El pasado Sábado Santo se vivió un momento especialmente esperado, y por ello muy emotivo para quienes tuvieron la suerte de presenciarlo: por primera vez en casi treinta años Jesús Nazareno volvía a su capilla de Santa María después del Viernes Santo. En el momento en que Jesús entró en su casa, el Hermano Mayor elevó un Padrenuestro de agradecimiento. En realidad se trata de una vuelta completamente provisional, pues Nuestro Padre Jesús tendrá que abandonar su capilla pasada la visita del Obispo de Jaén al templo, prevista para el próximo 8 de mayo, a fin de que a partir de ese momento puedan por fin acometerse las obras de restauración del baldaquino de Jesús y construcción del retablo de la Virgen y altar de la Santa Cruz.
En cualquier caso, la Cofradía ha querido que durante estos días que median hasta la definitiva apertura de Santa María y comienzo de la restauración del baldaquino, Jesús y la Virgen de los Dolores luzcan en sus andas de traslado con la mayor decencia y dignidad posible. Las imágenes de San Juan y la Verónica, por su parte, han sido ubicadas provisionalmente en el altar de la Santa Cruz.
De acuerdo con el compromiso adquirido por el párroco de Santa María – San Pablo de que la antigua Colegiata permanecería abierta durante los días que restan hasta el 8 de mayo, a fin de que las imágenes que ya se encuentran en su interior puedan recibir pública veneración, se anunciará oportunamente el horario de apertura de Santa María para que los devotos de Jesús puedan visitarlo.
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