo (impulsada por el Obispo Lorenzana en el 1783), que enseñaba a los jóvenes aprendices las artes gráficas de las indianas. Más tarde, el artista Joan Carles Payó fue director de esta escuela durante muchos años y ejerció una gran influencia sobre numerosos discípulos.

Por otra parte, a finales del siglo XIX se vivió un periodo de recuperación religiosa, ya iniciado por Balmes, que hace que la iconografía estuviera muy arraigada a la cultura occidental en general y a la catalana en particular. Los hermanos Vayreda y el abuelo Berga recogen este legado y lo transforman en una nueva industria: la imaginería religiosa. Los impulsores del El Arte Cristiano aprovecharon pues todas estas circunstancias y crearon una industria en aquellos momentos novedosa y próspera. Tanto es así, que pronto encontramos otros ejemplos en el mismo sentido (hasta 20 talleres a principios del siglo XX).

Actualmente lo que pretende la empresa es dar a conocer este patrimonio cultural único en el mundo con más de 2.000 modelos de escultores como Ache, Alentorn, Blay, Devesa, Llimona....

 

La industria de los Santos, que ahora vemos como un anacronismo, fue por lo tanto en su día innovadora. Si hacemos un repaso a las tradicionales formas que se utilizaban a mediados del siglo XIX para amoldar las imágenes y los materiales empleados, nos damos cuenta que la industria de santos de Olot y, particularmente El Arte Cristiano, serían innovadores al introducir un nuevo material y una nueva técnica de modelaje, en concreto nos referimos a la pasta cartón madera, que representó una mejora sustancial en la producción de santos, pues suponía: menos tiempo de moldeaje, más ligereza de las piezas y más resistencia del material.

El Arte Cristiano es hoy una empresa de auténtica tradición artesanal que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos. Ha pasado por etapas exitosas y por instantes difíciles, pero ha sabido evolucionar en el tiempo, adaptándose siempre al mercado y a las circunstancias. Por eso es por lo que está en condiciones de ofrecer la tradición más pura junto con la experiencia de los años que la avalan a la vez que incorpora las mejoras tecnológicas del momento presente.

La combinación Tradición - Experiencia - Modernidad hacen que El Arte Cristiano sea una empresa modelo con más de cien años de historia - desde finales del siglo XIX (1880) hasta nuestros días -. Durante todo este periodo las relaciones de producción han cambiado a la vez que el proceso de producción se mantiene casi intacto y fiel a sus orígenes.

La informatización de los almacenes y la renovación de los moldes permite la fabricación de las estatuas en otros materiales y por tanto la posibilidad de ofrecer nuevas oportunidades de negocio y mejorar los procesos productivos.

La empresa ha obtenido la marca de calidad Garrotxa Leader basada fundamentalmente en dos sectores, además del económico, que son el medioambiental y el social.

Con la finalidad de innovar tecnológicamente con la renovación de los moldes y así poder ofrecer éste patrimonio para un uso a la intemperie y dentro del Arte Fúnebre, hemos unido nuestros esfuerzos colaborando con una empresa puntera y líder en innovación y desarrollo en la investigación de nuevas tecnologías en el mundo del Arte.

 

miércoles, 7 de febrero de 2024

La Casa Rectoral de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda.

 


La Casa Rectoral de Santa María de los Reales Alcázares.

 

Juan Ángel López Barrionuevo.

 

Según la enciclopedia católica, una Casa parroquial, casa del cura, casa rectoral o rectoría son denominaciones, propias del catolicismo, pero con equivalentes en la mayor parte de las confesiones cristianas, que se aplican a la casa donde reside de un cura párroco o un clérigo equivalente, también es la vivienda del sacerdote que atiende una iglesia, con dependencias destinadas a las actividades parroquiales.

Tejados de la Iglesia con la Casa Rectoral desaparecida en la Actualidad.

Tejados de la Casa Rectoral. Años 1980.
IEG, archivo Ruiz Calvente


 

Construida en 1887, bajo el mandato del Prior Monteagudo, cuenta con una sencilla portada de principios del renacimiento, procedente de la iglesia de Santo Domingo de Úbeda[1]. Lo más destacable es la portada, que cuenta con un arco de medio punto con decoración geométrica y una inscripción y un emblema en el tímpano. En las enjutas del arco encontramos unos escudos. Pegada a ella queda un resto de la Muralla del Alcázar.

Por Ramón Quesada Consuegra, acerca de este Prior sabemos que Monteagudo y Garro, Alejandro María, nace en Pesquera, (Cantabria) el 13 enero 1832 y muere en Úbeda, el 10 julio 1891).

 


Primera foto, Antigua Casa Rectoral de la Basílica de Santa Maria de los Reales Alcázares, años 1980. Foto de Cuentos Leyendas. Segunda foto de la misma, en la actualidad.

Llegó a ser prior de la hoy Basílica de Santa María de Úbeda para sustituir a D. Juan José Blanca Salido, habiendo sido hasta entonces párroco de Chillaron (Cuenca) por oposición. Estudió en el Seminario conquense, ordenándose sacerdote en 1856. Acusado de conspiración a favor de los realistas, se vio obligado a huir de Chillaron para dirigirse al norte, donde se incorpora al ejército carlista. Cae gravemente enfermo, quedándole un estado asmático que le duró toda su vida. Mas tarde fue hecho prisionero siendo conducido a Madrid y encarcelado. Seria puesto en libertad gracias a la intervención de un influyente personaje: el banquero de Úbeda D Ignacio de Sabater, quien además le aconsejó su traslado a Úbeda. Sucedía esto en 1882.

 

Es uno de los sacerdotes más recordados en Úbeda y a pesar de los años transcurridos su memoria no se olvida. Realizó tan meritorias obras de caridad, que el Ayuntamiento perpetuó su recuerdo dando su nombre a una calle cercana a la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, parroquia por la que tanto se interesó. Una de sus obras de reforma más importantes en esta fue la construcción de los campanarios de Santa María el año 1887[2].

Para tal fin se construyeron una espadaña pequeña y unos muros de contención. Construyó la Casa Rectoral,[3] descubriéndose en las obras el antiguo escudo de armas de Castilla y León, que se colocó para su conservación en la pared del claustro., donde actualmente podemos contemplarlos. Fue muy estimado, bonachón y apacible, y aunque no nacido en Úbeda, llevó a ésta en lo más profundo de su alma.

 Una verdadera institución cuyos efluvios llegan a nuestros días impregnados del recuerdo más grato, del cariño más noble y de la admiración más sincera. Fueron tan nobles los lazos efectivos y de agrade- cimiento que le unieron a D. Ignacio de Sabater, que durante su enfermedad mostró deseos de ser enterrado bajo éste en su pabellón familiar en el cementerio de Úbeda. Así se hizo. Cuando en 1899 se trasladaron los restos de D. Ignacio de Sabater a su capilla de Santa María, los del prior Monteagudo recibieron asimismo sepultura junto con los de su amigo, también debajo de éste.

Por último, cabe decir, que cien años después, cuando en el año1990, toma las riendas, el arquitecto Enrique Venegas, de la larga restauración (1983-2011), que se vio sometido el templo de Santa María, Venegas manda demoler toda la Casa Rectoral, debido a la ruina que presentaba y que estaba afectando con sus empujes, a las galerías del ala occidental del Claustro, ya que el piso alto de esta casa, estaba encima.

Planta Alta de la Casa Rectoral, sobre el Ala Occidental del Claustro. 1982. IEG, archivo Ruiz Calvente

Ala Occidental del Claustro, donde se observa libre del cuerpo alto de la Casa Rectoral una vez desaparecido.


Así lo dice en la memoria del proyecto de restauración entregada en la Delegación Provincial de la Conserjería de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en el año 1990.

Derruir, ¡por su mal estado -aun cuando el proyecto iba encaminado a la consolidación estructura!, al recalce de la cimentación y a la sustitución de las cubiertas- “...elementos disonantes con el conjunto, tratando de dar cierta unidad, eliminando las partes residuales, no acordes con el conjunto.

 Se proponían las siguientes demoliciones: cuerpo de la casa parroquial adosado a la fachada noroeste y dependencias secundarias existentes sobre el claustro ala occidental.

Tras esta demolición, de la Casa Rectoral, en la actualidad, tan solo se conservan varias habitaciones en la planta baja de la zona norte del Claustro, y varias galerías que dan acceso a la parte alta de las bóvedas del Claustro, Capillas y a los Campanarios, siendo actualmente, almacén y trastero de la Iglesia.

En 1887 el Prior Monteagudo Construyó la Casa Rectoral,descubriéndose en las obras el antiguo escudo de armas de Castilla y León, que se colocó para su conservación en la pared del claustro., donde actualmente podemos contemplarlos



Fuente.

Úbeda en el Tiempo. Ramón Quesada Consuegra. Editorial El Olivo. 2003.

Santa María De Los Reales Alcázares De Úbeda: Arqueología, Historia Y Arte

Antonio Almagro García. Editorial El Olivo. 2003.

 

BARRANCO DELGADO, J. Escudos heráldicos de Úbeda. Gráficas Minerva, 2001.

Fotos Archivo Gabriel Delgado Juan

 



[1] Según algunos autores, esta portada procedería de la iglesia de San Lorenzo o de Santo Domingo. Por su parte, Juan Barranco considera que esta portada procedería del Altar de los Azulejos o San Acacio, de la propia iglesia parroquial de Santa María, siendo propiedad esta capilla de Alonso Manuel y su esposa doña María Sánchez del Pino; esta teoría cobra especial fuerza teniendo en cuenta que, diseminados por el claustro, encontramos una serie de azulejos que proceden de la misma capilla

[2] Las espadañas se realizan a finales del s.XIX para sustituir a la vieja torre que aprovechaba el antiguo alminar de la mezquita y estaba muy deteriorada

[3] También sería en este momento cuando se construya la casa parroquial en el espacio adosado al muro de poniente, alrededor del Torreón de Pasadizos. Al exterior, entre la fachada principal y el contrafuerte de la fachada, el Prior Monteagudo colocara una portada plateresca con balaustres y rosetas, y los escudos heráldicos de Manuel y Pino en las enjutas En la parte interna se sitúa un vano adintelado disponiéndose en la parte inferior una cartela donde reza "CASA RECTORAL" y encima un sencillo emblema del prior, asi como dos cartelas en los extremos, de forma rectangular con orejeras, donde se lee "AÑO-1887