viernes, 10 de julio de 2009

SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES, ALMACÉN DE ESTILOS ARQUITECTÓNICOS. PARTE 3

Renacimiento en Santa María; Aspecto Actual de la Fachada de la Adoración.
...
El 30 de septiembre de 1934, con motivo de la reapertura al culto de la iglesia de Santa María, el entonces prebístero del templo, don Marcos Hidalgo Sierra público en el diario “La Provincia” esta poesía:


Barroco en Santa María, Cúpula de la Capilla de San José.
...
Ubetenses, ya tenéis bellamente restaurada esta histórica Parroquia Ilustre y Sacra, Iglesia de gran raigambre que llevamos en el alma, y que en pretéritos tiempos fuera Insigne Colegiata.

Desde Fernando Tercero toda su grandeza data.
Dentro de sus viejos muros ella nuestra historia guarda.
...
Hablar de Santa María es hablar de nuestra raza, porque su glorioso nombre a cada paso nos habla de artistas, sabios, guerreros, obispos, reyes y papas, cuyas muestras de cariño y de devoción preclara en capillas y sepulcros nos dejaron consignadas.


Gótico Isabelino en Santa María; Bóveda Capilla del Santo Entierro.

...

Hablar de esta insigne Iglesia es hablar de nuestra infancia con los fervoros primeros de nuestra piedad cristiana.

...
Hablar de este templo augusto es evocar entre lágrimas las inefables ternuras de nuestra madre adorada cuando asidos de su mano a sus fiestas nos llevaba, y a los pies del Nazareno y de la Patrona amada a rezar, arrodillándonos, con fervor, nos enseñaba.

...
Hablar de esta iglesia, clave de nuestras glorias pasadas, es hablar con noble orgullo de nuestra Semana Santa, porque en sus amplios recintos nuestras procesiones hallan aquel delicioso encanto que les diera justa fama...



Gótico en Santa María. Portada de una Capilla de la Nave Sur (Chantre Pedro González de la Cueva).
...
Hablar de este hermoso templo es, pues, en una palabra, hablar de los ubetenses de todo linaje y casta; ya vivan entre nosotros, ya estén en tierras lejanas, porque a todos, de esta Iglesia el mismo amor nos inflama; y a todos hasta la muerte la llevan dentro del alma.

Úbeda, Agosto 1934.
Marcos Hidalgo Sierra
Prebístero


Visita Del Obispo De Jaén; Ramón Del Hoyo A Santa María.


Paula Oller.


El Obispo de Jaén, Monseñor don Ramón del Hoyo López, en compañía del alcalde de Úbeda, don Marcelino Sánchez, y parte de la comunidad eclesiástica de Úbeda, visitó la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares ayer viernes, 6 de febrero. Tras la que tanto el alcalde como el Obispo se reunieron en la Alcaldía del Ayuntamiento de la ciudad para hablar sobre otros temas de interés.

...
Ramón del Hoyo manifestó su alegría al visitar de nuevo la ciudad de Los Cerros. Destacó que le emocionaba estar de nuevo dentro de un templo con tantísimo historia como alberga Santa María. “Me alegra que de nuevo se hayan reiniciado las obras en el templo para que se termine el último eslabón que falta y así completar este proyecto tan serio y tan complicado”, comentó.

...
El Obispo insistió en que él, al igual que todos los vecinos de Úbeda, está deseando que se abra en breve la conocida iglesia, más cuando sabe que es uno de los monumentos más reclamados por los turistas que acuden a la ciudad ubetense. “Sí interesa que a esto se le dé ya cuanto antes un impulso para abrirlo”, incidió. En cuanto al tiempo que el templo lleva cerrado al culto, el Obispo señaló que lo importante es que se esté actuando para que no se pierda. “Al fin y al cabo 25 años en muchos siglos de historia no son tantos, lo que importa es que se ha recuperado, las cosas se tienen que hacer bien y no con prisas”, subrayó. Por su parte el máximo representante del Ayuntamiento de Úbeda mostró su alegría al ver que la quinta fase de las obras de Santa María ya es una realidad. “De lo que se trata es de que esta fase se termine pronto y se abra al culto”, resaltó.



...
Durante la visita, también se planteó la posibilidad de elevar a Santa María de los Reales Alcázares a la categoría de basílica. Ramón del Hoyo aseguró que él, por su parte, apoyaría esta iniciativa con toda su ilusión, “la clave está en los informes de la Conferencia Episcopal Española, si se envían correctamente a Roma es fácil conseguirlo este objetivo”, puntualizó.

Iglesias cerradas: Santo Domingo y San Lorenzo.

...
Otros de los asuntos que trataron tanto el alcalde de Úbeda, Marcelino Sánchez, como el Obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, en la reunión que mantuvieron en la Alcaldía fueron los casos de la Iglesia de Santo Domingo y la de San Lorenzo, sendas cerradas al culto.


El Obispo se mostró abierto a las propuestas que le presentaron. “Ciertamente no podemos dejar este problema para otras generaciones”, aseguró. Una vez presentados los proyectos que se tienen se estudiarán y se verán si se pueden llevar a cabo o no. “Lo que importa es que estos monumentos se abran, porque son patrimonio de todos”, asintió.


El alcalde de la ciudad insistió en que es muy importante impulsar acuerdos para que al igual que se está rehabilitando Santa María, se sigan los mismos pasos para estas dos iglesias, “que se encuentran en una situación complicada por su propia estructura física y por el futuro inmediato que en ellas se prevé si no se interviene pronto”, añadió.


En el caso concreto de San Lorenzo, lo que se pretende es que pase a pleno dominio de la ciudad, a cambio de que la Iglesia disponga de suelo para construir templos o dependencias eclesiásticas.


Fuente: Úbeda Información.

jueves, 9 de julio de 2009

Curiosidades Ubedíes; Una Melancólica Fotografía Del Interior De Santa María De Los Reales Alcázares.

En la foto, que acompañaba al texto, realizada a inicios de la década de 1980, por la editorial Escudo de Oro; observamos, los frescos de la cúpula central, los desaparecidos elementos barrocos, los vencidos pilares y arcadas mudéjares…,el suelo de losas de piedra desgastado por el pasar de sus visitantes…, la milagrosa y antiquísima imagen del Cristo de los Cuatro Clavos…, la hermosa reja y portada flamígera del panteón familiar de los Becerra…, la capilla de Jesús Nazareno…, el espacio era ocupado por grandes hileras de bancos invitándonos a la meditación y a la plegaría…, se notaba el suave sosiego de la paz que se respira en los espacios místicos…, un semillero de fe y esperanza…,
...
Ahora que estamos en Julio de 2009, ha pasado ya un año, para unas tristes bodas de plata que los ubetenses no quisimos celebrar. El próximo sábado, día 18 de Julio, del presente año, la futura Basílica de Santa María de los Reales Alcázares llevara 26 años cerrada al culto.

Coma ya dije, en otras entradas del presente blog, Santa María, como edificio religioso; es lugar de acogida, de culto. Para eso se hizo. Y para rezar y alabar a Dios. Pero este templo es lugar extraordinario para la reflexión y contemplación. Eran muchos los ubetenses que en el silencio de una tarde entraban en Santa María; atajaban los claustros, lugar de paz y tranquilidad donde el trinar de los pájaros no cesaba. Cuando se adentraban a la enorme Iglesia, se estimaba una sensación de frío, se respiraba cera por doquier, el murmullo de los devotos se perdía por el enorme espacio, en un repiqueteo de ecos, figurando sonidos envolventes que no se podían traducir pero que tenían el mismo destino..., donde muchos ubetenses se sentaban en la penumbra de sus bancos y, en silencio, han sentido ese temor sagrado que produce la aproximación del hombre a lo divino, a la vez que han experimentado la cercanía del Dios, Padre y Amigo. Una iglesia con un enorme valor espiritual, sentimental y cultural. Reina de las tradiciones folklóricas y religiosas de la ciudad de los Cerros.


...






No puede olvidarse para la memoria de una Ciudad, todo lo que ha rodeado, distinguido y acontecido esta Iglesia de los Reales Alcázares. Un monumento que hoy, actualmente, se distingue por el paso del tiempo con sus puertas cerradas.

En la primera foto, que acompañaba esta entrada del blog, realizada a inicios de la década de 1980, por la editorial Escudo de Oro; observamos, los frescos de la cúpula central, los desaparecidos elementos barrocos, los vencidos pilares y arcadas mudéjares…,el suelo de losas de piedra desgastado por el pasar de sus visitantes…, la milagrosa y antiquísima imagen del Cristo de los Cuatro Clavos…, la hermosa reja y portada flamígera del panteón familiar de los Becerra…, la capilla de Jesús Nazareno…, el espacio era ocupado por grandes hileras de bancos invitándonos a la meditación y a la plegaría…, se notaba el suave sosiego de la paz que se respira en los espacios místicos…, un semillero de fe y esperanza…,

El edificio se encontraba en unas condiciones de ruina con peligro inminente de su integridad, motivadas fundamentalmente por una cimentación sobre terrenos de relleno, una fábrica realizada con materiales de baja calidad y en general de ejecución deficiente, agudizado por una serie de reparaciones y actuaciones realizadas a lo largo de la historia que agravaron paulatinamente el estado general del edificio. La complejidad de las obras que se llevan a cabo han obligado a que la iglesia aún permanezca cerrada al culto, desde Julio de 1983.

El 14 de Febrero de 2006, dio por finalizada la cuarta fase de restauración. Obras de restauración y consolidación que viene soportando la iglesia mayor de Úbeda desde 1986. Que ciertos sectores de la población lo han catalogado como polémicos, debido a que cuando se proceda a su apertura, no volverá ser lo que era. Esta cuarta fase, que comenzó el pasado 27 de Octubre de 2004; ha consistido en lo siguiente, impermeabilización de las cubiertas de las naves laterales y central; y en la reconstrucción de todo lo que es el maderamen de cubierta, tanto en la nave central con una armadura de faldones y lacerías (inspirado en el de Santo Domingo), en los laterales con artesonados, y en las naves extremas con colgadizos.

Después de casi tres años de paralización, el pasado mes de Diciembre de 2008[1], al fin dieron comienzo las obras de la quinta y última fase de rehabilitación que falta aún por hacer, para que se pueda abrir al público tan querida iglesia ubetense. Dicha fase se pronostica que durará 32 meses, y si comenzaron en el citado mes, para el mes de Agosto del año 2011, terminarían y pasarían meses para disponer[2] la iglesia para el culto. Entonces en el año 2012, sería la posible fecha de apertura al culto, de Santa María de Úbeda. Veintinueve años después de su cierre.

Aún así, sigue cerrada, tras más de veinticinco años, no podemos seguir callados. Santa María ha de ponerse ya en valor, tanto cultural como espiritual. Santa María es nada menos que la Iglesia Mayor de Úbeda con el futuro título de Basílica. Santa María, por todo no debe quedar en el olvido. Así que hemos de pedir su pronta apertura. Es una petición justa, ya que no debemos de seguir dando lugar a que los mayores que aún vive, desaparezcan sin verla abierta, y mucho menos que los jóvenes nos acostumbremos a verla cerrada. Duele mucho, que muchos turistas que visitan la Úbeda Patrimonio de la Humanidad; sigan sin poder disfrutar de una Iglesia que era y es la historia de toda una ciudad, de conquistas y de asentamiento cristiano.

Por último quiero conmemorar lo que Antonio Muñoz Molina dice acerca de la ubetense iglesia de Santa María; en su novela "Sefarad":
"…En el recinto elevado del Alcázar, casi inaccesible desde las laderas del sur y del este, estuvo primero la mezquita mayor y luego, sobre su mismo solar, la iglesia de Santa María, que aún existe, aunque lleva cerrada muchos años por obras de restauración que nunca terminan. Tiene o tenía un claustro gótico, lo único de verdad antiguo y valioso del edificio, que ha sido restaurado sin demasiado miramiento muchas veces, sobre todo en el siglo XIX, cuando se le añadió, hacia 1880, una portada confusa y vulgar, y un par de campanarios sin ningún interés. Pero el tañido de sus campanas yo sabía distinguirlo de cualquier otro de los que se oían en la ciudad a la caída de la tarde, porque eran las campanas de nuestra parroquia, y también sabía cuándo doblaban a muerto y cuándo a misa de difuntos, y reconocía los domingos, a mediodía y al atardecer, el repique caudaloso que anunciaba la misa mayor. Otras campanas casi igual de próximas tenían un sonido mucho más grave y de bronce solemne, las de la iglesia del Salvador, o más agudo y diáfano, y entonces eran las del convento de las monjas, que estaban en un torreón como de fortaleza, tan hosco como el edificio entero, con su portón siempre cerrado y sus altas tapias de piedra oscurecida de líquenes y musgo, porque les daba siempre la sombra fría del norte…"
"…Me acuerdo de las grandes losas desiguales del claustro de Santa María, algunas de las cuales eran lápidas con nombres de muertos muy antiguos tallados en la piedra, casi borrados por el paso de los siglos y las pisadas de la gente, y de un jardín al que se abrían sus arcos ojivales y en el que había un laurel tan alto que la vista de un niño se perdía hacia arriba sin vislumbrar su final. En el jardín umbrío por la sombra gigante del laurel y lleno de helechos y maleza había siempre, incluso en verano, un olor muy poderoso a vegetación y tierra húmeda, y resonaba el escándalo de los pájaros que anidaban en su espesura, los largos silbidos de las golondrinas y de los vencejos en las tardes demoradas del verano. Desde muy lejos se distinguía el gran chorro verde oscuro del laurel, como un géiser de vegetación que ascendía más alto que los campanarios de la iglesia y los tejados del barrio, y que oscilaba en las tardes de vendaval. Cuando yo era muy niño y entraba en el claustro de Santa María de la mano de mi madre me daba vértigo asomarme al jardín para ver el laurel, y siempre notaba el frío húmedo de la tierra y la piedra y me ensordecía el fragor de los pájaros, que levantaban de golpe el vuelo cuando redoblaban las campanas…”
“…Yo estaba seguro de que el laurel llegaba al cielo, como la mata de habichuelas mágicas en aquel cuento que me contaban las mujeres de mi casa, y que muchos años después yo leía a mi hijo mayor, siempre ansioso de historias cuando se iba a la cama, desde que tenía dos o tres años, ya impaciente cuando anticipaba que el cuanto iba a acabarse, pidiéndome que durara todavía un poco más, que le leyera o le contara otro, mejor aún, que lo inventara a su gusto, dando a los personajes los rasgos de carácter y los poderes mágicos que a él le apetecían, poniéndoles nombres que él debía aprobar. Leyendo el cuento junto a la cabecera de la cama de mi hijo imaginaba a su pequeño héroe subiendo hacia el cielo y emergiendo al otro lado de las nubes por las ramas de aquel laurel prodigioso de Santa María, igual que lo había imaginado cuando era niño y el cuento me lo contaban a mí. Si miraba muy fijo hacia arriba, aunque no hubiera viento, el laurel tenía una ligera oscilación, más inquietante porque apenas era perceptible. Cuando un viento fuerte lo agitaba el ruido de sus hojas tenía una fuerza como la de la resaca del mar, que yo no había escuchado nunca, salvo en las películas, o cuando me acercaban una caracola al oído y me decían que aún sonaba en ella un eco del mar del que la habían traído. A la iglesia de Santa María me acuerdo que iba todas las tardes, en el verano de mis doce años, a rezarle unas cuantas avemarías a la Virgen de Guadalupe, la patrona de mi ciudad, a la que yo le pedía que intercediera por mí para que me aprobaran la gimnasia en septiembre, porque en los exámenes de junio había suspendido de manera humillante, aunque no injustificada. No se me daba bien ningún deporte, no era capaz de subir una cuerda o saltar un potro y ni siquiera sabía dar una voltereta. Había ido creciendo en mí un sentimiento de exclusión que se acentuaba amargamente con la pérdida de las confortables certezas de la niñez y las primeras turbiedades y temores del tránsito a la adolescencia…”
...




"…He vuelto a la ciudad y ya estoy despidiéndome de ella. Quiero atesorar cada lugar, cada minuto de esa tarde última, el rojo del ladrillo de esas calles recónditas, el olor de las flores moradas de las glicinias, el de los pequeños jardines selváticos que hay a veces detrás de una tapia de madera, entre dos edificios, y en los que hay una umbría húmeda y una espesura de vegetación que me trae el recuerdo del jardín de la iglesia de Santa María en las tardes de mucha lluvia, cuando el agua se derramaba de las gárgolas entre los arcos del claustro y resonaba en el interior de las bóvedas…"




[1] La quinta y última fase de restauración de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda ya puede comenzar toda vez que el Ayuntamiento ubetense ha otorgado a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la correspondiente licencia de obras. Concretamente, tras un exhaustivo estudio del proyecto por parte de los técnicos municipales, desde el área de Urbanismo se concedió por decreto el pasado viernes.
De esta forma, los trabajos en el interior del emblemático templo podrían reanudarse en breve, posiblemente antes de que finalice este 2008 en el que se han cumplido 25 años de cierre de Santa María debido a unas obras que, además de ser criticadas por su dilatación, en varios momentos han sido puestas en tela de juicio por expertos en patrimonio y estudiosos de este edificio en el que se superponen distintos estilos arquitectónicos.
No obstante, previamente habrá que firmar el acta de replanteo, trámite que podría retrasar el inicio de las actuaciones previstas hasta principios del próximo año 2009.
Junto a la licencia de obras, la Concejalía de Urbanismo ha remitido a la Consejería de Cultura un informe técnico de sugerencias en el que se solicita que sean tenidos en cuenta algunos detalles que tienen que ver con los paramentos (paredes o muros) y las solerías (suelos), en lo que se refiere a diseño y materiales. El objetivo es respetar al máximo lo que era el aspecto original de la iglesia mayor de Úbeda.

El plazo de ejecución es de 32 meses, por lo que, si todo va según lo previsto, la intervención estarían culminada en el tercer o cuarto trimestre de 2011. Y a partir de ese momento se podría hablar de su reapertura. La rehabilitación de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, templo declarado monumento nacional, supone una inversión total de 6 millones de euros.

Fuente: Ideal Digital Jaén
miércoles 10 de diciembre de 2008
ALBERTO ROMÁN/ ÚBEDA

[2] Es decir, compra y colocación del mobiliario litúrgico como bancos, confesionarios, etc. Colocación de las imágenes que recibían culto en esta iglesia,…









lunes, 6 de julio de 2009

VIDEO DE SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES, ALMACÉN DE ESTILOS ARQUITECTÓNICOS.

Santa María, como edificio religioso; es lugar de acogida, de culto. Para eso se hizo. Y para rezar y alabar a Dios. Pero este templo es lugar extraordinario para la reflexión y contemplación. Eran muchos los ubetenses que en el silencio de una tarde entraban en Santa María; atajaban los claustros, lugar de paz y tranquilidad donde el trinar de los pájaros no cesaba. Cuando se adentraban a la enorme Iglesia, se estimaba una sensación de frío, se respiraba cera por doquier, el murmullo de los devotos se perdía por el enorme espacio, en un repiqueteo de ecos, figurando sonidos envolventes que no se podían traducir pero que tenían el mismo destino..., donde muchos ubetenses se sentaban en la penumbra de sus bancos y, en silencio, han sentido ese temor sagrado que produce la aproximación del hombre a lo divino, a la vez que han experimentado la cercanía del Dios, Padre y Amigo. Una iglesia con un enorme valor espiritual, sentimental y cultural. Reina de las tradiciones folklóricas y religiosas de la ciudad de los Cerros.




No puede olvidarse para la memoria de una Ciudad, todo lo que ha rodeado, distinguido y acontecido esta Iglesia de los Reales Alcázares. Un monumento que hoy, actualmente, se distingue por el paso del tiempo con sus puertas cerradas.


Santa María ha de ponerse ya en valor, tanto cultural como espiritual. Santa María es nada menos que la Iglesia Mayor de Úbeda con título de Colegiata. Santa María, por todo no debe quedar en el olvido. Así que hemos de pedir su pronta apertura. Es una petición justa, ya que no debemos de seguir dando lugar a que los mayores que aún vive, desaparezcan sin verla abierta, y mucho menos que los jóvenes nos acostumbremos a verla cerrada. Duele mucho, que muchos turistas que visitan la Úbeda Patrimonio de la Humanidad; sigan sin poder disfrutar de una Iglesia que era y es la historia de toda una ciudad, de conquistas y de asentamiento cristiano.

La Ubetense Capilla De Los Molina.

Las Capillas fundacionales en iglesias no es ningún fenómeno de carácter local, responde a ciertos deseos de afirmar un estamento social, crear un enterramiento, movidos por una profunda religiosidad dotadas de capellanes, obras artísticas y rentas.

Las Capillas funerarias en los templos de nuestra geografía española dan un sabor especial a estos, añaden espacios, sin sumarse al espacio del recinto. Así, la arquitectura religiosa española ha compartido, el espacio, por medio de rejas, que impide el paso, pero invita a ser traspasada. Sirven de cierre, de retablo, anuncia una propiedad funeraria, manifestando riquezas y poder.

Altares, sepulcros, capillas y rejas, forman un tejido histórico en torno al altar que, como permanente oración a la que artífices dieron forma artística, nos recuerda permanentemente a los generosos donantes (reyes, príncipes, prelados, canónigos, nobles, mercaderes, gremios…) que fundaron una capellanía, dotaron unos aniversarios, encargaron determinadas misas o pagaron cantidad de limosnas.

A cambio la iglesia colegial o catedral, les daba entierro en sus naves y claustro, asegurándoles su memoria en los aniversarios y días de difuntos, como benefactores que fueron del primer templo de la ciudad.

Tal es la característica de que Santa María de Úbeda, es uno de los templos que más transformaciones ha sufrido de ahí que no exista unidad arquitectónica en su fábrica.

De las muchas capillas fundacionales o funerarias que había en los santuarios ubedíes, sólo tres, aún en la actualidad, siguen teniendo patronazgo, como es el caso de la monumental Sacra Capilla de El Salvador, que pertenece a la fundación Casa Ducal de Medinaceli; la Antigua Capilla de los Porcel, perteneciente desde 1888 los Marqueses de la Rambla, en el templo de San Pedro.

Y la antigua capilla de los Próceres de Vezmeliana, hoy de los Sabater, en la iglesia Colegial de Santa María.

Sabemos por Barranco Delgado que este oratorio funerario fue edificado y fundado en 1628 por el Canónigo tesorero de la Colegial de Santa María y fundador del palacio de su nombre (mal llamado Palacio del Marqués de Mancera), Antonio Molina y Valenzuela, bajo la advocación de la Inmaculada y San José.

Posteriormente pasó a los Marqueses de Vezmeliana, permaneciendo en su poder hasta 1877, fecha en la que fue vendida a don Ignacio de Sabater Arauco.

Su amistad con el prior Alejandro Monteagudo, le permitió reconstruir en 1881, la capilla, que está colateral por el lado de la epístola al altar Mayor, que más tarde se convertiría en su Panteón familiar con privilegio a la misma y a los Sabater por Breve Pontificia de 1909. Hoy es su actual propietario, uno de los descendientes: don Natalio Rivas Sabater.

Su portada al exterior, sigue los cánones de portada tardo renacentista, con representaciones de la Fe, la Caridad. Ángeles tenantes con heráldica fundacional; el patrón San José, en hornacina bajo baldaquín, cartela bajo lema: SOLO A DIOS SE LE DEBE HONOR Y GLORIA. Su reja repujada es más barroca que renacentista.
...
Hasta 1986, su interior, era el más decorado de todas las capillas de la iglesia Colegial. Presentaba sus bóvedas, decoración resaltada de grutescos y formas geométricas. Las paredes se decoraban también con frescos simulando los ornatos de los muros, y medallones de figuras femeninas elogiando el Sagrado corazón de María. Decoración realizada en 1887 y eliminada en la actual restauración del templo.

Su portada al exterior, sigue los cánones de portada tardo renacentista, con representaciones de la Fe, la Caridad. Ángeles tenantes con heráldica fundacional; el patrón San José, en hornacina bajo baldaquín, cartela bajo lema: SOLO A DIOS SE LE DEBE HONOR Y GLORIA. Su reja repujada es más barroca que renacentista.



Destacando en la actualidad de su interior, su cúpula engalanada con los cuatro evangelistas en las pechinas. Sus tres retablos de inspiración abarrocada del siglo XVII, poseía varios cuadros, destacando, como joya pictórica, el cuadro de la Virgen de Belén, de la escuela italiana, que en la actualidad se conserva en la casa palacio propiedad de Natalio Rivas (Vela de los Cobos). A la espera de que vuelva a su lugar de origen, una vez que finalicen las obras de Santa María.



Detalle de una pechina de la cúpula del interior. Cada pechina está engalanada con las figuras de los cuatro evangelistas.