Risus Paschalis en
Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda.
La catedral de Colonia, la mayor del mundo, cuya primera piedra fue
colocada por el Arzobispo Konrad von Hochstaden en 1248, en el mismo lugar de
la antigua catedral erigida en el siglo IX. El Ayuntamiento de Colonia, el más
antiguo de Alemania, quiso honrar al arzobispo con la colocación de su
escultura en la fachada principal de la villa, acompañado de otros ilustres
personajes.
En el capitel que soporta la imagen del arzobispo, hay una imagen grotesca y jocosa de un hombre haciéndose una felación. Lo que sucedió es que los miembros del gremio de la construcción tenían bien claro a quien querían burlar y de quien querían hacer mofa (se cree que fue la protesta silenciosa ante ese hombre siniestro con tanto poder que, para financiarse la carísima y auto propagandista nueva catedral de Colonia lo que hizo fue subir los impuestos al pueblo sobre el lúpulo (el componente que se añade a la cerveza).
En el capitel que soporta la imagen del arzobispo, hay una imagen grotesca y jocosa de un hombre haciéndose una felación. Lo que sucedió es que los miembros del gremio de la construcción tenían bien claro a quien querían burlar y de quien querían hacer mofa (se cree que fue la protesta silenciosa ante ese hombre siniestro con tanto poder que, para financiarse la carísima y auto propagandista nueva catedral de Colonia lo que hizo fue subir los impuestos al pueblo sobre el lúpulo (el componente que se añade a la cerveza).
En el claustro medieval, de la hoy Basílica de Santa María
de Úbeda, con seguridad realizaban los árabes sus abluciones, pues era el patio
de la mezquita.
El claustro es obra
gótica de finales del siglo XV (pilares)
y principios del XVI (bóvedas góticas costeadas por el Canónigo de la Colegial Becerra, bajo mandato del Obispo Alonso Suárez), ocupa total o parcialmente el lugar donde
estuvo el patio de la mezquita.
Las galerías son de arcos apuntados sobre pilares
rectangulares, similares a los del interior, mientras las bóvedas de posterior
construcción, son de crucería simple en los lados Este y Oeste, y de terceletes
en el Norte. Algunos azulejos decoran los pilares haciendo Cruz.
Sorprendentes son las capillas que lo rodean, de
relativamente bajas y cobijadoras bóvedas de crucería, como la Capilla de las
Bolas o la de los Toreros.
Lo que más me llama la atención de este claustro, es la escenificación
monstruosa sexual y pecaminosa de la decoración escultórica de los capitales.
Con escenas de lameculos incluso con felaciones que simbolizan el “Risus Paschalis”. También hay los que
muestran salamandras, animales y seres fantásticos. Por último decir que en otros muchos capiteles, menudean los escudos del Canónigo Becerra, y del Obispo Alonso Suárez de la Fuente del Sauce.
Risus Paschalis: las misas que terminaban en orgías durante la Edad Media
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Risus Paschalis en
los capiteles del Claustro de Santa
María de los Reales Alcázares de Úbeda
Detalle del Claustro del siglo XV-XVI. Y Escudo del Canónigo Becerra. Fotos Francisco Miguel Merino Laguna. |
Suele creerse que la actitud de la Iglesia hacia la
sexualidad siempre ha sido pacata, dominada por la represión y mediatizada por
la moral tradicional. En consecuencia, todo lo relacionado con ella pasaría a
reprimirse y ocultarse en una actitud medieval. Es un error doble porque ni
siempre ocurrió así ni la Edad Media fue la etapa más oscurantista, pese a lo
que se cree y a que San Agustín hizo lo que pudo en el plano negativo. Y para
demostrarlo, basta con echar un vistazo a buena parte de la iconografía
artística de iglesias y catedrales, en las que capiteles, sillerías y gárgolas,
entre otros elementos decorativos, a veces parecen un catálogo del Kama-Sutra.
En aquel tiempo, la iglesia no se consideraba, como actualmente, un edificio
sagrado donde se desarrolla la liturgia, el oficio de la misa y la confesión.
Significaba mucho más que eso. Los motivos eróticos decorativos, de muchas
Catedrales e Iglesias así lo demuestran.
Aún hoy, los expertos no se ponen de acuerdo en el motivo de
que una iconografía tan irreverente aparezca en lugares destinados al culto.
Para algunos especialistas, el fenómeno es producto de la relajada moral
imperante en el mundo medieval. Para otros, tales representaciones eran fruto
de las incumplimientos burlescas de los maestros escultóricos. No faltan los
que ven en estas figuras un reflejo de las herejías de la época, como las
encarnadas por los valdenses, bogomilas y albigenses o cátaros. Estos grupos,
sin embargo, más que una vida desenfrenada, lo que predicaban y practicaban era
justo lo contrario: una existencia ascética y virtuosa.
Se barajan tres teorías que motivan la profusión de esta
erótica iconografía en templos e iglesias: La primera defiende que su objetivo
era mostrar el castigo infernal que provocaba el pecado de la carne y la
lujuria. La segunda, que la iconografía buscaba fomentar el acto sexual, el
erotismo y con ello la reproducción, en una época con una altísima mortandad
infantil y una esperanza de vida muy corta. La tercera, unida con la anterior,
defiende que reflejaría los cánones morales de la sociedad de aquel tiempo, muy
liberal en lo relativo al sexo.
Cabe referir aquí una manifestación que perduró en la
Iglesia romano-católica durante más de mil años, conocida con el nombre de risus paschalis, la “risa pascual”.
Ella significaba la simbolización del placer genital-sexual en el espacio
sagrado, en la celebración de la mayor fiesta cristiana, la Pascua.
Era una de las mayores
manifestaciones de la sexualidad y el humor dentro del espacio sagrado, en la
que se celebraba la alegría de la Pascua frente a la tristeza de la Cuaresma,
ensalzando a través de la burla el triunfo de Cristo sobre la muerte.
El sacerdote debía provocar la
risa en el pueblo durante la misa de la mañana de Pascua. Para conseguirlo
utilizaba los medios que tenía a su alcance, pero sobre todo un buen puñado de
recursos cargados de contenido sexual. Contaba chistes picantes, usaba
expresiones eróticas, utilizaba marionetas, hacía gestos obscenos, simulaba
relaciones sexuales y hasta enseñaba LOS
GENITALES, para arrancar las carcajadas de sus fieles. El pueblo carcajeaba
las gracias, se contagiaba de la alegría y alimentaba con nuevas bromas y
burlas la celebración de la Pascua.
La tradición nació en Francia
durante el siglo IX, se extendió por todo el norte de Europa, Italia y España.
Sin embargo, donde realmente caló esta celebración fue en Baviera. Se cuenta
que allí la Risus Paschalis rozó el
desenfreno total y que incluso varios actos sexuales explícitos se celebraron
dentro del templo.
Los primero en tomar medidas
fueron los protestantes cuya austeridad no casaba con esta celebración. Sin
embargo y tras la reforma el Concilio de Trento en el XVI, la Iglesia Católica
también decretó su prohibición, Roma empezó a verlo con malos ojos y a la
prohibición decretada por el papa Clemente siguió la de Maximiliano III,
príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico. Así, la alegría y el sexo quedaron desterrados
de las homilías, hasta el día de hoy.
Tendemos a decir que la iglesia
siempre ha oprimido la sexualidad y la ha reducido meramente a la reproducción,
eliminando el placer y reduciéndolo al plano privado en el seno familiar. Sin
embargo, el Risus Paschalis te va a demostrar lo contrario.
No hay más que echar un vistazo a
ciertos elementos decorativos de iglesias y Catedrales, como demuestran, por
ejemplo los capiteles del Claustro Medieval de la Basílica de Santa María de
los Reales Alcázares.
Increíble, pero cierto. Sí que ha
cambiado la iglesia.
El origen del Risus Paschalis puede rastrearse a partir de
las fiestas paganas que marcaban la llegada de la primavera en la Antigua
Grecia, e involucraban rituales asociados con la fertilidad, los órganos
sexuales y el placer y los dioses helénicos asociados con ellos, de ahí que el
cristianismo primitivo los adoptara y posteriormente tergiversara hasta
hacerlos desaparecer.
En distintas celebridades griegas como las faloforias, los
gefirismos y las eleusinas, la dinámica en honor a Dionisio y a las diosas
Deméter, Perséfone y Baubo (esta última asociada a la vulva) era similar al
Risus Paschalis.
El chupón de Santa María.LA COSTUMBRE HISTÓRICA DEL RISUS PASCHALIS: CUANDO EL SEXO ESTABA PRESENTE EN PLENA MISA. |
Fuente:
Fotos Francisco Miguel Merino Laguna.
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