domingo, 26 de febrero de 2023

Santa María de los Reales Alcázares, Hace 100 años.



La primera foto es de la capilla de la Virgen de Guadalupe y la desaparecida Tribuna del emparedamiento.



 La segunda se ve la capilla del Santo Entierro tapiada y parte del desaparecido órgano del coro 



Y la tercera esta hecha desde la capilla de los Sabater, con la capilla Bautismal o la Dolorosa tapiada.

Fotografías Gentileza José Manuel Almansa Moreno.

jueves, 3 de noviembre de 2022

Desmontaje de los Muros del Coro Colegial.

 En la Primera Foto, podemos ver el Desmontaje del Coro Colegial. Años 1950, Foto gentileza de José Manuel Almansa Moreno.



En la Segunda Foto, misma zona en la actualidad.




martes, 11 de octubre de 2022

La Ubetense Capilla De Los Molina, descanso eterno de Don Natalio Rivas Sabater.


 

Primer Cristo que tuvo la Cofradía de la Humildad, tras la guerra civil en 1951, obra del escultor D. Juan Cristóbal García Quesada. A su llegada a Úbeda se expuso en el Palacio Vela de los Cobos. A la izquierda de la imagen vemos al que fuera más tarde presidente, D. Natalio Rivas Sabater. (Foto archivo de Diego Godoy) 


El pasado 22 de Julio de 2022, fallece a los 95 años de edad, en Madrid Natalio Rivas Sabater.

 Madrileño nacido en dicha ciudad el 25 de Febrero de 1927, su vida estuvo muy estrechamente vinculada a Úbeda, la tierra natal de su madre, que le legara en 1964 su Casa de Úbeda, el Palacio Vela de los Cobos. Responsable de su última gran restauración, Rivas Sabater dedicaba una especial atención, a su casa, este monumento que transformó en museo, archivo y biblioteca. 

Diplomado de la Escuela de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional de Madrid, Natalio sentía especial devoción por la ciudad de Úbeda, así como el Señor de la Humildad y Ntra. Sra. de la Fe, titulares de la cofradía de la que fue hermano mayor durante 25 años. 

Fue el creador del Cuerpo Auxiliar Femenino de la Cruz Roja, pionero en la provincia de Jaén, socio fundador y luego presidente del Centro de Iniciativas Turísticas de Úbeda, Consejero de Número del Instituto de Estudios Giennenses, desde 1964, pasando en 1992 a supernumerario, defensor acérrimo de la monumentalidad ubetense, de su promoción turística y abanderado de su historia y tradiciones, y poseedor en el Vela de los Cobos de una biblioteca con más de doce mil volúmenes, incluyendo 300 impresos del s. XVI, con una sección especializada en temas de Jaén. 

Con el fallecimiento de Natalio Ribas se cierra una etapa para ubetense Real Cofradía de la Humildad. Era el último eslabón de la familia que fundó y luchó en tiempos poco favorables quizá, por el mantenimiento de la tradición semana santera de Úbeda, no olvidando nunca al más necesitado en tiempos en los que el Auxilio era necesaria para un amplio sector de la población. Fueron muchos los labradores y ganaderos que alguna vez que otra y durante la fatalidad, encontraron el socorro necesario para poder sobrevivir cuando la desgracia les venía a visitar. La Real Cofradía siempre estará vinculada a la Familia de los Montilla y de los Sabater, porque esa es la leyenda. Como legado material de aquella época de Dictadura, entre otras cosas hemos adquirido la bella clámide que cubre la imagen del Santísimo Cristo de la Humildad en los actos más importantes de la Cofradía y el techo de palio, que sin ir más lejos y en la primera Semana Santa tras la reciente Pandemia y con muchísimo acierto, lo hemos vuelto a ver en el paso del Cristo. 

La Ubetense Capilla De Los Molina, descanso eterno de Natalio Rivas Sabater. 

Las Capillas fundacionales en iglesias no es ningún fenómeno de carácter local, responde a ciertos deseos de afirmar un estamento social, crear un enterramiento, movidos por una profunda religiosidad dotadas de capellanes, obras artísticas y rentas. Las Capillas funerarias en los templos de nuestra geografía española dan un sabor especial a estos, añaden espacios, sin sumarse al espacio del recinto.

 Así, la arquitectura religiosa española ha compartido, el espacio, por medio de rejas, que impide el paso, pero invita a ser traspasada. Sirven de cierre, de retablo, anuncia una propiedad funeraria, manifestando riquezas y poder. 

Altares, sepulcros, capillas y rejas, forman un tejido histórico en torno al altar que, como permanente oración a la que artífices dieron forma artística, nos recuerda permanentemente a los generosos donantes (reyes, príncipes, prelados, canónigos, nobles, mercaderes, gremios…) que fundaron una capellanía, dotaron unos aniversarios, encargaron determinadas misas o pagaron cantidad de limosnas. A cambio la iglesia colegial o catedral, les daba entierro en sus naves y claustro, asegurándoles su memoria en los aniversarios y días de difuntos, como benefactores que fueron del primer templo de la ciudad. Tal es la característica de que Santa María de Úbeda, es uno de los templos que más transformaciones ha sufrido de ahí que no exista unidad arquitectónica en su fábrica. De las muchas capillas fundacionales o funerarias que había en los santuarios ubedíes, sólo tres, aún en la actualidad, siguen teniendo patronazgo, como es el caso de la monumental Sacra Capilla de El Salvador, que pertenece a la fundación Casa Ducal de Medinaceli; la Antigua Capilla de los Porcel, perteneciente desde 1888 los Marqueses de la Rambla, en el templo de San Pedro. Y la antigua capilla de los Próceres de Vezmeliana, hoy de los Sabater, en la iglesia Colegial de Santa María. Como curiosidad, la única persona enterrada que no era de la familia Sabater, es el Prior Monteagudo, D. Alejandro Monteagudo y Garro, que fue el que mandó levantar las espadañas de Santa María en 1897. Resulta que en vida tuvo muchísima amistad con D. Ignacio Montilla Sabater, primer presidente de la Humildad, y comentaron que el día que muriesen, los dos serían enterrados en la cripta, uno encima del otro, como así fue... Sabemos por Barranco Delgado que este oratorio funerario fue edificado y fundado en 1628 por el Canónigo tesorero de la Colegial de Santa María y fundador del palacio de su nombre (mal llamado Palacio del Marqués de Mancera), Antonio Molina y Valenzuela, bajo la advocación de la Inmaculada y San José. Posteriormente pasó a los Marqueses de Vezmeliana, permaneciendo en su poder hasta 1877, fecha en la que fue vendida a don Ignacio de Sabater Arauco. Como he indicado anteriormente, su amistad con el prior Alejandro Monteagudo, le permitió reconstruir en 1881, la capilla, que está colateral por el lado de la epístola al altar Mayor, que más tarde se convertiría en su Panteón familiar con privilegio a la misma y a los Sabater por Breve Pontificia de 1909. Hoy es su actual propietario, los descendientes de Natalio Rivas Sabater. Ya que desde el pasado mes de Agosto de 2022, las cenizas de Natalio Rivas Sabater, reciben descanso eterno junto los restos de Ignacio Sabater Arauco, el Prior Alejandro Monteagudo y otros miembros de la familia Montilla Sabater

Su portada al exterior sigue los cánones de portada tardo renacentista, con representaciones de la Fe, la Caridad. Ángeles tenantes con heráldica fundacional; el patrón San José, en hornacina bajo baldaquín, cartela bajo lema: SOLO A DIOS SE LE DEBE HONOR Y GLORIA. Su reja repujada es más barroca que renacentista. 

Hasta 1986, su interior, era el más decorado de todas las capillas de la iglesia Colegial. Presentaba sus bóvedas, decoración resaltada de grutescos y formas geométricas. Las paredes se decoraban también con frescos simulando los ornatos de los muros, y medallones de figuras femeninas elogiando el Sagrado corazón de María. Decoración realizada en 1887 y eliminada en la última restauración del templo. 

Destacando en la actualidad de su interior, su cúpula engalanada con los cuatro evangelistas en las pechinas. Sus tres retablos de inspiración abarrocada del siglo XVII, posee varios cuadros, destacando, como joya pictórica, el cuadro de la Virgen de Belén, de la escuela italiana. 

Por ultimo indicar, que Natalio Rivas Sabater fue inscrito en nuestra hermandad de la Humildad el día 25 de febrero del año 1927 llegando al cargo de hermano mayor desde 1960 hasta 1985. Finalizado su mandato siempre siguió vinculado y trabajando para su cofradía. 

Bibliografía Consultada: 

Fallece Natalio Rivas Sabater, el morador del Palacio Vela de los Cobos. Ideal Úbeda. Alberto Román. Julio 2022. 

Santa María de los Reales Alcázares; 



Blog Archivo de Diego Godoy Cejudo

sábado, 21 de mayo de 2022

La Huella de Marcelo Góngora Ramos en La Basílica de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda.

 

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etablo de San Antonio de Padua en la Capilla de los Becerra, OBRA DE MARCELO GÓNGORA RAMOS.

 




    

En primer lugar, dar mi enhorabuena a LA PLATAFORMA UBETENSE"UNA CALLE PARA ANTONIO ESPADAS Y MARCELO GÓNGORA", ya que ha conseguido que Úbeda tendrá una calle con el nombre de Marcelo Góngora, otra con el fotógrafo José Madrid, el coronel de la Guardia Civil Miguel Monedero tendrá una plaza y Antonio Espadas un parque.

 

En Úbeda, y en la  iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, podemos encontrar entre el rico patrimonio del mueble, de la misma obras pictóricas realizadas a mediado del siglo XX, por el artista local Marcelo Góngora.

 

 

Una de ellas en un retablo neogótico dedicado al santo Antonio de Padua. Exactamente se sitúa en el testero de la antigua capilla del Canónigo Becerra .Dicho retablo compuesto por tres lienzos fue realizado por dicho artista local, representa escenas de la vida de Antonio de Padua, está firmado y fechado en 1965. Además encuadrado en un interesantísimo realismo sorprendente y nostálgico de perfeccionadísima técnica.

 

 

Acerca de San Antonio de Padua, también venerado como San Antonio de Lisboa, sabemos que fue un teólogo, predicador, monje portugués. Nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, con el nombre de Fernando de Bulhões, en el seno de una familia de la aristocracia descendiente del cruzado Godofredo de Bouillon, y murió en Padua el 13 de junio de 1231. Fue canonizado en 1232.Se ilustró en la escuela catedralicia local. Obstaculizando los deseos de su familia, Fernando ingresó en la abadía Agustina de San Vicente en las afueras de Lisboa. Los monjes de la orden de San Agustín, de la cual él era miembro, eran famosos por su dedicación a los estudios. Antonio estudió Sagrada Escritura y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Agustín de Hipona, Jerónimo de Estridón, Bernardo de Claraval y Gregorio Magno.

 

 

También estudió los clásicos latinos como Séneca y Ovidio. Después de conseguir la autorización de sus superiores religiosos, se trasladó a la abadía de la Santa Cruz en Coimbra, para prolongar sus estudios.En el verano de 1220 paso de un extremo y se hizo franciscano. En ese instante adoptó el nombre de Antonio en honor de Antonio Abad a quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía.

 

 

En la fiesta de Pentecostés de 1221 miles de frailes (Antonio entre ellos) se reunieron en Asís, episodio que ha pasado a la historia como el Capítulo de las Esteras ya que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras. Este Capítulo General tuvo por lema un versículo del Salmo 143: “Bendito sea el Señor mi Dios que adiestra mis manos para la batalla” y estuvo presidido por el cardenal Raniero Capocci en ausencia del patrón de la orden, el cardenal Ugolino dei Conti di Segni, quien sería luego el Papa Gregorio IX.Una vez rematada la reunión, el monje jurisdiccional de Bolonia, Fray Graciano lo envió a una pequeña ermita en las montañas del pueblo de Monte Paolo para que sirviera como sacerdote. Durante este período comienza su carrera como predicador viajando por todo el norte de Italia y el sur de Francia contra las herejías. Su primer campo de acción apostólica fue la romana donde le tocó enfrentarse al catarismo. Conocido en aquel entonces como "Doctor Evangélico", escribió sermones para todas las fiestas del año. Su obra escrita son los Sermones en latín.

 

 

Antonio de Padua es la persona más rápidamente canonizada por la Iglesia católica: 352 días después de su fallecimiento, el 30 de mayo de 1232. Antonio de Padua es el patrón de Lisboa, de Padua, donde permanecen sus restos, y numerosas otras ciudades, como Concordia (Entre Ríos) e Ingeniero Maschwitz (Buenos Aires), en Argentina. Es especialmente invocado por los católicos en diversas ocasiones o motivos debido a la cantidad enorme de milagros que se le atribuyen.En 1263, la ciudad de Padua le brindó un oratorio que conserva sus restos.

 

 

Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto. Se cuenta que aunque todo su cuerpo estaba ya corrupto la lengua no, lo que provocó una nueva oleada de devoción y la admiración de otros galanes católicos como Buenaventura de Fidanza. Fue proclamado Doctor de la Iglesia el 16 de enero de 1946.En Brasil y algunas partes de América Latina y en Portugal, es reconocido como el santo de los matrimonios y el día de su fiesta (el 13 de junio) las jóvenes solteras gozan la costumbre de comprar una pequeña imagen de San Antonio y colocarla al revés como escarmiento hasta que hayan encontrado un buen marido. Esta entrometida tradición ha sido captada muchas veces en la cultura popular portuguesa y latinoamericana.

 

 

 

 

 

Notas:

"http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Padua

"Santa María es la iglesia más unida a la historia de Úbeda, es sin duda la Antigua Colegiata de la ciudad. Es la tercera iglesia más importante en dignidad del Santo Reino y cerrada en 1983 al culto, debido a unas siempre certeras, obras de restauración, reabrió en marzo de 2011 a la Cultura y desde el año 2015, obstenta el titulo de Basílica menor.

 

 

El templo data de los siglos XIII; XIV; XVI; XVIII; XIX e incluso pertenece al siglo XXI, por el nuevo aspecto que presenta su interior, debido a la consabida restauración. En ella conviven armoniosamente todos los estilos incluso los que no ha dado conocer el arte. Lo más interesante son sus fachadas, el bellísimo claustro, las capillas del interior y la rica rejería del interior.

 

 

La capilla de San Antonio o de los Becerra, junto a la cabecera en el lado sur. De planta y dimensiones sencillas, ofrece, en cambio, la portada gótica más suntuosa de Santa María: arco apuntado con arquivoltas, decorado con una amplia cenefa de cardinas y becerros que arranca desde la base. Protuberantes agujas lo enmarcan prolongadas en pináculos; a los que se adosan las imágenes de San Juan y San Lorenzo, bajo dosel, mientras en el tímpano van las de San Pedro y San Pablo en torno a la Virgen y heráldica. El vano se cierra con una reja del maestro Bartolomé, en la que alternan barrotes toros, con frisos y escenas renacentistas. La planta cuadrada, se cubre de tercelete con decoración de becerros y heráldica en la clave.

 

Juan Ángel López Barrionuevo 20 Mayo de 2022


viernes, 22 de abril de 2022

LA DESAPARECIDA TRIBUNA DEL EMPAREDAMIENTO O BEATERIO EN LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES.

 


En arquitectura religiosa se denomina tribuna a la galería elevada, usualmente en un primer piso, encima de las naves laterales de los templos, con su misma longitud y anchura y abierta a la nave central, donde pueden situarse los fieles. Estaba destinada a separar determinados grupos del resto de la población en las celebraciones litúrgicas (mujeres, nobles, etc...)

Como todo sabemos los emparedamientos (*)eran una especie de conventos sin reglas monásticas específicas, donde se agrupaban mujeres de distinto estado y condición, en especial pobres, para vivir en comunidad y ofrecer sus oraciones  al Creador.

 Así el historiador Torres Navarrete (3) nos dice que existieron en la ciudad diversos establecimientos religiosos compuestos por mujeres de diversa condición y edad, los cuales se situaban  en las parroquias de Santo Tomás, Santo Domingo, San Pedro, San Millán y Santa María.

Por el profesor en arte  Antonio Almagro (4) nos relata: “…Fuera de la Capilla de la Virgen de Guadalupe, a su izquierda, se abre el segundo de los accesos desde el claustro al interior. Sobre el existió  hasta hace poco años una tribuna que permitía asistir a las celebraciones del templo desde el vecino emparedamiento…”.

Según nos afirma el investigador Juan Barranco, de todos los emparedamientos que hubo en la ciudad sólo se tiene documentación algo extensa sobre sus patronos del fundado por doña Mencía López de Zambrana, este estuvo situado en la Plaza Vázquez de Molina, en el edificio que actualmente ocupan los juzgados. Así, las componentes de esta comunidad seglar parece ser que se regían por la regla de la Orden Tercera de San Francisco (2).

En la primera foto que acompaña el texto, gentileza de Pedro Mariano Herrador, realizada entre los años  1927 o 1928, por el fotógrafo José Ventura.  En esta misma instantánea  podemos ver en primer plano, el desaparecido grupo escultórico de la Virgen de los Dolores, San Juan y La Verónica, en segundo lugar podemos ver a la izquierda, el antiguo aspecto de la Capilla de la Virgen de Guadalupe sin reja y arco altar de bolas (1), y por último a la derecha el segundo acceso de la iglesia al claustro con su antiguo puerta de madera rematada con crestería y sobre estaba situada la tribuna del emparedamiento vecino hoy actuales juzgados.


 


En la primera foto que acompaña el texto, gentileza de Pedro Mariano Herrador, realizada entre los años  1927 o 1928, por el fotógrafo José Ventura.  En esta misma instantánea  podemos ver en primer plano, el desaparecido grupo escultórico de la Virgen de los Dolores, San Juan y La Verónica, en segundo lugar podemos ver a la izquierda, el antiguo aspecto de la Capilla de la Virgen de Guadalupe sin reja y arco altar de bolas (1), y por último a la derecha el segundo acceso de la iglesia al claustro con su antiguo puerta de madera rematada con crestería y sobre estaba situada la tribuna del emparedamiento vecino hoy actuales juzgados.


Aspecto actual donde en la actualidad no queda restos de la Tribuna. Imágenes de la Cofradia de Jesús Nazareno. Semana Santa 2022.
 

 A este emparedamiento se le llamó también Casa de los Abades, por haberse servido de ella los abades de la Universidad de Priores y Beneficiados de Úbeda. Desde 1723 ya desaparecido el emparedamiento pasó a ser denominado Cárcel del Obispo, que anteriormente estaba en la calle de las Parras.

Esta Tribuna es tapiada  el 5 de Agosto de 1944, ya que en esta fecha el  inmueble es adquirido por el Ayuntamiento de la ciudad a su última propietaria Magdalena Orozco y Esteban.

Años después, entre 1950 y 1963, se procede a la remodelación o pérdida del edificio original por Bellas Artes, siendo consejero local Rafael Vañó Silvestre. El edificio original destruido en tiempos de la Dictadura, se organizaba en torno a un patio central de planta cuadrada, porticado con arcos apuntados sobre pilastras. El mismo quedaba de cierto modo eclipsado, en cuyo fondo se contemplaba impecable una puerta o postigo con su soberbia muralla, una de las que daba paso otrora al barrio del Alcázar.

Tras la finalización de este grave atentado patrimonial, en noviembre de 1969, es inaugurado en este nuevo edificio los juzgados de primera instancia.

Muchos años después en pleno siglo XXI, recién declarada la ciudad  por la UNESCO, junto a Baeza; Patrimonio de la Humanidad, en Julio de 2003 comienza nuevas obras de adaptación en el inmueble, de un edificio de nueva planta, acorde con las necesidades actuales.

 Al comienzo de las obras, el 25 de Agosto de 2003, se encuentra los restos arqueológicos, del antiguo edificio que no se llegó a respetar. Además se hizo desaparecer la tribuna del edificio citado que daba a la nave lateral de la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares a través de la cual las seglares del Beaterio oían misa.

Debido, a las últimas obras de nueva planta, la asociación Caballeros Veinticuatro,  integrada por un grupo de ubetenses muy vinculados a su ciudad, critica el muro lateral del edificio nuevo de los juzgados, que ha sido construido recientemente como parte de las obras de nueva planta de este inmueble, y cuyo aspecto es bastante modernista con respecto al entorno monumental en el que se encuentra. Concretamente, se trata de una pared compuesta de grandes losas que se alternan formando vanos, a modo de celdillas de una colmena o como una celosía, y que ha dado lugar a cierto movimiento social en su contra, recibiendo las críticas continuadas de diferentes sectores ciudadanos.

 Los Caballeros Veinticuatro, antes de que finalizó la intervención, redactaron un escrito mostrando su más absoluta repulsa y que ha sido remitido al alcalde y al concejal de Obras de la ciudad, así como a la delegada provincial de Cultura, consejero de Cultura, Defensor del Pueblo Andaluz, y al Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), una organización no gubernamental que se encarga de asesorar a la UNESCO en temas de Patrimonio de la Humanidad.

Los principios de este colectivo es que el muro en cuestión es de un estilo vanguardista que nada tiene que ver con la zona en la que se encuentra, nada menos que frente a un palacio renacentista y en la plaza más monumental y emblemática de la ciudad. Así, el alcalde no se mostró contradictorio a esta construcción, a la vez que afirmó que nada podía hacer porque la obra tiene todos los informes, requisitos y permisos necesarios, tanto de los actuales técnicos del Ayuntamiento como de los de la Delegación Provincial de Cultura y la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía.

 

 De la misma forma, consideran que esta estructura, con su tremendo impacto, vulnera la consonancia y pureza del entorno histórico, y que «más de uno se va a sentir atraído a escalar el muro, por lo fácil que lo pone su textura, con el peligro que ello conlleva». También piensan los Caballeros que esa gran cantidad de huecos invita a tirar o lanzar piedras u otros objetos para encestar, «con lo que se conseguiría un muladar colgante en plena zona monumental», además del problema que podría darse de anidamiento de aves.

Aunque ya ha sido demasiado tarde, por motivo de que las obras de adecuación del edificio, han terminado. Siendo, a mi juicio, una moderna sede de juzgados de primera y segunda instancia, tan necesaria para las competitividades del siglo XXI. Cuya remodelación ha respetado el único elemento original del edificio, su fachada y el escudo episcopal, y la misma, según mi opinión, ha sido menos grave a la realizada en los años sesenta. Ya que como he dicho anteriormente, su  muralla árabe, patio mudéjar y portillo morisco, fue pasto de la piqueta.

 

Descripción del Edifico, por Consejería de turismo, regeneración, justicia y administración local de la Junta de Andalucía.

La sede judicial de Úbeda ocupa la antigua Casa de los Abades, edificio del siglo XVI, momento de mayor esplendor cultural de la ciudad, que fue construido para acoger un beaterio femenino. En 1614 se inició la fachada actual y a finales del siglo XVIII, como Cárcel del Obispo, fue reformado. Tras unas primeras obras de adaptación del edificio para su uso judicial llevadas a cabo en 1960, una reforma integral ha permitido albergar en él los órganos y servicios de la Administración de Justicia del Partido Judicial de Úbeda y está en funcionamiento desde 2005.

 

El valor arquitectónico del inmueble y su situación, en la plaza Vázquez de Molina, representativo  espacio público del Centro Histórico de Úbeda, han condicionado la reforma.

 

La organización del edificio alrededor de un patio se ha potenciado al concebir el principal espacio central como vestíbulo y fuente de luz natural, cubierto por una liviana estructura metálica y un lucernario. En torno a él se han organizado todas sus dependencias, conservándose los elementos originales, previos a la reforma de los años sesenta. Destaca el relabrado del muro de fachada a la calle Santa María con elementos pétreos que posibilita la entrada de luz natural a las estancias interiores.

 

En planta baja se han situado las dependencias de mayor afluencia de público, Registro Civil, con Sala de Bodas, Servicios Comunes del Partido Judicial, Clínica Médico-Forense y Sala de Vistas. La planta superior alberga las dependencias judiciales y fiscales, con los espacios de oficina abiertos a dos de las galerías que circundan el patio.

 

Entre ambas plantas, una escalera inscrita en el patio y un ascensor paralelo a ella constituyen el núcleo de comunicación vertical del edificio para todo tipo de usuarios.

 

(1). La Capilla de la Virgen, en Santa María es el resultado de la unión en 1934, de tres antiguas capillas, la de San Blas; la de Bolas y la de cameros. Para así formar una sola, para convertise en un recinto más amplio, convirtiéndose en uno de los rincones más evocadores y recatados tanto de la iglesia como de la ciudad.

 

El primer tramo es la antigua capilla de San Blas. Las Capillas del muro norte o lado izquierdo presentan una gran uniformidad. Son tres y se corresponde con los tramos segundo, tercero y cuarto de esta nave lateral. Estas capillas, originariamente serían los tramos de las galerías sur del claustro. El vano de acceso, a la capilla de San Blas, se organiza con portada gótica sin ningún tipo de ornamento. Solo presenta arquivoltas y baquetones lisos.

 

Se cierra con una hermosa reja del rejero Bartolomé. Reja que perteneció hasta los primeros años de 1940, a la actual capilla del Cristo de las Caídas; y que gracias al estudioso investigador local en heráldica, Juan Barranco, estamos al corriente, de que dicha reja presenta heráldica del Canónigo Chantre don Pedro de Cuevas.

 

El interior de la capilla presenta planta cuadrada con bóveda de crucería simple. Con decoración blasonada en la clave de la bóveda. El historiador Ruiz Prieto, apoyándose en el escudo de la clave afirmó que podría pertenecer a un Peñuela y Carvajal. Según afirma el investigador Juan Barranco, tal escudo pertenece a don Gil de Ortega y Sotomayor que desempeñó el cargo de canónigo Chantre de esta Colegial entre los años 1640 y 1656. Don Gil fue el que mandó edificar la Casa del Obispo Canastero. Gil de Ortega fue sepultado en la Capilla de la Yedra de esta Colegial.

 

 

El segundo tramo, es la antigua capilla de la Bolas, su interior presenta planta cuadrada con bóveda de terceletes con florones decorados con bolas. Según Antonio Almagro, la portada que se abre al claustro es la más original del templo. Ofrece un arco apuntado con decoración de bolas y diamantes en las superficies con los escudos de los Vela, en las enjutas y se cierra con reja moderna del siglo XIX. Esta capilla fue fundada en el último tercio del siglo XV por el canónigo Tesorero de la Colegial don Pedro de Vela y Villar, que mandó grabar sus escudos en el interior y portada de la capilla. Uno de los arco altar del interior, con decoración de Bolas, se encuentra en la ventana de esta iglesia que da vista a la calle Arroyo de Santa María. Barranco nos hace notar que los escudos heráldicos usados por los Vela ubetenses son iguales a las de Barrionuevo. En el muro izquierdo se abre un ventanal con vidriera, realizada en 1951 y presenta temas marianos.

 

El tercer tramo pertenece a la antigua capilla de los Romano. De planta cuadrada, se cubre con bóveda de nervadura con decoración escultórica, representando a Dios Padre, en la clave y representación escultórica de animales en los arranques de la bóveda. Ruiz Prieto supone que ésta antigua capilla de los Romano debe ser la Capilla en la que se reunía la Cofradía de los Honrados Viejos del Salvador, por la representación en la clave de Dios Padre. Esta Cofradía fue fundada en 1392.

 

Su portada que se abre al claustro, está cegada y está formada por arco apuntado sobre baquetones. En su muro derecho se alza un altar con decoración de bolas y en el testero de este se levanta un retablo en estilo neogótico, tallado en 1939, por el escultor de Mancha Real don Fernando Cruz Muñoz. En el centro alberga la sagrada imagen de la patrona de la ciudad. La talla es una copia fiel de la anterior aparecida, según la tradición, en el año 1381 al pastor Juan Martínez en el Gavellar. Se maneja varias hipótesis, de que esta imagen, de origen visigótico, se salvó en los trágicos sucesos acaecidos en 1938, por alguien que la escondió. Desde aquel entonces, nadie sabe del aparadero de la imagen. Así que en septiembre de 1939, el escultor Fernando Cruz realizó una copia exacta de la desaparecida y es la que veneramos actualmente.

(2)Los antiguos emparedamientos. Juan Barranco Delgado. Págs. 26-28. Anuario núm. 2. año 2.000.

[3]Historia de Úbeda en sus documentos, tomo III. Pág. 365. Ginés Torres Navarrete.

(4) Santa María de los Reales Alcázares. Antonio Almagro García. 1989.

 

(*) EMPAREDAMIENTO: Este concepto de clausura, eran de dos tipos:

- El que hemos visto en este relato, como recogidas de mujeres de aspecto religioso.

- Anteriormente tenía carácter de castigo que se imponían a las mujeres por sus faltas o delitos cometidos.                 

Juan Ángel López Barrionuevo.

viernes, 25 de marzo de 2022

El Camino de la Cruz en la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares.

Unas

de las 14 Estaciones del Via Crucis.




 

En la década de 1960, siendo Diego García Hidalgo, párroco de la entonces parroquia mayor de Úbeda Santa María de los Reales Alcázares, enriquece el patrimonio mobiliario de esta iglesia, con la adquisición de pequeños cuadros escultóricos, con  representación de las Estaciones del Viacrucis.

Actualmente, se encuentran instalados en los muros del testero, pilares y pies de la iglesia.

Camino de la Cruz, Viacrucis o vía crucis significa «camino de la cruz» y se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesucristo desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.

"Vía Crucis" latín de "Camino de la Cruz". También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa". Se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca con la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de catorce imágenes de la Pasión o "Estaciones" correspondientes a incidentes particulares que, según la tradición cristiana, Jesús sufrió por nuestra salvación basada en los relatos evangélicos y la tradición. También se llama Viacrucis al recorrido de cruces que señalan un camino o una ruta donde se puede realizar este ejercicio piadoso.

Estos nombres se utilizan para denotar ya sea una serie de imágenes o cuadros que representan ciertas escenas de la Pasión de Cristo, cada uno correspondiente a un incidente en particular, o la forma especial de devoción relacionada con tales representaciones. Tomada en el primer sentido, las estaciones pueden ser de piedra, madera o metal, esculpidas o grabadas, o pueden ser simplemente pinturas o grabados. Algunas estaciones son valiosas obras de arte, como por ejemplo las de la catedral de Amberes, que han sido muy copiadas en otras partes. Por lo general están alineadas alrededor de las paredes de una iglesia, aunque a veces se encuentran al aire libre, sobre todo en las carreteras que conducen a una iglesia o santuario. En los monasterios se colocan a menudo en los claustros. La construcción y el uso de las estaciones no se generalizaron en absoluto antes del final del siglo XVII, pero ahora se encuentran en casi todas las iglesias.

El objeto de las estaciones es ayudar a los fieles a hacer en el espíritu, por así decirlo, una peregrinación a las principales escenas de los padecimientos y muerte de Cristo, y ésta se ha convertido en una de las devociones católicas más populares. Se lleva a cabo mediante el paso de una estación a otra, recitando ciertas oraciones en cada una y con la devota meditación en los diversos incidentes en turno. Cuando la devoción se realiza en público, es muy usual cantar una estrofa del "Stabat Mater" mientras se pasa de una estación a la siguiente.

Los precedentes del Vía Crucis datan de los primeros siglos del cristianismo, de la piadosa compasión con que los cristianos primitivos veneraban los pasos de la Vía Dolorosa. La española Silvia Eteria, peregrinó a Tierra Santa en el siglo IV. Y en su Peregrinatio describe el ejercicio piadoso de los cristianos de Jerusalén, recorriendo durante la Semana Santa el camino del Calvario.

 

El origen del Vía Crucis se remonta a Jerusalén como consecuencia natural e inmediata de la Pasión de Cristo. Ciertos lugares de la Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI), fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos de la era cristiana.

 

Según una tradición documentada en el siglo V, se nos presenta la Santísima Virgen recorriendo cada día los sitios donde su Divino Hijo había sufrido y derramado la sangre; en los lugares señalados se detenía, evocaba a la vez el recuerdo dulce y amargo, besaba el suelo y oraba. Hasta el siglo X no se suele indicar división en estaciones y hasta el siglo XIII no se determina el recorrido exacto por el que caminó por las calles de la ciudad llevando la Cruz. En los siglos XII y XIII comienza a hablarse de escenas o estaciones. Varios autores (Ricoldo, Sanuto, Pipin...), proponen algunas de ellas. Las primeras que toman cuerpo son las del Pretorio o Ecce Homo, el consuelo de las mujeres piadosas o Nolite flere, el encuentro con su Madre o Pasmo de la Virgen y la del Cirineo. Algunos sustituyen el encuentro con la Virgen por un episodio donde Jesús descansó, correspondiente a alguna de las tres caídas.

 

Juan Palomer en 1422 cita cinco estaciones, que nombra en sentido inverso, desde el Calvario a la casa de Pilato: un descanso del Señor al pie de cerro, el Cirineo, el encuentro con las mujeres piadosas, el encuentro con la Virgen y el Pretorio. Pocos años después Jacobo de Verona y Jorge de Nuremberg añaden el episodio de la Verónica. A mediados del siglo XV las paradas del recorrido de los peregrinos son ya catorce y se empieza a llamarlas estaciones.

 

Félix Fabri añade en 1480 el episodio de la puerta judiciaria (la segunda caída), y divide el lugar del Calvario considerando en conjunto hasta ese momento, en las cinco últimas estaciones, cada una con su propio lugar de oración y diferenciada de las demás (desnudado, clavado, levantada la Cruz, el desconsuelo de la Virgen y el Santo Sepulcro).

 

Pero no todos los creyentes podían ir a Jerusalén a seguir los pasos de la Pasión de Cristo in situ, así que esta tradición, que comenzó a extenderse en el siglo IV, en la época del emperador Constantino, encontró pronto algunos problemas prácticos. El primero, las serias dificultades que la distancia y las difíciles comunicaciones ponían a los peregrinos; el segundo, las invasiones musulmanas que dominaron esta tierra.

 

Por tal motivo, a partir del siglo VII, se pasó a establecer las estaciones para la Vía Crucis en diversos santuarios de Europa y, más tarde, en determinados lugares de cada diócesis particular, con el objetivo de acercar más este ejercicio de piedad al pueblo cristiano.

 

Desde el siglo XII los peregrinos escriben sobre la “Vía Sacra”, como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuándo surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, ni cuando se les comenzó a conceder indulgencias pero probablemente fueron los franciscanos los primeros en establecer el Vía Crucis ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa.

 

Comprendiendo la dificultad de peregrinar a la Tierra Santa, el Papa Inocencio XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias anteriormente obtenidas devotamente por visitar los lugares de la Pasión del Señor en Tierra Santa las podían en adelante ganar los franciscanos y otros afiliados a la orden haciendo las Estaciones de la Cruz en sus propias Iglesias.

Fueron, por tanto, los franciscanos los que establecieron en sus iglesias el número de catorce, para que los fieles las recorriesen a imitación de los devotos peregrinos que iban personalmente a venerar los Santos Lugares de Jerusalén.

 

Parece que de forma definitiva, según se suele practicar hoy, surgió en España. De aquí pasó a Cerdeña y a otros lugares de Europa. En el siglo XX diversos autores han pretendido que se añadiese otras estaciones, como la Resurrección, con la que culmina la Pasión y Muerte histórica de Cristo, y su Vía Crucis continuando a lo largo de la historia humana.

 

El Viernes Santo de 1991 y, bajo el auspicio de Juan Pablo II, se creó un nuevo Vía Crucis con 15 Estaciones (el Papa añadió una nueva Estación), basadas todas ellas en momentos del Nuevo Testamento. Este nuevo Vía Crucis comienza con la Oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní y finaliza con la Resurrección de Cristo. Ello fue un intento de acercar ecuménicamente a todas las confesiones cristianas, y aunque se usa alternativamente al tradicional, en ningún caso lo ha sustituido.




Estación 14 del Via Crucis, junto a la Capilla de San José


 Pincha aquí -, para ver las estaciones del Vía Crucis de la iglesia de Santa María.

La forma tradicional de esta práctica piadosa consta de las siguientes catorce estaciones:

  • Primera estación: Jesús es condenado a muerte.
  • Segunda estación: Jesús carga la cruz
  • Tercera estación: Jesús cae por primera vez.
  • Cuarta estación: Jesús encuentra a su madre
  • Quinta estaciónSimón el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz.
  • Sexta estaciónVerónica limpia el rostro de Jesús.
  • Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.
  • Octava estación: Jesús consuela a las mujeres que lloran por él.
  • Novena estación: Jesús cae por tercera vez.
  • Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
  • Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz.
  • Duodécima estación: Jesús muere en la cruz.
  • Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz y puesto en los brazos de María.
  • Decimocuarta estación: Jesús es sepultado.

Fuente:Wikipedia Católica

viernes, 14 de enero de 2022

Fotos Para el Recuerdo. El Claustro de Santa María en 1981.

A continuación, podemos ver una fotografía de la restauración realizada en el claustro de Santa María de los Reales Alcázares, en la primavera de 1981, documento gráfico publicado en el número 93, de  la desaparecida revista Gavellar.

Como pueden comprobar, esta restauración consistió en la limpieza y picado de cal, de los muros centenarios de este hermoso claustro gótico.


 


En la siguiente foto, podemos ver el claustro antes de esta intervención. Foto Felipe. Principios de la década de 1980.

viernes, 7 de mayo de 2021

BASILICA DE SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES; 10 AÑOS DE SU REAPERTURA AL CULTO.

 

(8 de Mayo de 2011, Reapertura. Foto de José Ruiz Quesada) 

Este 8 de Mayo se cumple 10 años de la reapertura al culto de la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, a continuación un comunicado de prensa de la página  http://diocesisdejaen.es/  publicado el 11 de mayo de 2011, acerca de dicho acontecimiento histórico.

   

(8 de Mayo de 2011, Reapertura. Foto de Juan Ángel López Barrionuevo)

Reapertura y bendición del templo de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda



El pasado domingo, 8 de mayo, se celebraba la reapertura al culto y bendición del emblemático Templo de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda, tras casi 28 años de obras de restauración. 

     A las 6’30 de la tarde la ceremonia comenzaba en la Parroquia de San Pablo. Tras la monición, que supuso un  recorrido histórico de la importancia del templo a lo largo de los siglos, se iniciaba la  solemne procesión con la imagen de la patrona de Úbeda, la Virgen de Guadalupe, en la que participó el Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo, el Alcalde D. Marcelino Sánchez y las autoridades locales, representantes de las cofradías de Úbeda y una gran cantidad de personas que se congregaron en el itinerario procesional hasta llegar al templo de Santa María. Una vez que la procesión llegó a  la iglesia de Santa María, el Sr. Obispo se dispuso a abrir la puerta principal del templo e hizo entrega de la llave al párroco, D. José Araque, como gesto simbólico.

      Minutos más tarde y tras la entrada en la iglesia de la Virgen de Guadalupe comenzaba la Eucaristía presidida por el Obispo, D. Ramón del Hoyo López, y concelebrada por más de 40 sacerdotes de toda la diócesis. Durante su homilía el Sr. Obispo quiso recalcar la importancia del templo de Santa María de los Reales Alcázares como símbolo de identidad de los ubetenses: “esta tarde toda la Iglesia diocesana aquí representada, especialmente las comunidades parroquiales y de religiosos, asociaciones, cofradías y demás movimientos cristianos de la ciudad de Úbeda, asistimos, junto con otros fieles y ciudadanos, a un acontecimiento muy singular. La venerada imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de la ciudad, ha querido presidir este acto de reapertura oficial de este precioso templo dedicado a Santa María de los Reales Alcázares, antigua colegiata y señal de identidad de los ubetenses desde hace siglos”.

     D. Ramón del Hoyo hizo, además, gran hincapié en el interés de toda la sociedad en la reapertura del templo. Agradeció, asimismo, a la intervención y  gestión de las instituciones: “me consta la gran ilusión y el deseo de todos  para que llegara este momento. Constantemente he podido comprobar este común sentimiento en sacerdotes, autoridades, Delegación de Patrimonio, medios de comunicación… para que esto fuera una realidad. Cerrado este templo desde 1983, tras casi 28 años de obras, de nuevo ha recuperado su esplendor, seguramente por varios siglos. Pero exigirá cuidados constantes para evitar su deterioro. Somos muy conscientes del gran esfuerzo e interés por parte de las instituciones públicas, sobre todo a través de la Junta de Andalucía para conservar en esta ciudad, patrimonio de la humanidad, uno de sus monumentos más significativos y representativos de su ingente patrimonio. Gracias en nombre de todos por esta gestión”.

     Por su parte, el párroco D. José Araque quiso animar a los fieles a acercarse hasta Santa María, porque “no es sólo un hermoso templo con gran valor artístico y arquitectónico, sino también un lugar sagrado para poder participar en el culto”.

     La Eucaristía finalizaba con el canto del himno a la Virgen de Guadalupe por parte de los centenares de fieles que abarrotaron el templo en esta jornada histórica para la ciudad de Úbeda.

viernes, 20 de noviembre de 2020

El Ambón de Forja de Santa Maria de los Reales Alcázares.

El objeto que aparece en la fotografía bien podría parecer a primera vista una jaula de grillos, pero mire usted por dónde no es así. En realidad se trata del púlpito de Santa María situado boca abajo, es decir en decúbito prono, cubierto de polvo y claramente manifestando en su abandono y soledad el cuidado y mimo puestos en todas y cada una de las actuaciones perpetradas en el templo bajo el calificativo de obras de restauración. Si en verdad una jaula de grillos es un lugar en el que hay gran desorden y confusión y en el que nadie se entiende, la única posible no sería la que aparentemente la fotografía recoge, sino la propia iglesia en su conjunto. A los grillos que en forma de administraciones, comisiones y arquitectos la han ido ocupando ustedes mismos pueden ponerles nombre y calificarlos. Foto y Texto de Antonio Almagro Garcia, 28/2/2009.




Hasta el cierre de la iglesia, en Julio de 1983, el Altar Mayor estaba presidido por un artístico ambón de forja del siglo XVIII. Tras la apertura de la iglesia en 2011, y tras las largas obras de restauración que sufrío el templo durante 28 años, este ha sido sustituido por el actual de dudoso gusto realizado en piedra artificial Foto Felipe  y Vbeda Recatada.




Hasta el cierre de la iglesia, en Julio de 1983, el Altar Mayor estaba presidido por un artístico ambón de forja del siglo XVIII. Tras la apertura de la iglesia en 2011, y tras las largas obras de restauración que sufrío el templo durante 28 años, este ha sido sustituido por el actual de dudoso gusto realizado en piedra artificial 

Cabe decir, que antes de la reforma llevada a cabo en el Altar Mayor en la década de 1970, había dos ambones y unos de ellos fue suprimido durante dicha actuación.

Desde el año 2011, en las galerías altas del claustro de Santa María, está guardado a la espera de ser restaurado y vuelva a su lugar de origen.


Cabe decir, que antes de la reforma llevada a cabo en el Altar Mayor en la década de 1970, había dos ambones y unos de ellos fue suprimido durante dicha actuación. Foto Felipe.


Se define Ambón como, Escenario elevada con antepecho, a menudo con dos escaleras de acceso, situada fuera del presbiterio, en el lado derecho respecto al altar. En la liturgia bizantina, el ambón forma parte material del iconostasio. Suele ser de menor tamaño que el púlpito, siendo característico del arte prerrománico. Su nacimiento es muy temprano en la Iglesia cristiana. En el siglo III ya se menciona la función de lector y su lugar elevado. Los ambones antiguos eran estructuras escalonadas, cuyos diversos niveles correspondían a la diversa categoría de la función que se ejercía en ellos.

La plataforma superior era utilizada por el diácono para el canto del Evangelio, el subdiácono leía la Epístola en el segundo plano y los clérigos inferiores leían las otras partes de la Escritura en la grada inferior, de donde salió el nombre de "gradual". Se realizaba dotándole de una estructura parecida a una torre; podía estar rematado con un cimborrio y, por lo general, tenía dos escaleras, una que miraba al este y la otra encarada al oeste, orientadas simbólicamente tal como se hacía la planta de la iglesia. La colocación de dos ambones distintos es posterior al siglo X, se ubicaban a ambos lados del altar mayor, utilizándolos respectivamente para el canto o lectura del Evangelio o de la Epístola. En ocasiones, también pueden encontrarse situados a los lados del coro, en el presbiterio, o bien, uno frente a otro en la nave central o en el crucero.

El ambón puede cubrirse con un antipendio digno del color del día, preferentemente a juego con el frontal del altar. 



El ambón está reservado para proclamar la palabra de Dios. Las rúbricas indican que desde ahí se proclaman “únicamente las lecturas, el salmo responsorial y el pregón pascual” (IGMR 309), aunque también puede tenerse la homilía y proponer las intenciones de la oración universal. De esta forma, no debe ser usado por un comentarista, el director del coro o un solista.





[Cabrol, F. y Leclercq, H. (1924), tom. I, p. 1331][Calzada Echevarría, A. (2003), p. 50][Camino Olea, M.ª S. [et al.] (2001), p. 44][Franco Mata, A. (2003), p. 215][Giorgi, R. (2005), p. 18][http://museosdevenezuela.org (2012][McNamara, D. R. (2012), p. 101][Paniagua Soto, J. R. (2009), pp. 41-42][Perrin, J. et Vasco Rocca, S. (dirs.) (1999), s.v. ambon, pp. 64-65][Pevsner, N., Fleming, J. y Honour, H. (1996), p. 39][Plaza Escudero, L. de la (coord.) (2009), p. 422][Plazaola Artola, J. (2006), pp. 111-112 y p. 115][Thesaurus Multilingue del Corredo Ecclesiastico (2004][Verdier, H. et Magnien, A. (dirs.) (2001), s.v. ambon, p. 78]










miércoles, 4 de noviembre de 2020

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE ÚBEDA; SUS RECUPERADOS APLIQUES DEL SIGLO XVI

Capilla del Santo Entierro y  Apliques Restaurados. Gracias a la iniciativa del Hermano Mayor del Santo Entierro y Santo Sepulcro, Alberto Campos Maldonado y su Junta Directiva, se han recuperado los antiguos apliques que antaño, iluminaban el Claustro de la Basilica de Santa María de los Reales Alcázares. Fotos de Juan Ángel López Barrionuevo.



Aspecto de una galería del claustro, de la Basílica de Santa María de Úbeda, en la década de 1980. Cómo se puede observarse en la fotografía cuyo autor desconozco, vemos la reja que cerraba el desaparecido jardín y uno de los apliques de
Tiznajo Forja
, que iluminaba el claustro.





Aplique en el Taller Exposición Tiznajo, Foto Yolanda Garrido.


 A finales de la década de 1970, y tras las obras de mejora del Claustro de Santa María, los muros claustrales del citado recinto, se enriquece de cuatro apliques de forja y de una cruz, también de forja. Cabe decir que Tiznajo Forja, a través de los fragmentos procedentes de la desaparecida reja del Coro, realiza dicha cruz y estos candelabros. 

 En el año 2009, en la quinta y última fase de restauración de Santa María,  se eliminan las nombradas lámparas, siendo sustituidos por la existente iluminaría de dudoso gusto. Desde entonces, han permanecido guardados en unas dependencias de dicha iglesia, hasta su actual recuperación (Primeras semanas de Agosto de 2020), y que gracias a la iniciativa de la Junta Directiva de la Cofradía del Santo Entierro, que los ha restaurado y lo ha instalado en su Capilla Canónica que tiene en la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares.

 Los retales con los que Tiznajo realizó los enunciados candelabros y cruz, procede de la hermosa reja obra del Maestro Bartolomé, en su paño central llevaba como tema principal, dos escudos en círculos con dos angelotes tenantes, del obispo don Francisco Mendoza, que gobernó la diócesis de 1538 a 1543 y sobre estos escudos el escudo con laurear de la colegial, sostenida igualmente por angelotes. La reja estaba formada con figuras repujadas en los frisos, barrotes torsos abiertos en rombos, cuerpos separados por frisos y calles con coronación. En la parte superior en chapa aparecía el tema de la Inmaculada en su clásica iconografía. 

Cruz del Claustro, realizado por Tiznajo a partir de los retales de la crestería de la reja del desaparecido coro de la nave central.





 En los pilares de los arcos del crucero se hallan dos escudos de piedra policromada. Ambos blasones pertenecen al obispo Francisco Delgado López, que gobernó la diócesis entre 1566 al 1576. Su programa iconográfico de la reja era bastante simple con una serie de ángeles; dos sostienen en el centro una guirnalda con un motivo en el interior quedando alineado con los dos anteriores, pero sobre elevado. Rematando la calle central de la reja (la única decorada) aparece una escena de la Asunción de la Virgen transportada por seis ángeles. Todo se perdió gracias a la mala gestión de los Párrocos de la Iglesia de Santa María. En plena Dictadura Franquista, algunas de las más importantes obras de arte de Santa María de los Reales Alcázares, que se habían salvado del asalto del verano de 1936 desaparecieran o fueran despedazadas. Como esta reja del coro, que Ruiz Prieto calificó como de «grandiosa y obra de gran mérito», y cuyos restos salpican ahora distintas portadas de las capillas de Santa María.