Santa María en tiempos de la Dictadura; foto del Ministerio de Cultura; |
La restauración no gusta a todos, con polémica sobre el artesonado mudéjar, el cambio del suelo y la retirada del estuco, dejando la piedra a la vista. Mi opinión, si es que sirve de algo, es que es de las pocas restauraciones donde los geniales aportes de los arquitectos no nos hace suspirar por la reimplantación de la pena de muerte. Las cubiertas, en estado ruinoso, se han reconstruido íntegramente, y lucen el artesonado que tuvo hasta las bóvedas-pastiche puestas en el XVIII. Los muros recuperan su estado original, anterior a los revocos y encalados que se generalizaron tras las epidemias del XVII y XVIII. Los suelos de mármol sí son discutibles, aunque le hace ganar luz y espacio. Como es natural, no falta el típico aporte de modernidad: focos, luminarias, paneles. Lo propio…
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