martes, 11 de mayo de 2010

Buen ritmo en la quinta y última fase de las obras de Santa María de Úbeda.

El arquitecto, la concejal de Urbanismo, la delegada y el alcalde bajo la cúpula en obras de la capilla de Jesús. :: ROMÁN

La delegada de Cultura visitó la intervención y dijo que ya queda menos para la reapertura del templo.

11.05.10 - 01:49 - ALBERTO ROMÁN ÚBEDA.

Los plazos de la quinta y última fase de la restauración de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda se están cumpliendo. Así lo manifestó ayer la delegada de Cultura, Mercedes Valenzuela, quien visitó la intervención y dijo que su ritmo es bueno, por lo que «pronto podrá reabrirse al culto», superados ya los 27 años de cierre. El presupuesto de esta recta final asciende a 1.497.000 euros, aunque casi llegará a los 2,2 millones al sumarle el IVA, los gastos generales y el beneficio industrial. El montante total de todas las fases superará los 6 millones de euros.

La delegada, que estuvo acompañada por el alcalde, Marcelino Sánchez, y el arquitecto director de la intervención, Enrique Venegas, no quiso hablar de fechas de culminación pues «siempre pueden surgir imprevistos y retrasos que, si son en beneficio de la intervención, bienvenidos sean y se subsanarán como se ha hecho hasta ahora». La quinta fase comenzó el 12 de enero de 2009 y su plazo de ejecución es de 32 meses por lo que, si todo sigue según lo previsto, estaría culminada en el tercer trimestre de 2011. Aunque, según fuentes vinculadas a la actuación, es posible que las labores culminen antes.

Valenzuela se mostró satisfecha con estas obras, que visitaba por primera vez. «El tiempo de espera ya va llegando a su fin y pronto la ciudad podrá disfrutar de este templo y del resultado de estos trabajos», aseveró, añadiendo que «de no haberse realizado es posible que el templo hubiera desaparecido».

El alcalde comentó que ha hecho falta un «gran esfuerzo desde el punto de vista financiero, pero también desde el punto de vista técnico». Según dijo, a pesar de las opiniones contrarias, el templo «ha resucitado» teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba, la cual calificó de «extrema unción» por el colapso estructural de sus muros y paramentos. Sin embargo ahora, «y aunque ha pasado demasiado tiempo», añadió que «está a punto de ser una criatura viva».

Marcelino Sánchez explicó que la obra ha servido para descubrir unas patologías muy graves en el templo antiguo que, según los documentos, se venían repitiendo continuamente desde el siglo XVIII. Además, enfatizó que ahora se volverá a contemplar la imagen que pudo tener la iglesia. Con ello aludió a las críticas sobre la desaparición de la bóveda de cañón barroca en yeso, aclarando que ahora «tenemos la iglesia previa a esas bóvedas que eran la causa principal del colapso de los muros».

Además, aunque dijo que es muy importante la parte de la actuación que queda a la vista, destacó la relevancia de lo que no se ve: «la manera en la que se ha resuelto el problema de la cimentación, la estructura, la cubierta, los paramentos, los aislamientos o la impermeabilización». Y remarcó la solución que se ha dado a la capilla de Jesús.

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